Ángel González

 

La poesía de Ángel González, del punto de vista formal, es clara y sencilla, además de la singularidad que le da el uso frecuente de la frase cliché.

En sus versos González nos conduce al individuo, al ambiente en que se desenvuelve. González narra su tiempo a partir de sus vivencias, de su interpretación emotiva de la realidad. En sus poemas es posible percibir la visión negativa de la naturaleza humana.

En 1956 aparece el volumen titulado "Áspero mundo", en que se describe la llegada de un joven provinciano a la ciudad, el impacto que produce en él la ciudad, y las dificultades que significa vivir allí. La poesía de González es irónica y realista, debido a que el poeta incorpora con frecuencia la sátira y un ácido sarcasmo, que pueden ser considerados sus aspectos más originales.

El tema central de su poesía es la oposición idealismo-desilusión. Son poemas aparentemente sencillos y que sin embargo esconden la intención del poeta de reinterpretar la realidad. Las acciones cotidianas, que para el lector son perfectamente naturales, para el poeta adquieren una dimensión de novedad, un carácter mágico. Frente a la cotidianidad la actitud de González se hace ambigua, pues pone en crisis el vivir cotidiano. Él piensa en el lector, y lo hace partícipe del poema, que debe ser leído como algo creativo.

En el primer verso del poema "Yo sé que existo/porque tú me imaginas…", a primera vista podría aparecer como un simple, pero hermoso poema de amor, sin embargo a lo que está aludiendo González, en realidad, es a la poesía, cuya creación se hace efectiva solamente en el acto de la lectura, en el instante en que el lector la hace suya. De lo contrario, la poesía desaparece, ya que es el lector su creador, pues la poesía existe, no porque el autor la crea, sino porque el lector la lee.