El Conde Lucanor de
Don Juan Manuel.
Reflexiones
sobre el EXEMPLO XXXV
Don Juan Manuel es el primer escritor de la
literatura castellana con clara conciencia de su oficio, conciencia que
determina principalmente el progresivo perfeccionamiento de su obra. Fue
también el primer escritor que guardó celosamente el manuscrito de sus libros,
que se preocupó de corregir de su propia mano[1].
El Conde Lucanor, fechado 1335,
representa el momento de mayor perfección del arte narrativo de don Juan Manuel
y es, sin duda, su obra más importante y por la que es reconocido
universalmente como el mejor prosista del siglo XIV español. El libro se
compone de dos prólogos y cinco partes: la primera es la más importante y
contiene cincuenta y un ejemplos; la segunda contiene cien proverbios, la
tercera muy parecida a la anterior, contiene cincuenta proverbios; en la cuarta
treinta proverbios y en la quinta y última, muy distinta de las anteriores,
aparece el moralista medieval preocupado por la salvación del alma.
Don Juan Manuel concibe y escribe su obra
con un propósito específico: su vocación de escritor es fundamentalmente
didáctica. El Conde Lucanor no es simplemente un tratado doctrinal, sino una obra
de amenos ejemplos con una intención moral. Su arte narrativo hace que sus
ejemplos adquieran valor artístico propio, independiente de su contenido
doctrinal. Si en los libros anteriores el elemento didáctico cubría la trama
novelesca, en esta obra la maestría narrativa consigue la unión entre ambas
partes.
La forma que elige el autor es el exemplum, cauce apropriado para la
finalidad que persigue “porque cada omne
aprende mejor aquello de que más paga, por ende el que alguna cosa quiere
mostrar a otro, dévegelo mostrar en la manera que entendiere que será más
pagado el que la ha de aprender... Por ende, yo... fiz este libro compuesto de
las más apuestas palabras que yo pude, y entre las palabras entremetí algunos
exiemplos de que se podrían aprovechar los que los oyeren”.
El afán didáctico, pues, preside todo el Conde Lucanor, no sólo en la elección
del exemplum, sino también en la del
marco (consejero-aconsejado), forma predilecta de la narrativa oriental. Don Juan
Manuel logra reunir en su obra todos los recursos didácticos que la tradición
oriental y europea le ofrecían: el diálogo, el ejemplo, el proverbio y la
exposición o argumentación.
En el prólogo don Juan Manuel circunscribe
al público de su obra: “lo fizo por
entençión que se aprovechasen de lo que él diría las gentes que non fuessen muy
letrados nin muy sabidores. E por ende, fizo todos los sus libros en romançe e
esto es señal çierto que los fizo para los legos e de non muy grand saber commo
lo èl es”. El autor está contraponiendo dos niveles culturales existentes
en la Edad Media que condicionan y, a la vez, explican la manifestación
literaria medieval: clérigos y legos. El autor parece dirigir su obra (fizo todos los sus libros en romançe) a
una élite de personas cultas en lengua vulgar, contrapuesta a los eruditos
latinos, los clérigos. Escribe para un público selecto perteneciente a su misma
clase social y de parecida cultura: el mundo de la nobleza.
Don Juan Manuel trata los mismos temas que
preocupaban a cualquier moralista de la época: aspiraciones y problemas
espirituales (angustia metafísica y problema de la salvación), materiales,
políticos y sociales (la guerra y la paz: problema de la riqueza, etc.);
observaciones sobre el comportamiento humano con predilección marcada por
determinados vicios y virtudes considerados como esenciales (engaño, mentira,
soberbia, fidelidad, amistad, etc.). Los principios ordenadores y que
estructuran temáticamente el libro pueden ser resumidos en el “salvamiento de las almas e aprovechamiento
de sus cuerpos e manteniemiento de sus onras e de sus estados”. No tiende a
dar reglas morales, sino reglas de conducta práctica[2].
COMPARACIÓN
ENTRE:
EL EXEMPLO XXXV: “DE LO QUE CONTESÇIÓ A UN MANÇEBO QUE CASÓ
CON UNA MUGER MUY FUERTE ET MUY BRAVA”
LA FIERECILLA
DOMADA DE SHAKESPEARE
El ejemplo xxxv parece ser de origen persa
y han sido señalados sus puntos de contacto con La fierecilla domada de Shakespeare. R.S. Boggs afirma que la
coincidencia de detalles “puede indicar una relación bastante estrecha entre el
cuento español y The Taming of the Shrew.
Sin embargo, El Conde Lucanor se
escribió unos doscientos años antes que la comedia”. Sin embargo, la opinión
hoy más generalizada es que las coincidencias entre los dos textos son
puramente casuales[3].
Un punto de encuentro entre Don Juan Manuel
y William Shakespeare se refiere a las fuentes utilizadas, puesto que volvían a
elaborar narraciones ya conocidas. Don Juan Manuel utilizaba relatos presentes
en otras colecciones con parecida función didáctica y moralizadora.[4]
También Shakespeare a menudo utilizaba
fuentes muy conocidas, como las Crónicas de
Holinshed.[5]
El asunto de La fierecilla domada, en
efecto, estaba presente en las baladas medievales y en otros antecedentes
literarios y teatrales.[6]
No se puede dudar que, históricamente, el punto de vista presentado en las dos
obras es masculino. Eso porque las mujeres eran consideradas como mercancía.
Lo que yo quiero hacer es tratar de
encontrar similitudes de acciones, pensamientos y juicios en el desarrollo de
las dos obras. La primera afinidad entre los dos textos se puede observar en la
descripción de los dos jóvenes protagonistas: el mancebo del Conde Lucanor y Petruchio en la comedia The taming of the shrew.
Los dos hombres están caracterizados por el deseo de casarse con una
mujer rica sin preocuparse de otros aspectos, como la hermosura, la edad y el
carácter. Lo importante es el dinero. También es significativo notar que ambos
no eran pobres, ya que poseían bienes materiales.
Patronio le dixo que en una villa avía un
omne bueno que avía un fijo, el mejor mançebo que podía ser, mas non era tan
rico que pudiesse compir tantos fechos[7].
Petruchio: ... crowns in my purse I
have, and goods at home,
and so am come abroad to see the world[8].
(Act I, Scene ii, v56)
Por otro lado, la descripción de las
mujeres enfatiza su mal carácter. En los dos textos son definidas como diablos
y por lo tanto tenían dificultad para encontrar marido, porque ninguno, por
pobre que fuese, quería casarse con ellas.
E por ende, omne del mundo non quería casar
con aquel diablo
(… ) non avía omne que la conosçiesse que,
por pobre que fuese, quisiese casar con ella.
Hortensio: From all such devils,
good Lord deliver us! (Act I, Scene i, v66)
Gremio: You may go to the devil’s
dam. Your gifts are so good here’s none will hold you. (v105).
Gremio: A husband? a devil (v121)
Hortensio: I say a husband
Gremio: I say a devil.Thinkest
thou, Hortensio, though her father be very rich, any man is so very a fool to
be married to hell?
También en ambos casos se nota la ansiedad
de los jóvenes por casarse, no sólo con la mujer, sino con el dinero.
El fijo le dixo quel pidía por merçed quel
guisasse aquel casamiento. E tanto lo afincó que, commo quier que el padre lo
tovo por estraño, quelo otorgó.
Petruchio: Signor Hortensio, ‘twixt such
friends as we
Few words suffice; and therefore, if
thou know
One rich enough to be Petruchio’s
wife…(Act I, Scene ii, v64)
En el Conde
Lucanor y en el texto de Shakespeare, los mismos padres de las jóvenes
desaconsejan el casamiento, manifestando una escasa consideración por sus
hijas, ya que quieren que alguien se las lleve de casa cuanto antes.
Par Dios, amigo, si yo tal cosa fiziesse
seervos ía muy falso amigo, ca vos avedes muy buen fijo, e ternía que fazía muy
grand maldat si yo consintiesse su mal nin su muerte; e so çierto que, si
con mi fija casase, que o sería muerto o le valdría más la muerte que la vida.
E non entendades que vos digo esto por non complir vuestro talante, ca si la
quisierdes, a mí mucho me plaze de la dar a vuestro fijo, o a quienquier que me
la saque de casa.
Baptista: ... But for my daughter
Katherine, this I know,
She
is not for your turn,
the more my grief (Act II, Scene i, v62)
Durante el desarrollo del relato, cuando
las parejas ya están casadas, los maridos adoptan dos técnicas psicológicas
parecidas para amansar a las mujeres. En el cuento de Don Juan Manuel, el
mancebo mata algunos animales porque no obedecen a sus órdenes. En el texto de
Shakespeare, Petruchio, esposo de Katherine, pega a sus servidores. Su método
de amansar a Kate, como él la llama, es más sofisticado. Petruchio exaspera a
Kate con amabilidad: golpea a los criados porque no han cocinado una comida
digna de su esposa y por eso no la deja comer; se enfurece con los criados
porque la cama no está bien hecha y por lo tanto no deja dormir a Kate.
¡Perro danos agua a las manos! El perro no
lo fizo... e cortol la cabeça e las piernas e los braços, e fízolo todo pedaços
e ensangrentó toda la casa e toda la mesa e la ropa.
Vio a un gato e díxol quel diesse agua a
manos;... el gato non lo fizo
E vio un su cavallo ... e díxol … que les
diesse agua a las manos ... e cortol la cabeça con la mayor saña que podía
mostrar, e despedaçolo todo.
Petruchio: ... out you rough! You pluck
my foot awry.
Take that, and mend the plucking off the
other [strikes him] (Act IV, Scene i, v133)
…where are my slippers? Shall I have
some water?....
You whoreson villain, will you let it
fall? [strikes servants] (v139)
…’Tis burnt, and so is all the meat…
There, take it to you, trenchers, cups,
and all. [He throws the food and dishes
at them] (v147)
Es importante subrayar que en este preciso
momento las dos mujeres recién casadas están completamente desorientadas: el
ambiente en donde residen no es familiar y los servidores que las rodean están
bajo el mando del marido. En el caso de la esposa del mancebo, los criados
habían sido despedidos y los dos se encuentran solos, así que cuando el mancebo
empieza a matar los animales, ella no sabe a quién pedirle ayuda. En cambio en
el caso de Katherine, los criados se quedan en la hacienda y Petruchio les pega
como y cuando quiere. De la misma manera, Katherine no sabe qué hacer para no
ser espectadora de los hechos y sufrir hambre y cansancio.
Las pobrecitas terminan por apoyar los
antojos de los maridos.
Después mandol quel diesse de comer; e ella
fízolo ...Assí passó el fecho entrellos aquella noche, que nunca ella fabló,
más fazía lo quel mandavan.
Petruchio: Good Lord, how bright and
goodly shines the moon! (Act IV, Scene v, v2)
Katherine: The moon? The sun! It is not
moonlight now
Petruchio: I say it is the moon that
shines so bright
Katherine: Henceforth I vow it shall be
so for me (v15)
What you will have it nam’d, even that
it is,
And so it shall be so for Katherine.
(v21)
Los parientes felicitan a los esposos por
el éxito conseguido después del casamiento. Las mujeres ahora se portan bien,
son respetuosas y obedientes.
Quando todos esto oyeron, fueron
marabillados; e desque sopieron cómmo pasaron en uno, presçiaron mucho el
mançebo porque assí sopiera fazer lo quel cumplía e castigar tan bien su casa.
Baptista: now ... son Petruchio,
I think thou hast the veriest shrew of
all (Act V, Scene ii, v63)
Petruchio: Well, I say no. And therefore
for assurance
Let’s each one send unto his wife,
And he whose wife is most obedient,
To come at first when he doth send for
her,
Shall win the wager which we will
propose (v65)
Baptista: now, by my holidame, here
comes Katherine. (v99)
Al final de las obras nos encontramos con
la enseñanza moral. El mensaje se encuentra repetido dos veces en el cuento del
Conde Lucanor, primero por parte de
la mujer del suegro del mancebo. Ése había intentado imitarlo aun sin conseguir
resultados, porque los dos llevaban tiempo casados y la mujer ya lo conocía. A
este episodio su esposa le había contestado:
A la fe, don fulán,
tarde vos acordastes, ca ya non vols valdría nada si matássedes çient cavallos:
que ante lo oviérades a començar, ca ya bien nos conosçemos.
La misma moraleja es reiterada por Don Juan
Manuel, que cierra el cuento con un dístico en rima pareada:
Si al comienço non muestras qui eres,
Nunca podrás después quando quisieres.
La esencia de la moraleja es la de hacerse respetar desde
el principio. También en la comedia de Shakespeare, hay dos núcleo narrativos:
el de Petruchio y Kate y el de su hermana Bianca y Lucentio. Incluso en esta
obra, se observa que Bianca no tiene el buen carácter que todos creían, porque
no obedece a las normas de su esposo.
Lucentio:... the wisdom of your duty,
fair Bianca,
Hath cost me a hundred crowns sinse
supper-time (v127)
Bianca: the more fool you for laying on
my duty (v129)
En el caso de Don Juan Manuel la finalidad
del relato es didáctica. El hombre tiene que imponer su autoridad a la esposa
desde el principio. También aquí hay un mensaje más general relativo a la
relación social entre los nobles o entre el señor y sus vasallos.
Con respecto a la comedia de Shakespeare,
hay que decir que teatralmente no había salida para Kate, no sólo gracias a
todos los antecedentes de la tradición popular, sino porque Shakespeare acentuó
algunos rasgos de la fierecilla que
hacían liberalizadora su sumisión al marido. Según mi interpretación, “batalla
de los sexos” habría podido ser el título de las dos obras literarias. En esa
batalla no se tiene en consideración riqueza y pobreza, juventud y vejez. En
ambos textos, la rivalidad nace porque los hombres consideran a las mujeres
como objetos y no como personas con sentimientos. Esta teoría según la cual las
esposas son mercancía crea un ambiente en el que ellas tienen que adaptarse
para sobrevivir. Por lo tanto la transformación de las mujeres no es un cambio
de carácter, sino de actitud.
[1] Juan Manuel, El Conde Lucanor, Madrid, Cátedra, 1999, p. 24
[2] Ibídem, pp. 36-47
[3] Ibídem,
p. 224
[4] Ibídem, p. 55
[5] M.H. Abrams, The Norton Anthology of English Literature, New York/ London, W.W.
Norton & Company, 1993, p. 802.
[6]
William Shakespeare, La bisbetica domata,
1992, Milano, Garzanti, p. xxxviii
[7] J. Manuel, op. cit. pp. 224-230
[8] Éste paso y los siguientes son de la
edición citada. W. Shakespeare, op. cit.