Crítica Social
CORRUPCIÓN Y
FUERZA DE DIOS
La crítica social está presente en todos los aspectos de
la novela, ya que consituye la preocupación fundamental de Cervantes. La
crítica se dirige sobre todo contra la hipocresía y las creencias populares y
se apoya en la fuerza y el poder de Dios, como fuente de salvación.
CRÍTICA SOCIAL A
TRAVÉS DE LA IRONÍA
Las
Novelas Ejemplares por su contenido y tono pueden parecer una sátira social,
como Cervantes sugiere en el prólogo a la obra. En efecto, en el “Coloquio de
los perros”, él habla bajo la forma de un perro, criticando duramente algunas
categorías de personas, que representan los aspectos negativos de la sociedad
contemporánea. Sin
embargo, en esa novela Cervantes no se ocupa sólo de un grupo reducido de
personas, sino que quiere demostrar que toda la sociedad es corrupta.
La vida contemporánea parece mesquina,
frente al mundo de valores morales y espirituales del cristianismo, que el
individuo tiene que perseguir a través de su conducta y del arrepentimiento. Habrá
injusticia y desigualidad mientras los hombres no dejen de actuar como bestias.
Los perros volverán a ser hombres cuando los hombres empiecen a ser justos, lo
cual es imposible en la lógica cervantina, ya que en su sociedad la hipocresía
y las apariencias pesan más que los valores reales.
La ironía
de la novela subraya el hecho de que los perros, aun sin razón, son más cuerdos
que los hombres, que tanto han bajado en la escala de valores, que los animales
parecen superiores. Sin embargo, Cervantes no moraliza en exceso, sino que
logra comunicar su mensaje a través del humor y de la sátira.
Laura
Paternieri
LA CRÍTICA SOCIAL Y LA RELIGIÓN
En el período en el cual
fueron publicadas la Novelas Ejemplares de Cervantes, el sentimiento religioso
había adquirido nuevas formas y se habían difundido nuevas órdenes religiosas,
que volvían a valorar a Dios de manera diferente. Era
un momento en el cual la contemplación se había vuelto el único instrumento
para hablar y tener un contacto con Dios. Era una época, según Baroja, en la
cual “se pensó a Dios con una intensidad y ardor que acaso no se han dado ni
antes ni después” (J. CARO BAROJA, 1978:27).
Puesto
que la idea de Cervantes era la de representar un mundo al revés, propone, como
oposición a la religión oficial, las prácticas de la magia, como forma de
rebeldía. La Cañizares podría representar el papel de una teóloga, en el
sentido opuesto a lo normal. La magia, a diferencia de la religión oficial,
incluía el uso de prácticas ocultas, el uso de ungüentos. Esto se puede notar
en las palabras de la bruja Cañizares, que dice a Berganza: “Este ungüento con
que las brujas nos untamos es compuesto de jugos de yerbas en todo extremo
fríos, y no es, como dice el vulgo, hecho con la sangre de los niños que
ahogamos”. Todos los ungüentos servían para unirse al diablo, todas las
fórmulas mágicas servían para evocar a los espíritus; esto es, sin duda, uno de
los elementos que distinguen la magia de la religión oficial, y ésta es la
oposición entre Bien y Mal.
Francesca Donatacci
Las palabras de la bruja subrayan cómo todo el mundo está
deformado: los pobres siempre seguirán siendo pobres y los ricos más ricos; los
hombres se han convertido en perros. Todo seguirá de esta manera hasta cuando,
como dice la profecía, no cambie el orden de las cosas, cuando los pobres
“abatidos” no se vean en lugar de los ricos “soberbios”. El autor con esta
novela quiere proponer una transformación del mundo, una “suerte de
establecimento del “reino de los cielos” en la tierra, gracias a una mano
poderosa” (RODRÍGUEZ-LUIS, 1997: 25-28). Resulta evidente que para Cervantes
cada transformación del orden social es verdaderamente utópica si no se efectúa
un cambio espiritual fuerte y eficaz.
Francesca
Donatacci
La
profecía es el intrumento clave de Cervantes para expresar su crítica social:
todos somos como animales y el mal que nosotros mismos producimos, no nos
permite retomar nuestra verdadera forma y nos quita la capacidad de hablar, de
decir lo que es importante. Nos quedamos enmudecidos y sólo restablecer el
orden moral, dispuesto originalmente por Dios, puede devolvernos la palabra.
El engaño se necesita cuando la vida es demasiado difícil de
soportar, cuando el hombre reconoce que la realidad no responde a lo que él
pide. Así, crea un mundo ficticio, donde refugiarse, para olvidar sus
problemas. Esto significa una total desintegración de la realidad. Locura y
pérdida de los sentidos (y del sentido). Ésas son las características de la
sociedad española contemporánea a Cervantes. Eso es lo que él quiere mostrar a
sus lectores: la vacuidad de la realidad llena de engaños. Engaños que no
logran enmascarar la desesperación humana frente a la ausencia del sentido de
las cosas. Porque
las cosas, así como Cervantes las muestra, parecen sin sentido.
La adventura
central de Berganza revela una realidad enloquecida. El símbolo de esa realidad
puede ser la Cañizares, que confía en una vana profecía y se jacta de ser una
verdadera hechicera. Sin embargo, una vez que se descubren
todos sus engaños, aparece por lo que es: una vieja pobre, desnuda y ridícula.
En toda
la novela, Cervantes juega con el término apariencia y lo utiliza para hacer
una crítica a los valores sociales, a la religión y sobre todo a las personas.
Critica la inmovilidad de su tiempo y la imposibilidad de cambiar el orden
social. Se nota un hondo pesimismo hacia las instituciones y la sociedad y poca
confianza en un posible rescate.
El alma
queda casi congelada, incapaz de cambiar, “inutil floja y desmazalada” dice
Cervantes por medio de la Cañizares. Así, sumisa en la profundidad de su
miseria, no puede levantar su mirada y su mano hacia Dios. Cervantes no cree
que el espíritu humano pueda cambiar, ya que las personas siguen siendo iguales
a sí mismas. Eso explica porqué es tan importante la apariencia. El bien se
puede reconocer y sólo imitar, pero no afecta directamente al alma humana. Los que
aparecen buenos lo son sólo a nivel superficial.
LA HIPOCRESÍA
La hipocresía está representada claramente
por el personaje de la bruja. Su fealdad la califica física y moralmente. Toda
su figura exterior es una señal de su maldad; su rudeza es símbolo de
degradación física y moral. Es una mujer hipócrita y lo dice claramente: “Rezo
poco y en público; murmuro mucho y en secreto. Vame mejor con ser hipócrita que
con ser declarada”. Todo en su vida se ha convertido en vicio, símbolo de una
falsedad despiadada “ curo a los pobres, y algunos se mueren que me dan a mí la
vida con lo que me mandan o con lo que se les queda entre los remiendos, por el
cuidado que yo tengo de espulgarlos los vestidos” y de una indiferencia hacia
Dios: “no quiere alzar la mano a la de Dios” y no quiere implorar su amor, es
“la santidad fingida”. Su función principal es la de “manifestar la raíz
diabólica del mal” según lo que dice Mauricio Molho (M. MOLHO, 1992: 21-32).
.
Francesca
Donatacci
Por lo que concierne la crítica social, Cervantes quiere
criticar las supersticiones que la sociedad tiene hacia las brujas: “…antiguas
magas que convertían los hombres en animales…”. Cervantes transforma la
brujería en simple pretexto narrativo. Todo el episodio está construido en una
perspectiva didáctica, que mira a disipar las supersticiones relativas a los
supuestos poderes de las brujas. Cervantes lo hace presentándonos una bruja que invita al
perro a rezar a Dios y que del Altísimo tiene una visión verdaderamente
cristiana. Pero, sobre todo, la bruja explica una de las mayores doctrinas de
la Iglesia: “Dios es impecable, de do se infiere que nosotros somos autores del
pecado….”. De esta última frase no sólo se puede deducir la verdad sobre la
existencia humana, sino también que las ideas sobre la hechicería son fruto del
pecado, al que tiende el hombre por su naturaleza: Dios no ha creado el pecado,
ni la brujería, ni otras supersticiones, y la única manera de sobrevivir a la
derrota de la sociedad es encomendarse al Creador y descubrir la “nueva
religión” que tanto Erasmo, con su Reforma, y la Iglesia, con la
Contrarreforma, querían.
Laura Bernardelli
LA SÁTIRA COMO CRÍTICA
El episodio del
diálogo, o, mejor dicho, monólogo de la Cañizares, es uno de los
acontecimientos que mejor ilustran la gran habilidad de Cervantes en utilizar
las palabras para representar y criticar a su sociedad. Dos de las
matrices más importantes de la Novela son la fábula esópica y la picaresca. El cáracter
fundamental de la picaresca cervantina es que la intención del autor es
explícitamente crítica, no consagrada sólo a un retrato pesimista de la
sociedad humana. El mundo pintado suele ser brutal, engañoso y miserable, pero
la sátira siempre tiene un aspecto humorístico.
En esta Novela Ejemplar, la sátira
halla su forma mejor en el episodio del encuentro de Berganza con la bruja, en
el que podemos admirar la gran habilidad literaria de Cervantes, que, para
narrar la historia del encuentro, utiliza un juego de cajas chinescas y la
clave argumental de la novela entera, que justifica el don de la palabra en los
perros, que son seres humanos convertidos en animales por arte de brujería.
LA HIPOCRESÍA DE LA SOCIEDAD
La
hipocresía caracteriza a la Cañizares, que cumple buenas obras para vivir
tranquilamente, y por otra parte a la sociedad, que se detiene en las
apariencias. Además,
la lucha del individuo contra una sociedad hostil a sus ideales puede ser
explicada según la teoría del realismo crítico di Lukács.
LA CRÍTICA A TRAVÉS DE LA BRUJERÍA
La sátira
de Cervantes contra la corrupción en el mundo se desarrolla a lo largo de toda
la novela, hasta alcanzar su cumbre en el episodio de la hechicera. Cervantes
consigue su objetivo a través del personaje de Berganza, quien nos acompaña en
el recorrido literario; a través de su vida y de sus experiencias la ironía de
Cervantes logra llegar hasta nosotros. Berganza no es un hombre sino un perro,
un perro especial porque tiene características humanas: puede hablar y tiene
rasgos psicológicos muy parecidos a los del género humano. A lo largo de su
vida ha sido servidor de muchos amos. Todas estas personas son, de una manera o
de otra, seres fingidos y solapados,
sólo piensan en aprovecharse de los demás, para alcanzar su provecho
personal. Esta capacidad de actuar sólo para alcanzar algo, es una alusión a lo que después llegará a ser uno del los
asuntos principales de la satira
cervantina.
BERGANZA COMO EJE DE LA CRÍTICA CERVANTINA
El
personaje de Berganza es para mí
únicamente un recurso literario de crítica social. Es el destinatario
directo de las palabras de la bruja, precisamente por lo que él representa en
la obra: la humildad y la posibilidad de evolución. Berganza es humilde; es
evidente que él conoce también el vicio y el engaño por experiencia directa,
pero intenta reaccionar y elige por lo tanto el camino más difícil. Él no
quiere aparecer, quiere ser.
El hombre
tiene que forjar su voluntad para elevarse con ella a la zona espiritual de lo
perfecto, porque el hombre sin voluntad
sólo es una bestia. El hombre para
salir de su condición de bestia necesita llegar a ser humilde. La humildad es
otro tema fundamental en la obra, porque es la raíz del sentimiento religioso.
Es el signo de dependencia de la criatura de Dios. Sólo el humilde puede
reconocer esta dependencia, y sólo en el corazón del humilde puede brotar el
sentimiento religioso. La humildad es para Cervantes la base
y el fundamento de todas las virtudes.
Giuliana Rossi
La visión
crítica de Cervantes está en conformidad con el pensamiento cristiano y con la
idea del pecado original. Notamos que la profecía contenida en
el texto es algo inalcanzable en este mundo. Es necesario otro mundo fantástico
o, según la concepción cristiana, la dimensión después de la muerte (el más
allá), para que los perros se transformen en hombres y los hombres lleguen a
ser verdaderamente hombres. Es como si el autor afirmara que nuestra condición
enteramente humana (sin pecado y falsedad), la podemos encontrar sólo en otro
mundo.
Es necesario entonces alcanzar otra dimensión, para que
la humanidad se desarrolle plenamente: el mundo después de la muerte y,
precisamente, después del juicio final, cuando podemos ver:"derribar los
soberbios levantados y alzar los humildes abatidos". En esta dimensión,
sin pecados y sin mal, el hombre conseguirá su condición verdaderamente humana
y la sociedad podrá alcanzar su plena dignidad.
Chiara Porzio
LOS VALORES Y LA APARIENCIA EN
LA SOCIEDAD
Por lo que se refiere a la crítica de la sociedad,
Cervantes muestra que son más importantes las apariencias que los hechos.
Efectivamente, la aparente caridad de la Cañizares va borrando en la memoria de
los que la conocen las malas obras pasadas. De la misma manera, las dos
hechiceras, Cañizares y Montiela, podrían ser acreditadas en todo el mundo sólo
por su imagen superficial. La Cañizares juzga mejor ser hipócrita que pecadora
declarada, porque la sociedad en sí es hipócrita y superficial. El autor nos
deja un mensaje a través de las palabras de la bruja “la santidad fingida no
hace daño a ningún tercero, sino al que la usa”. Si alguien finge ser cristiano
se hace daño a sí mismo, porque Dios sabe quién cree en él y quién no (los que
fingen no sólo son brujas!).
NOVEDADES DE LA CRÍTICA CERVANTINA
Cervantes
escoge a un perro, animal amigo del hombre por antonomasia, para criticar al
hombre mismo y a su sociedad. Es evidente el cambio total con respecto a la
literatura didáctica más antigua, donde el personaje que critica es un hombre
de nivel social medio-alto, moralmente superior a los demás.
Índice - Presentación- Participantes
- Contexto - Estructura
- Brujería –Relación
con otros textos - Dicotomías – Recursos narrativos -
Novela - Bibliografía – Coordinadoras
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