CONJUROS
En 1958 aparece Conjuros, que en italiano significa: esorcismi y ya por el mismo título se puede entender que uno de sus temas es lo religioso. Esta es la segunda obra de Claudio Rodríguez, donde la ebriedad y la exaltación del primer libro comienzan ligeramente a disminuir; hay un pasaje interesante: antes él se encontraba en un estado de éxtasis y no tenía dudas de lenguaje, mientras que ahora tiene dudas sobre la capacidad de expresar la verdad.
Conjuros es un libro de petición de la iluminación, es una búsqueda para recuperar la ebriedad y la claridad perdida que provoca un cambio de tonalidad.
En el primer libro el tono es exaltado y exclamativo, mientras que en el segundo es más meditativo, sosegado, natural y coloquial y encontramos mayor preocupación por la condición histórica y social.
Además hay una mayor atención a la realidad objetiva circunstante y Rodríguez trata de fijarla con las palabras. Esta actitud de exaltar la forma de la materia y fijarla en una situación es característica de Conjuros.
En efecto conjurar quiere decir modificar la realidad o con la palabra o con el símbolo. El dice que las poesías de Conjuros están dedicadas a objetos simples de la realidad castellana.
La poesía es contemplación, no es sólo sueño, no se puede ver la realidad como si fuera la primera vez que se ve, sin contemplarla.
La contemplación puede ser de tipo místico y por eso cita a San Juan de la Cruz que observa que ver " el vuelo dela paloma" es contemplación; la vida contemplativa lleva a observar la realidad. El poeta afirma que el verbo "contemplar" viene de "templar", que significa "dar armonía", y esto para él es necesario así como dar un tono musical a lo que se ha contemplado.
La poesía no es solo conocer la realidad sino conocerla, elaborarla y darle armonía.
Para él, el hombre no llega al verdadero conocimiento, ve la realidad y la percibe tal como se le presenta y se da cuenta de la distancia que hay entre percibir la realidad y conocer su verdad.
Por lo que pertenece al nivel formal en Conjuros hay una gran variedad de metros: endecasílabos, heptasílabos, eneasílabos y el verso alejandrino.
(Elaborado por: Daniela Colombo, Federica Chiappa, Laura Bralla, Daniela Pecchi, Valentina Gaito, Raffaela Infanti, Federica Pagella)