El habla de muchos de sus tipos ya es cómica de por sí, tanto la de los que  naturalmente son graciosos (como Sancho), la de los que se expresan mal (las prevaricasiones idiomáticas del cabrero y del vizcaíno con su divertida «mala lengua castellana y peor vizcaína » ) como la de aquellos que sencillamente dicen tonterías

 

(James A. Parr, Don Quijote: Anatomy of Subversive Discorse , Newark Delaware, Juán de la Cuenta 1988, pp XII-XVI ; Mariarosa Scaramuzza Vidoni, Rileggere Cervantes, Intro. )

 

 

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