Los
animales en el Conde Lucanor[1]
Annalisa Rossi y Caterina
Uccelli
En algunos ejemplos del Conde Lucanor los protagonistas son animales. Cada
uno de ellos representa una característica simbólica, como la astucia, la
laboriosidad y la estupidez.
De lo que contesçió a un raposo con un
cuervo que tenía un pedaço de queso en el pico[2]
El tema de este ejemplo es la falsa adulación. La
estructura es la siguiente:[3]
El cuento es la parte más importante del ejemplo. En este
caso la fuente es la fábula de Fedro "El raposo y el cuervo".[4] Don
Juan Manuel reelabora el material de Fedro. La moraleja del autor latino seguía
los textos de Esopo, en los cuales siempre ganaba el personaje más astuto y el
más débil tenía que someterse a este esquema.[5] En
cambio, Don Juan Manuel contextualiza los acontecimientos del raposo y del
cuervo, ya quelos
utiliza para explicar el comportamiento del amigo del Conde. De la misma manera
en que este hombre expresa alabanzas hacia el Conde para proponerle un negocio,
el raposo alaba al cuervo para robarle el queso. Aquí el autor, por medio de
Patronio, no se resigna a la victoria de los prepotentes, sino que aconseja al
Conde que descubra el engaño y no haga lo que su falso amigo quiere, porque su
valor es independiente de sus alabanzas.
Hay otros dos ejemplos en que aparecen el cuervo y el
raposo, pero en este caso no respetan el esquema típico de las fábulas, porque
están caracterizados de manera diferente.
De lo que contesçió a los cuervos con los
búhos[6]
En este cuento, los cuervos logran matar a los búhos
fingiéndose sus amigos. El consejo para el Conde es que no confíe
en quien se comporta como amigo, aun siendo su enemigo.
De lo que contesçió a un raposo que se echó
en la calle e se fizo muerto[7]
Aquí el raposo no
logra prever las consecuencias de sus acciones y arriesga su vida. El consejo
para el Conde es que se ocupe de las cosas ciertas, sin preocuparse de los
acontecimientos futuros e inciertos.
Hay dos ejemplos en que aparece una golondrina: el número
VI y el número XXXIX. Como todos los ejemplos de este libro, también éstos
empiezan con un marco, el planteamiento de un problema por parte del Conde
Lucanor a su fiel consejero Patronio, la resolución del problema con un ejemplo
simbólico por parte de Patronio y el consejo final también de Patronio, que
resume todo el cuento. Una moraleja general del mismo autor cierra el cuento,
sintetizando el consejo de Patronio con un refrán en rima y versos.
De lo que contesçió a la golondrina con las
otras aves quando vio sembrar el lino[8]
Este ejemplo tiene origen en una fábula de Esopo[9]:
aquí unas aves están en peligro porque los hombres han sembrado lino para hacer
con él lazos y redes para tomar las aves. Una golondrina intenta avisarlas,
pero ellas no la escuchan y acaban por ser atrapadas por los hombres. El motivo
central es la previsión de un peligro futuro y el daño final que se produce al
no seguir los consejos. El pacto de la golondrina con el hombre es sin duda de
origen religioso. La moraleja que resume el cuento es resolver un problema
en su comienzo, antes de que pueda engendrar un mal peor.
De lo que contesçió a un omne con la
golondrina e con el pardal[10]
Este ejemplo se basa en una fábula que no aparece en las
colecciones medievales, ni tiene paralelos de otro tipo.[11] El
protagonista le pide consejo a un amigo para librarse de las golondrinas y de
los pardales que no lo dejan dormir. Deciden liberarse primero de las
golondrinas porque no viven cerca y por lo tanto con ellas tienen menos
relaciones. La moraleja de este ejemplo es la de polemizar con quien
está más lejos aunque sea el más poderoso.
Este ejemplo y el ejemplo XXXIII (De lo que contesçió a un falcón sacre del infante don Manuel con un
águila e con una garça[12]), son
los únicos dos en que aparecen hombres junto a animales. En
el ejemplo XXXIX el hombre es el verdadero protagonista del cuento porque él
actúa y los animales sólo son causa de sus problemas. En el ejemplo XXXIII el
personaje es el mismo Don Juan Manuel, que aquí no tiene un papel activo, sino
que está nombrado por ser el dueño de un falcón, verdadero protagonista del
cuento con el águila.
[1]
Juan Manuel, El Conde Lucanor,
(edizione di Alfonso Sotelo ), Madrid,
Cátedra, 2001.
[2]
Ibídem, pp. 100-104.
[3]
Ibídem, pp. 48-59.
[4]
Anna Maria Lanini, Letture di autori
latini, Milano, Carlo Signorelli, 1995, pp. 85-86.
[5]
Ibídem, p. 68.
[6]
J. Manuel, op. cit., pp. 148-151.
[7]
Ibídem, pp. 205-208.
[8]
Ibídem, pp. 104-106.
[9] Ibídem, p. 104.
[10] Ibídem,
pp. 238-239.
[11] Ibídem,
p. 238.
[12] Ibídem,
pp. 219-222.