Tiziano
(1477-1576) Pieve
di Cadore, Italia
Figura principal de la escuela veneciana del siglo XVI y configurador de su
tradición colorística y pictórica. Tiziano, cuyo nombre completo era Tiziano
Vecellio, nació en Pieve di Cadore, al norte de Venecia, en 1477, aunque
algunos especialistas fechan su nacimiento diez años después, en 1487. En
Venecia, fue condiscípulo de Giorgione en el taller de los Bellini. Giovanni
Bellini dejó una destacada impronta en su obra. Las obras juveniles de Tiziano
se confunden a veces con las del pintor veneciano Giorgione, creando problemas
a los especialistas. La primera referencia documental que poseemos de Tiziano
data de 1508, a raíz del encargo de los frescos para el exterior del Fondaco
dei Tedeschi (Lonja de los alemanes), en colaboración con Giorgione. Por
desgracia, los frescos nos han llegado sólo de modo fragmentario. Los
especialistas disienten sobre las obras de principios del siglo XVI que deben
adscribirse a Tiziano.
Entre estas primeras obras deben citarse
la Natividad Allendale (National Gallery, ciudad de Washington), todavía
atribuida a Giorgione por muchos autores, y El concierto campestre
(hacia 1510, Museo del Louvre, París), atribuida por lo general a Giorgione,
aunque hoy se piensa que es obra de Tiziano o una obra de colaboración entre
ambos. Del mismo modo, los estudiosos del tema muestran unanimidad a la hora de
atribuir a Tiziano la Virgen gitana (hacia 1510, Kunsthistorisches
Museum, Viena). Esta pintura es una adaptación de una composición de Giovanni
Bellini, pero la Virgen presenta aquí un tipo más realista y los colores y
texturas tienen una calidad que preludia la obra posterior de Tiziano. En
Padua, Tiziano realiza en 1511 los frescos de los Milagros de san Antonio
para la Scuola del Santo. Estas narraciones demuestran su capacidad para dotar
a las figuras de un sentimiento de aflicción convincente, de vida impulsiva, al
tiempo que ordena los hechos con realismo en el marco de paisajes de gran
viveza. Tiziano poco a poco enriqueció el idílico estilo de Giorgione. Los
cuerpos y los objetos adquieren progresivamente una sensual densidad y
esplendor, los paisajes se vuelven más resonantes, la gama cromática gana en
intensidad y profundidad pero también en armonía como se observa en Las tres edades del hombre
(hacia 1513, Galería Nacional de Escocia, Edimburgo) y Amor divino y amor
profano (hacia 1515, Galería Borghese, Roma). El proceso culminó en las
bacanales que Tiziano pintó para el duque Alfonso d´Este en una estancia de su
palacio de Ferrara entre 1518 y 1522 (Bacanal y La ofrenda a Venus del Museo
del Prado, Madrid, y Baco y Ariadna,
hoy en la National Gallery de Londres). Estas obras se consideran las más famosas
e influyentes del renacimiento, y transforman la idílica Arcadia de Giorgione
en celebraciones dionisíacas. Están basadas en la literatura clásica y adaptan
personajes de la estatuaria antigua y de Miguel Ángel; sin
embargo, reproducen un mundo de vital sensualidad, belleza y contemporaneidad.
Las dinámicas vibraciones de estas piezas tienen su paralelo en su obra de
temática religiosa correspondiente al mismo periodo. Entre las primeras obras
sobre este tema destaca la Asunción de la Virgen (1516-1518) sobre el
altar de Santa María dei Frari en Venecia, que destaca por la maestría en la
composición y movimientos de un nutrido número de personajes tratados con un
sorprendente sentido de la monumentalidad. Diseñados para ser vistos de lejos,
sobresale también su fuerte colorido y luz dorada. Al destaparse la obra causó
una gran sensación. La misma tónica de monumentalidad se observa en la Virgen
de Pésaro (1519-1526) del mismo templo, donde Tiziano realiza un cambio crucial
en el modelo renacentista de sacra conversazione (pinturas de la Virgen con
el Niño entre santos, estableciéndose alguna relación entre los personajes
sagrados), situando a la Virgen, tradicionalmente colocada en el centro de la
composición, en la parte derecha del cuadro, y pintando tras ella dos enormes
columnas en perspectiva que se elevan más allá del espacio pictórico. Este
nuevo esquema fue adoptado por artistas posteriores, como Paolo Veronés o los
Carracci, abriendo el camino del estilo barroco por su sentido de movimiento y
de infinito. La más dinámica de las obras de Tiziano de este periodo fue la
colosal Muerte de san Pedro mártir (1530, destruida), en donde la acción
violenta encuentra eco en la convulsión de los árboles y del cielo.
Sus obras de la década de 1530 están traspasadas por una relativa
serenidad, sutileza y refinamiento cromático, como se observa en su Venus de
Urbino (1538-1539, Uffizi, Florencia), que hace una revisión de la Venus
dormida de Giorgione (hacia 1510, Gemäldegalerie, Dresde). No obstante, un
nuevo ímpetu de energía se plasma en La batalla de Cadore (hacia 1540,
en su época en el Palacio Ducal de Venecia y hoy conocida a través de copias) y
en tres grandiosas pinturas de techos (1543-1544, Santa María della Salute,
Venecia), en las que escorzos violentos y figuras titánicas indican el
conocimiento del estilo manierista por parte del pintor. Tiziano es un
retratista de primera calidad y sus innovaciones más importantes se centran en
este campo entre las décadas de 1530 y 1550. En 1516 había sido nombrado pintor
oficial de la República veneciana, y trabajó a partir de aquí en las cortes de
Ferrara y Mantua. En las décadas de 1530 y 1540 viajó a Bolonia para realizar
los retratos del emperador Carlos V y del papa Pablo III, y visitó Roma por
orden de este último, donde conoció a Miguel Ángel. Entre 1548
y 1550 consta su permanencia en la corte de Carlos V en Augsburgo, Alemania, lo
que le proporcionaría el encargo de multitud de retratos. Tiziano crea como
retratista un tipo de descripción solemne y opulenta, realizando una síntesis
entre la captación de la psicología y temperamento del personaje y la atención
a los detalles de vestuario y al escenario, que definen a su vez la categoría
social de la persona retratada. Entre sus numerosos retratos cabe destacar el
del Caballero del guante (hacia 1520, Museo del Louvre, París), y la
significativa colección que posee el Museo del Prado de Madrid: Federico
Gonzaga (hacia 1526), el famoso Autorretrato (entre 1560-1566) del
pintor a los 80 años, con una técnica casi impresionista; Carlos V en la
batalla de Mühlberg (1548), que es un retrato ecuestre; los dos de Felipe
II, uno de joven con armadura (1551) y otro de gran tamaño, muy parecido en
la composición al de Carlos V en Mühlberg; La emperatriz Isabel de Portugal (hacia
1548), de medio cuerpo y el del Marqués del Vasto arengando a sus tropas.
A partir de 1550, de vuelta a Venecia, su estilo ha cambiado de nuevo. En
las series de pinturas mitológicas realizadas para el rey Felipe II de España,
las formas pierden de forma gradual solidez, diluyéndose parcialmente en vagas
texturas y pinceladas vibrantes, a la vez que el color se hace más intenso.
Ejemplos de ello son La ninfa con el pastor (Kunsthistoriches, Museo de
Viena) y El rapto de Europa (hacia 1559-1562, Museo de Isabella Stewart
Gardner, Boston). El punto culminante se alcanza en la violenta Muerte de
Acteón (hacia 1561, National Gallery, Londres), con su tonalidad broncínea
y texturas espejeantes. De mayor profundidad es Marsias desollado (hacia
1570-1576, Kromeriz, Checoslovaquia). Dentro del capítulo de la fábula pagana
llevada a sus máximos extremos de sensualidad y magnífica interpretación del
desnudo femenino tenemos Danae recibiendo la lluvia de oro, uno de los
más hermosos desnudos salidos de su pincel; Venus y Adonis, y Venus
y la música, pintadas en la década de 1540 por encargo de Felipe II y hoy
en el Museo del Prado. Tiziano utilizó el término "poesías" para
denominar estas pinturas mitológicas. Estas obras son contemporáneas de una
serie de pinturas religiosas en las que se observa la misma disolución
progresiva de las formas a través del color y la luz. A menudo en escenarios
nocturnos, destacan La Anunciación
(1560-1565, San Salvador, Venecia) y La coronación de espinas (c. 1570,
Pinacoteca de Munich). En estas obras el estilo desmaterializado de Tiziano
busca crear un ambiente trascendente. Este estilo tardío, como fenómeno
asombroso en el contexto del arte renacentista, tiene su última manifestación
en la Piedad, realizada por Tiziano para su propia capilla sepulcral,
obra que dejó inacabada y que hoy se conserva en la Academia de Venecia.
Tiziano murió en Venecia en 1576. Su
obra, que afectó de manera decisiva a la evolución de la pintura europea,
proporcionó una alternativa igualmente poderosa y atractiva que la lineal y
plástica tradición florentina seguida por Miguel Ángel y Rafael.
Esta alternativa, que sería tomada por Petrus Paulus Rubens, Diego Velázquez,
Rembrandt, Eugène Delacroix y los impresionistas, sigue viva en la actualidad.
Por derecho propio, la obra de Tiziano se considera en la cima de los logros y
éxitos en el campo de las artes visuales.