EL CONCEPTO DE GENERACIÓN LITERARIA

El ensayo, tras recordar que la idea de la existencia de la Generación del 98 encuentra su origen en los artículos de Azorín publicados en ABC y posteriormente recogidos en Clásicos y modernos (1931), pone en relieve la polémica inmediata que aquellos suscitaron: los primeros en negar la existencia de la Generación del 98 fueron Pio Baroja y Ramiro de Maeztu, sus supuestos protagonistas. Así que Salinas, siguiendo punto por punto las siete condiciones necesarias para que se pueda hablar de "generación literaria" según las señala Julius Peterson en su estudio Las generaciones literarias, trata de demostrar que no hay dudas sobre la existencia de dicha Generación.

Dichos puntos son:

1) nacieron casi todos en el mismo año o en años muy poco distantes,

2) que casi todos fueron autodidactas,

3) que hubo importantes relaciones personales entre ellos,

4) que encontraron en el "desastre del 98" un catalizador común para una serie de reflexiones sobre la decadencia de España y el quehacer de su tiempo,

5) que, pese a no tener un líder, en esa época en España había una auténtica sed de un "hombre fuerte",

6) que encontraron dentro del modernismo su "lenguaje generacional",

7) que, finalmente, había una situación de parálisis en las generaciones precedentes, y el arte estaba anquilosado.

Salinas, Pedro, "El concepto de generación literaria aplicado a la del 98", en Literatura española siglo XX, (1948), Madrid, Alianza, 1970

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