Asunto
El
Coloquio de los perros: la Novela
Ejemplar más larga de Cervantes, presenta una conversación perruna entre
Berganza, que da al lector unos datos autobiográficos, y Cipión, que le
interrumpe para introducir sus comentarios filosóficos y críticos. El episodio
central de la vida de Berganza es su encuentro con la bruja Cañizares, quien
afirma reconocerle, aun bajo su forma canina como el hijo de otra bruja. Este
episodio es uno de los acontecimientos que mejor ilustran la gran habilidad
verbal de Cervantes para representar y criticar su sociedad.
No es un caso que
Cervantes utilice dos perros como en la fábula esópica, sabiendo que la
doctrina moral contenida bajo el disfraz de la ficción la rescata de ser un
disparate. La de la fábula esópica no es la única matriz de la novela: muchas
conexiones, en efecto, pueden hallarse con el Guzmán de Alfarache, el Asno de
oro de Apuleyo y el Baldo. La materia novelesca, en efecto, se vincula con la
picaresca: Berganza narra su vida, en primera persona, y en particular habla de
las experiencias que vivió mientras servía a sus amos. El carácter fundamental
de la picaresca cervantina es que la intención del autor es explícitamente
crítica y satírica.
Laura
Bernardelli
EL DON DEL HABLA
La novela consiste en una larga conversación entre dos perros guardianes
del hospital de la Resurrección en Valladolid que tienen el don de la palabra.
Berganza le cuenta su vida a Cipión, a través de la cual se da una visión
satírica de tipos y costumbres de la España de Felipe III. Siguiendo la
tradición picaresca, Berganza habla de los diversos amos que ha tenido y de los
diferentes ambientes en que se ha encontrado - matarifes, pastores, estudiantes
y hasta locos desfilan en las páginas de la novela -. Pero el episodio central
de la vida del perro es su encuentro, en la cordobesa villa de Montilla, con
una gran hechicera, la Cañizares, discípula de la Camacha. Ésta afirma
reconocerle, aun bajo su forma canina como el desaparecido hijo de una tercera
bruja, la Montiela. En
este momento de la narración se nos dice que el verdadero nombre de Berganza es
Montiel y que los dos perros son, en realidad, seres humanos, metamorfoseados
por arte de brujería. Queda explicado así el don de la palabra en Berganza y
Cipión. Este extraordinario don de la palabra se manifiesta en todos los
sentidos posibles, muy en particular en sus aplicaciones literarias, a lo largo
de El Coloquio de los perros. Porque la palabra es el órgano de la creación
literaria, y en ésta alberga la verdad poética, y su definición y contenidos
son la obsesión de la vida artística de Cervantes.
El
texto que analizamos es un diálogo entre dos perros, Berganza y Cipión; el
primero cuenta algunos hechos de su vida, mientras que el segundo lo interrumpe
de vez en cuando para hacer comentarios filosóficos y críticos.
A
través del diálogo, Berganza habla de su encuentro con la bruja Cañizares.
LAS VOCES EN LA
NOVELA
En Valladolid, fuera del hospital de la
Resurrección, dos perros llamados Cipión y Berganza se cuentan sus aventuras. Empieza Berganza, y Cipión comenta su
relato y su estilo. Así mismo, lo
invita con frecuencia a no divagar, pues no saben si el don del habla, que en
ese momento tienen, les durará hasta el día siguiente.
El
relato de Berganza nos ofrece un panorama bastante variopinto de
acontecimientos y de caracteres, según cambia su vida al cambiar de amo.
En esta novela, el autor manifiesta su visión del mundo y del arte
narrativo, de forma más explícita que en otros textos, a través de los
comentarios de los dialogantes.
Los personajes principales son dos perros, Cipión y Berganza, y ellos
pueden hablar sólo por una noche. A Berganza le toca dirigir el tema principal, que Cipión,
con sus interrupciones y sobre todo con su silencio, apoya y sostiene.
EL
TEXTO DE LA NOVELA EJEMPLAR
EL COLOQUIO DE LOS PERROS
Novela y coloquio
que
passó entre Cipion y Bergança,
perros del hospital de la Resureccion,
que esta en la ciudad de Valladolid,
fuera de la Puerta del Campo, a quien
comunmente llaman los perros
de Mahudes.
Cip. Bergança amigo, dexemos esta noche |
|
el hospital en guarda de la confiança, y retire- |
|
monos a esta soledad, y entre estas esteras, |
|
donde podremos gozar, sin
ser sentidos, desta |
|
no vista merced que el cielo
en vn mismo |
5 |
punto a los dos nos ha
hecho. |
|
Berg. Cipion hermano, oyote hablar, y se |
|
que te hablo, y no puedo
creerlo, por parecer- |
|
me que el hablar nosotros passa de los termi- |
|
nos de naturaleza. |
10 |
Cip. Assi es la verdad, Bergança, y viene a |
|
ser mayor este milagro, en que no solamente |
|
hablamos, sino en que hablamos con discurso, |
|
como si fueramos capazes de
razon, estando |
|
tan sin ella, que la
diferencia que ay del ani- |
15 |
mal bruto al hombre, es ser el hombre animal |
|
racional, y el bruto irracional. |
|
Berg. Todo lo que dizes, Cipion,
entiendo, y |
|
el dezirlo tu, y entenderlo
yo, me causa nueua |
|
|
|
P.2
l54
NOVELAS EXEMPLARES
admiracion y nueua marauilla. Bien es verdad, |
|
que, en el discurso de mi vida, diuersas y |
|
muchas vezes he oydo dezir grandes prerroga- |
|
tiuas nuestras, tanto que parece que algunos |
|
han querido sentir que tenemos vn natural dis- |
5 |
tinto, tan viuo y tan agudo en muchas cosas, |
|
que da indicios y señales de faltar poco para |
|
mostrar que tenemos vn no se que de enten- |
|
dimiento, capaz de discurso. |
|
Cip. Lo que yo he oydo alabar y encarecer
|
10 |
es nuestra mucha memoria, el
agradecimiento |
|
y gran fidelidad nuestra,
tanto, que nos suelen |
|
pintar por symbolo de la
amistad; y assi auras |
|
visto, si has mirado en
ello, que en las sepul- |
|
turas de alabastro, donde suelen estar las figu- |
15 |
ras de los que alli estan enterrados, quando |
|
son marido y muger, ponen entre los dos a |
|
los pies vna figura de perro, en señal que se |
|
guardaron en la vida amistad y fidelidad in- |
|
uiolable. |
20 |
Berg. Bien se que ha auido perros tan agra- |
|
decidos, que se han arrojado con los cuerpos |
|
difuntos de sus amos en la misma sepultura. |
|
Otros han estado sobre las sepulturas donde |
|
estauan enterrados sus señores, sin apartarse |
25 |
dellas, sin comer, hasta que se les acabaua la |
|
vida. Se tambien, que, despues del elefante, el |
|
perro tiene el primer lugar, de parecer que tie- |
|
ne entendimiento, luego el
cauallo, y el vltimo |
|
la ximia. |
30 |
Cip. Ansi es, pero bien confessarás, que ni |
|
|
|
P.3
COLOQUIO
DE LOS PERROS l55
has visto, ni oydo dezir jamas, que aya habla- |
|
do ningun elefante, perro,
cauallo, o mona. Por |
|
donde me doy a entender que
este nuestro |
|
hablar tan de inprouiso, cae
debaxo del nu- |
|
mero de aquellas cosas que
llaman portentos, |
5 |
las quales, quando se muestran y parecen, tie- |
|
ne aueriguado la
experiencia, que alguna cala- |
|
midad grande amenaza a las
gentes. |
|
Berg. Dessa manera, no hare yo mucho en |
|
tener por señal portentosa
lo que ohi dezir los |
10 |
dias passados a vn estudiante, passando por |
|
Alcala de Henares. |
|
Cip. ¿Que le oyste dezir? |
|
Berg. Que, de cinco mil estudiantes que cur- |
|
sauan aquel año en la Vniuersidad, los dos mil |
15 |
oian medicina. |
|
Cip. Pues, ¿que vienes a inferir desso? |
|
Berg. Infiero, o que estos dos mil
medicos |
|
han de tener enfermos que curar, que seria |
|
harta plaga y mala ventura, o ellos se han de |
20 |
morir de hambre. Pero
sea lo que fuere, nos- |
|
otros hablamos, sea
portento, o no, que lo que |
|
el cielo tiene ordenado que
suceda, no ay dili- |
|
gencia ni sabiduria humana
que lo pueda pre- |
|
uenir; y assi no ay para que
ponernos a dispu- |
25 |
tar nosotros, como, o por
que hablamos: mejor |
|
sera, que este buen dia, o
buena noche, la me- |
|
tamos en nuestra casa; y pues la tenemos tan |
|
buena en estas esteras, y no
sabemos quanto |
|
|
|
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l56
NOVELAS EXEMPLARES
durará esta nuestra ventura,
sepamos aproue- |
|
charnos della, y hablemos
toda esta noche, sin |
|
dar lugar al sueño que nos
impida este gusto, |
|
de mi por largos tiempos
desseado. |
|
[Cip.] Y aun de mi, que desde que tuue |
5 |
fuerças para roer vn hueso, tuue desseo de |
|
hablar, para dezir cosas que depositaua en la |
|
memoria, y alli, de antiguas y muchas, o se en- |
|
mohezian, o se me oluidauan.
|
|
[Berg.] Empero aora,
que tan sin pensarlo |
10 |
me veo enriquezido deste
diuino don de la |
|
habla, pienso gozarle y
aprouecharme del lo |
|
mas que pudiere, dandome
priessa a dezir todo |
|
aquello que se me acordare,
aunque sea atro- |
|
pellada y confusamente,
porque no se quando |
15 |
me bolueran a pedir este
bien, que por presta- |
|
do tengo. |
|
Cip. Sea esta la manera, Bergança amigo, |
|
que esta noche me cuentes tu vida, y los tran- |
|
zes por donde has venido al punto en que |
20 |
aora te hallas; y si mañana en la noche es- |
|
tuuieremos con habla, yo te contaré la mia, |
|
porque mejor sera gastar el tiempo en contar |
|
las propias, que en procurar saber las agenas |
|
vidas. |
25 |
Berg. Siempre, Cipion, te he tenido por dis- |
|
creto y por amigo, y aora mas que nunca, pues |
|
como amigo quieres dezirme tus sucessos y |
|
saber los mios, y como
discreto has repartido |
|
|
|
P.5
COLOQUIO DE LOS PERROS l57
el tiempo donde podamos
manifestallos. Pero |
|
aduierte primero si nos oye
alguno. |
|
Cip. Ninguno, a lo que creo, puesto que
aqui |
|
cerca esta vn soldado
tomando sudores; pero |
|
en esta sazon mas estara para dormir que para |
5 |
ponerse a escuchar a nadie. |
|
Berg. Pues si puedo hablar con esse
seguro, |
|
escucha, y si te cansare lo
que te fuere dizien- |
|
do, o me reprehende, o manda
que calle. |
|
Cip. Habla hasta que amanezca, o hasta
que |
10 |
seamos sentidos, que yo te escucharé de muy |
|
buena gana, sin impedirte
sino quando viere |
|
ser necessario. |
|
Berg. Pareceme que la
primera vez que vi el |
|
sol fue en Seuilla, y en su Matadero, que |
15 |
esta fuera de la Puerta de la carne, por donde |
|
imaginara, si no fuera por lo que despues te |
|
dire, que mis padres deuieron de ser alanos de |
|
aquellos que crian los ministros de aquella con- |
|
fussion, a quien llaman
giferos. El primero |
20 |
que conoci por amo, fue vno
llamado Nicolas |
|
el romo, moço robusto,
doblado y colerico, |
|
como lo son todos aquellos que exercitan la |
|
giferia. Este tal Nicolas me
enseñaua a mi y a |
|
otros cachorros, a que, en compañia de ala- |
25 |
nos viejos, arremetiessemos a los toros y les |
|
hiziessemos pressa de las orejas. Con mu- |
|
cha facilidad sali vn aguila
en esto. |
|
Cip. No me marauillo, Bergança, que, como
|
|
|
|
P.6
l58
NOVELAS EXEMPLARES
el hazer mal viene de
natural cosecha, facil- |
|
mente se aprende el hazerle.
|
|
Berg. ¿Que se diria, Cipion hermano, de
lo |
|
que vi en aquel Matadero, y de las cosas ex- |
|
orbitantes que en el passan? Primero has de |
5 |
presuponer que todos quantos en el trabajan, |
|
desde el menor hasta el
mayor, es gente ancha |
|
de conciencia, desalmada, sin temer al rey ni |
|
a su justicia; los mas amancebados; son aues |
|
de rapiña carniceras. Mantienense ellos y sus |
10 |
amigas de lo que hurtan. Todas las mañanas |
|
que son dias de carne, antes que amanezca, |
|
estan en el matadero gran cantidad de muger- |
|
zillas y muchachos, todos con talegas, que, |
|
viniendo vazias, bueluen llenas de pedaços de |
15 |
carne, y las criadas con criadillas y lomos me- |
|
dio enteros. No ay res
alguna que se mate, |
|
de quien no lleue esta gente
diezmos y primi- |
|
cias de lo mas sabroso y bien parado. Y como |
|
en Seuilla no ay obligado de la carne, cada |
20 |
vno puede traer la que quisiere, y la que pri- |
|
mero se mata, o es la mejor,
o la de mas baxa |
|
postura; y con este
concierto, ay siempre mu- |
|
cha abundancia. Los dueños se encomiendan |
|
a esta buena gente que he
dicho, no para que |
25 |
no les hurten, que esto es impossible, sino para |
|
que se moderen en las tajadas y socaliñas que |
|
hazen en las reses muertas, que las escamon- |
|
dan y podan como si fuessen
sauzes o parras. |
|
Pero ninguna cosa me
admiraua mas, ni me |
30 |
parecia peor, que el ver que
estos giferos, con |
|
la misma facilidad matan a vn hombre, que a |
|
|
|
P.7
COLOQUIO DE LOS PERROS l59
vna vaca: por quitame alla
essa paja, a dos |
|
por tres meten vn cuchillo
de cachas amarillas |
|
por la barriga de vna
persona, como si acoco- |
|
tassen vn toro. Por
marauilla se passa dia sin |
|
pendencias y sin heridas, y, a vezes, sin muer- |
5 |
tes; todos se pican de valientes, y aun tienen |
|
sus puntas de rufianes; no ay ninguno que |
|
no tenga su angel de guarda
en la plaça de |
|
S. Francisco, grangeado con
lomos y len- |
|
guas de vaca. Finalmente,
ohi dezir a vn hom- |
10 |
bre discreto, que tres cosas
tenia el rey por |
|
ganar en Seuilla: la calle de la Caça, la Costa- |
|
nilla y el Matadero. |
|
Cip. Si en contar las condiciones de los amos |
|
que has tenido, y las faltas de sus oficios, te |
15 |
has de estar, amigo
Bergança, tanto como esta |
|
vez, menester sera pedir al
cielo nos conceda |
|
la habla siquiera por vn año, y aun temo que, |
|
al paso que lleuas, no
llegarás a la mitad |
|
de tu historia. Y quierote aduertir de vna cosa, |
20 |
de la qual veras la experiencia quando te |
|
cuente los sucessos de mi vida, y es que los |
|
cuentos, vnos encierran y tienen la gracia |
|
en ellos mismos, otros en el modo de contar- |
|
los; quiero dezir, que algunos ay que, aunque |
25 |
se cuenten sin preambulos y ornamentos de |
|
palabras, dan contento: otros ay que es menes- |
|
ter vestirlos de palabras, y con demostracio- |
|
nes del rostro y de las manos, y con mudar |
|
|
|
P.8
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NOVELAS EXEMPLARES
la voz, se hazen algo de nonada, y de floxos |
|
y desmayados, se bueluen agudos y gustosos, |
|
y no se te oluide este
aduertimiento, para apro- |
|
uecharte del en lo que te queda por dezir. |
|
Berg. Yo lo hare assi, si pudiere y si me
da |
5 |
lugar la grande tentacion que tengo de hablar, |
|
aunque me parece que con
grandissima dificul- |
|
tad me podre yr a la mano. |
|
Cip. Vete a la lengua, que en ella consisten |
|
los mayores daños de la humana vida. |
10 |
Berg. Digo, pues, que mi amo me enseñó a |
|
lleuar vna espuerta en la
boca, y a defenderla |
|
de quien quitarmela quisiesse. Enseñome tam- |
|
bien la casa de su amiga, y
con esto se escusó |
|
la venida de su criada al
matadero, porque yo |
15 |
le lleuaua las madrugadas lo que el auia hur- |
|
tado las noches. Y vn dia, que entre dos luzes |
|
yua yo diligente a lleuarle la porcion, ohi que |
|
me llamauan por mi nombre desde vna venta- |
|
na; alcé los ojos, y vi vna moça hermosa en |
20 |
estremo; detuueme vn poco, y
ella baxó a la |
|
puerta de la calle y me
tornó a llamar. Llegue- |
|
me a ella, como si fuera a
ver lo que me |
|
queria, que no fue otra cosa
que quitarme lo |
|
que lleuaua en la cesta y ponerme en su lugar |
25 |
vn chapin viejo. Entonces dixe entre mi: "La |
|
carne se ha ydo a la
carne." Dixome la moça, en |
|
auiendome quitado la carne:
"Andad, [G]aui- |
|
lan, o como os llamays, y
dezid a Nicolas el |
|
romo, vuestro amo, que no se
fie de animales, |
30 |
y que del lobo vn pelo, y esse de la espuerta." |
|
|
|
P.9
COLOQUIO
DE LOS PERROS l61
Bien pudiera yo boluer a quitar lo que me |
|
quitó, pero no quise, por no
poner mi boca |
|
xifera y suzia en aquellas manos limpias y |
|
blancas. |
|
Cip. Hiziste muy bien, por ser prerrogatiua |
5 |
de la hermosura que siempre
se le tenga res- |
|
pecto. |
|
Berg. Assi lo hize yo, y assi me bolui a
mi |
|
amo, sin la porcion y con el
chapin. Pareciole |
|
que bolui presto; vio el
chapin, imaginó la |
10 |
burla, sacó vno de cachas, y
tirome vna puña- |
|
lada, que, a no desuiarme,
nunca tu oyeras |
|
aora este cuento, ni aun
otros muchos que |
|
pienso contarte. Puse pies en poluorosa, y, to- |
|
mando el camino en las manos y en los pies, |
15 |
por detras de San Bernardo,
me fuy por aque- |
|
llos campos de Dios, adonde
la fortuna qui- |
|
siesse lleuarme. |
|
Aquella noche dormi al cielo
abierto, y otro |
|
dia me deparó la suerte vn
hato o rebaño de |
20 |
ouejas y carneros. Assi
como le vi, crei que |
|
auia hallado en el el centro
de mi reposo, |
|
pareciendome ser propio y
natural oficio de |
|
los perros guardar ganado,
que es obra donde |
|
se encierra vna virtud
grande, como es ampa- |
25 |
rar y defender de los poderosos y soberuios |
|
los humildes y los que poco pueden. Apenas |
|
me huuo visto vno de tres pastores que el |
|
ganado guardauan, quando,
diziendo: "To, to", |
|
me llamó, y yo, que otra
cosa no desseaua, |
30 |
me llegué a el, baxando la
cabeça y meneando |
|
|
|
P.10
l62
NOVELAS EXEMPLARES
la cola. Truxome la mano por
el lomo, abriome |
|
la boca, escupiome en ella,
mirome las pres- |
|
sas, conocio mi edad, y dixo
a otros pasto- |
|
res que yo tenia todas las señales de ser perro |
|
de casta. Llegó a este
instante el señor del ga- |
5 |
nado, sobre vna yegua ruzia
a la gineta, con |
|
lança y adarga, que mas parecia atajador de la |
|
costa, que señor de ganado.
Preguntó al |
|
pastor: "¿Que perro es este, que tiene señales |
|
de ser bueno?" "Bien
lo puede vuessa merced |
10 |
creer", respondio el
pastor, "que yo le he cote- |
|
jado bien, y no ay señal en
el que no muestre |
|
y prometa que ha de ser vn
gran perro. Agora |
|
se llegó aqui, y no se cuyo sea, aunque se que |
|
no es de los rebaños de la redonda." "Pues |
15 |
assi es", respondio el señor, "ponle luego el co- |
|
llar de Leonzillo, el perro que se murio, y denle |
|
la racion que a los demas, y acariciale, por |
|
que tome cariño al hato y se quede en el." |
|
En diziendo esto, se fue, y
el pastor me |
20 |
puso luego al cuello vnas
carlancas llenas de |
|
puntas de azero, auiendome
dado primero en |
|
vn dornajo gran cantidad de sopas en leche. |
|
Y assimismo me puso nombre,
y me llamó Bar- |
|
zino. Vime harto, y contento con el
segundo |
25 |
amo y con el nueuo oficio.
Mostreme solicito y |
|
diligente en la guarda del
rebaño, sin apartarme |
|
del sino las siestas, que me
yua a passarlas, |
|
|
|
P.11
COLOQUIO DE LOS PERROS l63
o ya a la sombra de algun
arbol, o de algun |
|
ribazo o peña, o a la de
alguna mata, a la |
|
margen de algun arroyo, de los muchos que |
|
por alli corrian. Y estas
horas de mi sossiego |
|
no las passaua ociosas, porque en ellas ocu- |
5 |
paua la memoria en acordarme de muchas |
|
cosas, especialmente en la vida que auia teni- |
|
do en el Matadero, y en la que tenia mi amo, |
|
y todos los como el, que estan sujetos a cum- |
|
plir los gustos impertinentes de sus amigas. |
10 |
¡O que de cosas te pudiera dezir aora, de las |
|
que aprendi en la escuela de aquella xifera |
|
dama de mi amo! Pero
aurelas de callar, por- |
|
que no me tengas por largo y por murmu- |
|
rador. |
15 |
Cip. Por auer oydo dezir que dixo vn gran |
|
poeta de los antiguos, que
era dificil cosa el no |
|
escriuir satiras, consentire que murmures vn |
|
poco de luz, y no de sangre; quiero dezir, que |
|
señales y no hieras, ni des mate a ninguno en |
20 |
cosa señalada, que no es
buena la murmura- |
|
cion, aunque haga reyr a
muchos, si mata a |
|
vno: y si puedes agradar sin ella, te tendre por |
|
muy discreto. |
|
Berg. Yo tomaré tu
consejo, y esperaré con |
25 |
gran desseo que llegue el tiempo en que me |
|
cuentes tus sucessos; que, de quien tan bien |
|
sabe conocer y enmendar los defetos que ten- |
|
go en contar los mios, bien se puede esperar |
|
que contará los suyos de manera que ense- |
30 |
ñen y deleyten a vn mismo
punto. Pero anu- |
|
|
|
P.12
l64
NOVELAS EXEMPLARES
dando el roto hilo de mi
cuento, digo, que en |
|
aquel silencio y soledad de mis siestas, entre |
|
otras cosas, consideraua que no deuia de ser |
|
verdad lo que auia oydo contar de la vida de |
|
los pastores, a lo menos de aquellos que la dama |
5 |
de mi amo leia en vnos
libros, quando yo yua |
|
a su casa, que todos
tratauan de pastores y |
|
pastoras, diziendo que se
les passaua toda la |
|
vida cantando, y tañendo con
gaytas, çampo- |
|
ñas, rabeles y chirumbelas, y con otros instru- |
10 |
mentos extraordinarios.
Deteniame a oyrla leer, |
|
y leia cómo el pastor de
Anfriso cantaua |
|
estremada y diuinamente,
alabando a la sim- |
|
par Belisarda, sin auer en todos los montes |
|
de Arcadia arbol en cuyo tronco no se huuiesse |
15 |
sentado a cantar desde que salia el Sol en los |
|
braços de la Aurora, hasta que se ponia en |
|
los de Tetis, y aun, despues de auer tendido la |
|
negra noche por la faz de la tierra sus negras y |
|
escuras alas, el no cessaua de sus bien cantadas |
20 |
y mejor lloradas quexas. No se le quedaua en- |
|
tre renglones el pastor
Elicio, mas enamorado |
|
que atreuido, de quien dezia que, sin atender a |
|
a sus amores, ni a su ganado, se entraua en los |
|
cuydados agenos. Dezia tambien, que el gran |
25 |
pastor de Filida, vnico pintor de vn retrato, |
|
auia sido mas confiado, que dichoso. De los |
|
desmayos de Sireno, y arrepentimiento de Dia- |
|
na, dezia, que daua gracias
a Dios y a la |
|
|
|
P.13
COLOQUIO DE LOS PERROS l65
sabia Felicia, que con su
agua encantada des- |
|
hizo aquella maquina de enredos y aclaró aquel |
|
laberinto de dificultades. Acordauame de otros |
|
muchos libros que deste jaez la auia oydo leer, |
|
pero no eran dignos de
traerlos a la memoria. |
5 |
Cip. Aprouechandote vas, Bergança, de mi |
|
auiso; murmura, pica, y
passa, y sea tu inten- |
|
cion limpia, aunque la
lengua no lo parezca. |
|
Berg. En estas materias nunca tropieza la
|
|
lengua, si no cae primero la
intencion. Pero si |
10 |
acaso por descuydo, o por
malicia, murmurare, |
|
respondere a quien me
reprehendiere, lo que |
|
respondio Mauleon, poeta
tonto y academico |
|
de burla de la academia de los Imitadores, a |
|
vno, que le preguntó que que queria dezir |
15 |
Deum de Deo, y respondio, que, dé donde diere. |
|
Cip. Essa fue respuesta de vn simple;
pero |
|
tu, si eres discreto, o lo
quieres ser, nunca has |
|
de dezir cosa de que deuas dar disculpa; di |
|
adelante. |
20 |
Berg. Digo que todos los pensamientos que |
|
he dicho, y muchos mas, me causaron ver los |
|
diferentes tratos y exercicios, que mis pastores, |
|
y todos los demas de aquella marina tenian, |
|
de aquellos que auia oydo leer que tenian los |
25 |
pastores de los libros; porque si los mios can- |
|
tauan, no eran canciones
acordadas y bien |
|
compuestas, sino vn
"Cata el lobo do va, Iuani- |
|
ca", y otras cosas semejantes, y esto no al |
|
son de chirumbelas, rabeles o gaytas, sino al |
30 |
|
|
P.14
l66
NOVELAS EXEMPLARES
que hazia el dar vn cayado
con otro, o al de |
|
algunas tejuelas puestas entre los dedos, y no |
|
con vozes delicadas, sonoras, y admirables, sino |
|
con vozes roncas, que solas, o juntas, parecia, |
|
no que cantauan, sino que
gritauan o gruñian. |
5 |
Lo mas del dia se les
passaua espulgandose, o |
|
remendando sus abarcas, ni entre ellos se |
|
nombrauan Amarilis, Filidas, Galateas, y |
|
Dianas, ni auia Lisardos, Lausos, Iacintos, ni |
|
Riselos; todos eran Antones, Domingos, Pa- |
10 |
blos, o Llorentes, por donde vine a entender |
|
lo que pienso que deuen de creer todos, que |
|
todos aquellos libros son cosas soñadas y bien |
|
escritas, para entretenimiento de los ociosos, y |
|
no verdad alguna; que, a serlo, entre mis pas- |
15 |
tores huuiera alguna reliquia de aquella felizis- |
|
sima vida, y de aquellos amenos prados, |
|
espaciosas seluas, sagrados montes, hermosos |
|
jardines, arroyos claros y cristalinas fuentes, y |
|
de aquellos tan honestos, quanto bien decla- |
20 |
rados requiebros, y de aquel desmayarse aqui |
|
el pastor, alli la pastora,
aculla resonar la çam- |
|
poña del vno, aca el
caramillo del otro. |
|
Cip. Basta, Bergança, buelue a tu senda,
y |
|
camina. |
25 |
Berg. Agradezcotelo, Cipion amigo, porque
|
|
si no me auisaras, de manera
se me yua ca- |
|
lentando la boca, que no
parara hasta pin- |
|
tarte vn libro entero destos
que me tenian en- |
|
gañado; pero tiempo vendra
en que lo diga |
30 |
|
|
P.15
COLOQUIO
DE LOS PERROS l67
todo, con mejores razones y con mejor discurso |
|
que aora. |
|
Cip. Mirate a los pies, y desharas la rueda, |
|
Bergança; quiero dezir, que mires que eres vn |
|
animal que carece de razon; y si aora mues- |
5 |
tras tener alguna, ya hemos aueriguado entre |
|
los dos ser cosa sobrenatural y jamas vista. |
|
Berg. Esso fuera ansi, si yo estuuiera en mi |
|
primera ignorancia; mas aora
que me ha veni- |
|
do a la memoria lo que te
auia de auer dicho |
10 |
al principio de nuestra
platica, no solo no me |
|
marauillo de lo que hablo,
pero espantome de |
|
lo que dexo de hablar. |
|
Cip. ¿Pues aora no puedes dezir lo que
aora |
|
se te acuerda? |
15 |
Berg. Es vna cierta historia que me passó |
|
con vna grande hechizera, discipula de la Ca- |
|
macha de Montilla. |
|
Cip. Digo que me la cuentes antes que pas- |
|
ses mas adelante en el cuento de tu vida. |
20 |
Berg. Esso no hare yo, por cierto, hasta
su |
|
tiempo; ten paciencia, y escucha por su orden |
|
mis sucessos, que assi te daran mas gusto, si |
|
ya no te fatiga querer saber los medios antes |
|
de los principios. |
25 |
Cip. Se breue, y cuenta lo que quisieres y |
|
como quisieres. |
|
Berg. Digo, pues, que yo me hallaua bien |
|
con el oficio de guardar
ganado, por parecerme |
|
que comia el pan de mi sudor y trabajo, y que |
30 |
la ociosidad, rayz y madre de todos los vicios, |
|
no tenia que ver conmigo, a
causa que si los |
|
|
|
P.16
l68
NOVELAS EXEMPLARES
dias holgaua, las noches no
dormia, dandonos |
|
assaltos a menudo, y
tocandonos a arma los lo- |
|
bos; y apenas me auian dicho
los pastores "¡al |
|
lobo, Barzino!", quando
acudia primero que los |
|
otros perros a la parte que
me señalauan que |
5 |
estaua el lobo; corria los
valles, escudriñaua |
|
los montes, desentrañaua las
seluas, saltaua |
|
barrancos, cruzaua caminos,
y a la mañana |
|
boluia al hato, sin auer
hallado lobo, ni rastro |
|
del, anhelando, cansado, hecho pedaços, y los |
10 |
pies abiertos de los garranchos; y hallaua en |
|
el hato, o ya vna oueja
muerta, o vn carnero |
|
degollado y medio comido del
lobo. Desespe- |
|
rauame de ver de quan poco
seruia mi mucho |
|
cuydado y diligencia. |
15 |
Venia el señor del ganado,
salian los pasto- |
|
res a recebirle con las pieles de la res muerta, |
|
culpaua a los pastores por negligentes, y man- |
|
daua castigar a los perros por pereçosos; llo- |
|
uian sobre nosotros palos, y sobre ellos repre- |
20 |
hensiones, y assi, viendome
vn dia castigado |
|
sin culpa, y que mi cuydado,
ligereza y braueza |
|
no eran de prouecho para
coger el lobo, deter- |
|
miné de mudar estilo, no
desuiandome a bus- |
|
carle, como tenia de
costumbre, lexos del reba- |
25 |
ño, sino estarme junto a el,
que pues el lobo alli |
|
venia, alli seria mas cierta
la pressa. Cada |
|
semana nos tocauan a rebato, y en vna escu- |
|
rissima noche tuue yo vista
para ver los lobos, |
|
de quien era impossible que
el ganado se guar- |
30 |
dasse. Agacheme detras de
vna mata, passaron |
|
|
|
P.17
COLOQUIO
DE LOS PERROS l69
los perros mis compañeros adelante, y desde |
|
alli oteé, y vi que dos pastores assieron de |
|
vn carnero de los mejores
del aprisco, y le ma- |
|
taron, de manera, que
verdaderamente parecio, |
|
a la mañana, que auia sido
su verdugo el lobo. |
5 |
Pasmeme, quedé suspenso
quando vi que los |
|
pastores eran los lobos, y que despedaçauan el |
|
ganado los mismos que le auian de guardar. |
|
Al punto hazian saber a su
amo la pressa |
|
del lobo, dauanle el pellejo
y parte de la carne, |
10 |
y comianse ellos lo mas y lo
mejor. Boluia a |
|
reñirles el señor, y boluia tambien el castigo |
|
de los perros. No
auia lobos, menguaua el re- |
|
baño; quisiera yo
descubrillo, hallauame mudo. |
|
Todo lo qual me traia lleno
de admiracion y de |
15 |
congoja. "¡Valame
Dios!", dezia entre mi, |
|
"¿quien podra remediar
esta maldad? ¿quien |
|
sera poderoso a dar a
entender que la defensa |
|
ofende, que las centinelas duermen, que la |
|
confiança roba, y el que os guarda os mata?" |
20 |
Cip. Y dezias muy bien, Bergança, porque no |
|
ay mayor, ni mas sotil ladron, que el domes- |
|
tico, y assi mueren muchos mas de los confia- |
|
dos, que de los recatados; pero el daño esta en |
|
que es impossible que puedan passar bien las |
25 |
gentes en el mundo, si no se
fia y se confia. |
|
Mas quedese aqui esto, que
no quiero que pa- |
|
rezcamos predicadores; passa
adelante. |
|
|
|
P.18
l70
NOVELAS EXEMPLARES
Berg. Passo adelante, y digo, que
determiné |
|
dexar aquel oficio, aunque
parecia tan bueno, |
|
y escoger otro, donde por hazerle bien, ya que |
|
no fuesse remunerado, no
fuesse castigado. |
|
Boluime a Seuilla, y entré a seruir a vn mer- |
5 |
cader muy rico. |
|
Cip. ¿Que modo tenias para entrar con
amo? |
|
porque, segun lo que se vsa,
con gran dificul- |
|
tad el dia de oy halla vn hombre de bien se- |
|
ñor a quien seruir. Muy diferentes son los se- |
10 |
ñores de la tierra del Señor
del cielo. Aquellos, |
|
para recebir vn criado,
primero le espulgan el |
|
linage, examinan la habilidad, le marcan la |
|
apostura, y aun quieren saber los vestidos que |
|
tiene. Pero para entrar a
seruir a Dios, el mas |
15 |
pobre es mas rico, el mas
humilde de mejor |
|
linage; y con solo que se
disponga con lim- |
|
pieça de coraçon a querer
seruirle, luego le |
|
manda poner en el libro de sus gages, seña- |
|
landoselos tan auentajados, que de muchos y |
20 |
de grandes, apenas pueden caber en su desseo. |
|
Berg. Todo esso es predicar, Cipion
amigo. |
|
Cip. Assi me lo parece a mi, y assi
callo. |
|
Berg. A lo que me preguntaste del orden |
|
que tenia para entrar con
amo, digo, que ya tu |
25 |
sabes que la humildad es la basa y fundamento |
|
de todas virtudes, y que sin ella no ay alguna |
|
que lo sea. Ella allana
inconuenientes, vence |
|
dificultades, y es vn medio que siempre a glo- |
|
riosos fines nos conduze; de los enemigos haze |
30 |
|
|
P.19
COLOQUIO
DE LOS PERROS l7l
amigos, templa la colera de los ayrados; y me- |
|
noscaba la arrogancia de los soberuios, es |
|
madre de la modestia, y hermana de la templan- |
|
ça. En fin, con ella no
pueden atrauesar triun- |
|
fo que les sea de prouecho los vicios, porque |
5 |
en su blandura y mansedumbre se embotan y |
|
despuntan las flechas de los pecados; desta |
|
pues me aprouechaua yo, quando queria en- |
|
trar a seruir en alguna
casa, auiendo primero |
|
considerado y mirado muy
bien ser casa que |
10 |
pudiesse mantener, y donde
pudiesse entrar |
|
vn perro grande. Luego
arrimauame a la puer- |
|
ta, y quando, a mi parecer,
entraua algun fo- |
|
rastero, le ladraua, y
quando venia el señor, |
|
baxaua la cabeça, y mouiendo
la cola me yua |
15 |
a el, y con la lengua le
limpiaua los çapatos; si |
|
me echauan a palos, sufrialos, y con la misma |
|
mansedumbre boluia a hazer
halagos al que me |
|
apaleaua, que ninguno
segundaua, viendo mi |
|
porfia y mi noble termino.
Desta manera, a dos |
20 |
porfias, me quedaua en casa; seruia bien, que- |
|
rianme luego bien, y nadie
me despidio, si no |
|
era que yo me despidiesse,
o, por mejor dezir, |
|
me fuesse; y tal vez hallé amo, que este fuera |
|
el dia que yo estuuiera en
su casa, si la contra- |
25 |
ria suerte no me huuiera
persegido. |
|
Cip. De la misma manera que has contado |
|
entraua yo con los amos que tuue, y parece |
|
que nos leymos los pensamientos. |
|
Berg. Como en essas cosas nos hemos en- |
30 |
contrado, si no me engaño, y
yo te las dire a |
|
|
|
P.20
l72
NOVELAS EXEMPLARES
su tiempo, como tengo
prometido, y aora escu- |
|
cha lo que me sucedio
despues que dexé el |
|
ganado en poder de aquellos
perdidos. Bolui- |
|
me a Seuilla, como dixe, que
es amparo de po- |
|
bres y refugio de desechados, que en su gran- |
5 |
deza no solo caben los
pequeños, pero no se |
|
echan de ver los grandes. Arrimeme a la puerta |
|
de vna gran casa de vn mercader, hize mis |
|
acostumbradas diligencias, y a pocos lances |
|
me quedé en ella. |
10 |
Recibieronme para tenerme
atado detras de |
|
la puerta de dia, y suelto
de noche; seruia con |
|
gran cuydado y diligencia,
ladraua a los foras- |
|
teros, y gruñia a los que no
eran muy conoci- |
|
dos; no dormia de noche,
visitando los corrales, |
15 |
subiendo a los terrados,
hecho vniuersal centi- |
|
nela de la mia y de las cosas agenas. Agradose |
|
tanto mi amo de mi buen
seruicio, que mandó |
|
que me tratassen bien, y me diessen racion de |
|
pan y los huessos que se leuantassen o arro- |
20 |
jassen de su mesa, con las sobras de la cozina, |
|
a lo que yo me mostraua
agradecido, dando |
|
infinitos saltos quando veia
a mi amo, especial- |
|
mente quando venia de fuera,
que eran tantas |
|
las muestras de regozijo que daua, y tantos los |
25 |
saltos, que mi amo ordenó
que me desatassen |
|
y me dexassen andar suelto de dia y de noche. |
|
Como me vi suelto, corri a
el, rodeele todo, sin |
|
osar llegarle con las manos,
acordandome |
|
de la fabula de Ysopo,
quando aquel asno, tan |
30 |
asno que quiso hazer a su
señor las mismas ca- |
|
|
|
P.21
COLOQUIO DE LOS PERROS l73
ricias que le hazia vna
perrilla regalada suya, |
|
que le grangearon ser molido
a palos. Parecio- |
|
me que en esta fabula se nos dio a entender |
|
que las gracias y donayres de algunos no estan |
|
bien en otros. Apode el truhan, juegue de ma- |
5 |
nos y boltee el istrion,
rebuzne el picaro, imite |
|
el canto de los paxaros y los diuersos gestos y |
|
acciones de los animales y los hombres, el |
|
hombre baxo que se huuiere
dado a ello, y no |
|
lo quiera hazer el hombre
principal, a quien |
10 |
ninguna habilidad destas le
puede dar credito |
|
ni nombre honroso. |
|
Cip. Basta; adelante, Bergança, que ya
estas |
|
entendido. |
|
Berg. ¡Ojala que, como tu me entiendes, |
15 |
me entendiessen aquellos por
quien lo digo, que |
|
no se que tengo de buen
natural, que me pesa |
|
infinito quando veo que vn
cauallero se haze |
|
chocarrero, y se precia que sabe jugar los cu- |
|
biletes y las agallas, y que no ay quien como |
20 |
el sepa baylar la chacona!
Vn cauallero conoz- |
|
co yo, que se alabaua que a ruegos de vn sa- |
|
cristan auia cortado de papel treynta y dos |
|
florones, para poner en vn monumento sobre |
|
paños negros, y destas cortaduras hizo tanto |
25 |
caudal, que assi lleuaua a sus amigos a verlas, |
|
como si los lleuara a ver las vanderas y des- |
|
pojos de enemigos, que sobre la sepultura de |
|
sus padres y abuelos estauan puestas. |
|
Este mercader, pues, tenia
dos hijos: el vno |
30 |
de doze y el otro de hasta
catorze años, los |
|
|
|
P.22
l74
NOVELAS EXEMPLARES
quales estudiauan gramatica en el estudio de la |
|
Compañia de Iesvs; yuan con autoridad, |
|
con ayo y con pages, que les lleuauan los li- |
|
bros y aquel que llaman vademecum. El ver- |
|
los yr con tanto aparato en
sillas, si hazia sol, |
5 |
en coche, si llouia, me hizo
considerar y reparar |
|
en la mucha llaneza con que
su padre yua a la |
|
lonja a negociar sus
negocios, porque no |
|
lleuaua otro criado que vn
negro, y algunas |
|
vezes se desmandaua a yr en vn machuelo, aun |
10 |
no bien adereçado. |
|
Cip. Has de saber, Bergança, que es costum- |
|
bre y condicion de los mercaderes de Seuilla, |
|
y aun de las otras ciudades, mostrar su autori- |
|
dad y riqueza, no en sus personas, sino en las |
15 |
de sus hijos; porque los mercaderes son mayo- |
|
res en su sombra que en si mismos. Y como |
|
ellos por marauilla atienden a otra cosa que |
|
a sus tratos y contratos, tratanse modestamen- |
|
te. Y como la ambicion y la riqueza muere |
20 |
por manifestarse, rebienta por sus hijos, y assi |
|
los tratan y autorizan, como si fuessen hijos |
|
de algun Principe; y algunos ay que les procu- |
|
ran titulos, y ponerles en el pecho la marca |
|
que tanto distingue la gente
principal de la |
25 |
plebeya. |
|
Berg. Ambicion es, pero ambicion
generosa, |
|
la de aquel que pretende mejorar su estado |
|
sin perjuyzio de tercero. |
|
Cip. Pocas o ninguna vez se cumple con la
|
30 |
ambicion, que no sea con
daño de tercero. |
|
|
|
P.23
COLOQUIO
DE LOS PERROS l75
Berg. Ya hemos dicho que no hemos de |
|
murmurar. |
|
Cip. Si, que yo no murmuro de nadie. |
|
Berg. Aora acabo de confirmar por verdad |
|
lo que muchas vezes he oydo dezir. Acaba vn |
5 |
maldiziente murmurador de echar a perder |
|
diez linages, y de caluniar veynte buenos; y si |
|
alguno le reprehende por lo
que ha dicho, |
|
responde que el no ha dicho
nada, y que si ha |
|
dicho algo, no lo ha dicho
por tanto, y que |
10 |
si pensara que alguno se
auia de agrauiar, no |
|
lo dixera. A la fe, Cipion,
mucho ha de saber, y |
|
muy sobre los estriuos ha de andar, el que |
|
quisiere sustentar dos horas de conuersacion |
|
sin tocar los limites de la murmuracion; porque |
15 |
yo veo en mi, que, con ser
vn animal como |
|
soy, a quatro razones que
digo me acuden |
|
palabras a la lengua, como
mosquitos al vino, |
|
y todas maliciosas y murmurantes. Por lo qual |
|
bueluo a dezir lo que otra
vez he dicho, que el |
20 |
hazer y dezir mal lo heredamos de nuestros |
|
primeros padres, y lo mamamos en la leche. |
|
Veese claro, en que apenas
ha sacado el niño |
|
el braço de las faxas,
quando leuanta la mano |
|
con muestras de querer
vengarse de quien, |
25 |
a su parecer, le ofende; y
casi la primera pala- |
|
bra articulada que habla, es
llamar puta a su |
|
ama o a su madre. |
|
Cip. Assi es verdad, y yo confiesso mi
yerro, |
|
y quiero que me le perdones, pues te he per- |
30 |
donado tantos; echemos pelillos a la mar, como |
|
dizen los muchachos, y no murmuremos de |
|
|
|
P.24
l76
NOVELAS EXEMPLARES
aqui adelante, y sigue tu cuento, que le dexas- |
|
te en la autoridad con que los hijos del mer- |
|
cader tu amo yuan al estudio
de la Compañia |
|
de Iesvs. |
|
Berg. A el me encomiendo en todo aconte- |
5 |
cimiento, y aunque el dexar
de murmurar lo |
|
tengo por dificultoso,
pienso vsar de vn reme- |
|
dio que ohi dezir que vsaua vn gran jurador, |
|
el qual, arrepentido de su
mala costumbre, |
|
cada vez que despues de su arrepentimiento |
10 |
juraua, se daua vn pellizco
en el braço, o be- |
|
saua la tierra, en pena de
su culpa; pero con |
|
todo esto, juraua. Assi yo,
cada vez que fuere |
|
contra el precepto que me
has dado de que no |
|
murmure, y contra la
intencion que tengo de |
15 |
no murmurar, me mordere el
pico de la lengua, |
|
de modo que me duela y me acuerde de mi |
|
culpa, para no boluer a
ella. |
|
Cip. Tal es esse remedio, que, si vsas del, es- |
|
pero que te has de morder tantas vezes, que has |
20 |
de quedar sin lengua, y assi quedarás impossi- |
|
bilitado de murmurar. |
|
Berg. A lo menos yo hare de mi parte mis |
|
diligencias, y supla las faltas el cielo. Y assi |
|
digo, que los hijos de mi amo se dexaron vn |
25 |
dia vn cartapacio en el
patio, donde yo a la |
|
sazon estaua; y como estaua
enseñado a lle- |
|
uar la esportilla del gifero
mi amo, assi |
|
del vademecum y fuyme
tras ellos, con inten- |
|
cion de no soltalle hasta el
estudio; sucediome |
30 |
|
|
P.25
COLOQUIO DE LOS PERROS l77
todo como lo desseaua, que
mis amos que me |
|
vieron venir con el vademecum
en la boca, |
|
assido sotilmente de las
cintas, mandaron a |
|
vn page me le quitasse, mas
yo no lo con- |
|
senti, ni le solte hasta que
entré en el aula con |
5 |
el, cosa que causó risa a
todos los estudian- |
|
tes. Llegueme al mayor de mis amos, y, a mi |
|
parecer, con mucha criança, se le puse en las |
|
manos, y quedeme sentado en cuclillas a la |
|
puerta del aula, mirando de
hito en hito al |
10 |
maestro que en la cathedra
leia. |
|
No se que tiene la virtud,
que con alcançar- |
|
seme a mi tan poco o nada
della, luego reci- |
|
bi gusto de ver el amor, el
termino, la solici- |
|
tud y la industria con que aquellos benditos |
15 |
padres y maestros enseñauan a aquellos niños, |
|
endereçando las tiernas varas de su juuentud, |
|
porque no torciessen ni tomassen mal siniestro |
|
en el camino de la virtud, que juntamente con |
|
las letras les mostrauan. Consideraua como los |
20 |
reñian con suauidad, los
castigauan con mise- |
|
ricordia, los animauan con exemplos, los inci- |
|
tauan con premios y los sobrelleuauan con |
|
cordura; y, finalmente, como les pintauan la |
|
fealdad y horror de los vicios, y les dibuxauan |
25 |
la hermosura de las virtudes, para que, abo- |
|
rrecidos ellos y amadas ellas, consiguiessen el |
|
fin para que fueron criados. |
|
Cip. Muy bien dizes, Bergança, porque yo |
|
|
|
P.26
l78
NOVELAS EXEMPLARES
he oydo dezir dessa bendita
gente, que para |
|
republicos del mundo no los
ay tan prudentes |
|
en todo el, y para guiadores y adalides del |
|
camino del cielo, pocos les
llegan. Son espejos |
|
donde se mira la honestidad, la catholica |
5 |
dotrina, la singular
prudencia y, finalmente, la |
|
humildad profunda, basa
sobre quien se leuan- |
|
ta todo el edificio de la
bienauenturança. |
|
Berg. Todo es assi como lo dizes, y
siguiendo |
|
mi historia, digo que mis amos gustaron de |
10 |
que les lleuasse siempre el vademecum,
lo que |
|
hize de muy buena voluntad,
con lo qual tenia |
|
vna vida de rey, y aun mejor, porque era |
|
descansada, a causa que los estudiantes dieron |
|
en burlarse conmigo, y domestiqueme con |
15 |
ellos de tal manera, que me metian la mano |
|
en la boca, y los mas chiquillos subian sobre |
|
mi. Arrojauan los bonetes o
sombreros, y yo |
|
se los boluia a la mano
limpiamente, y con |
|
muestras de grande regozijo. Dieron en darme |
20 |
de comer quanto ellos podian, y gustauan |
|
de ver que, quando me dauan nuezes, o aue- |
|
llanas, las partia como mona, dexando las cas- |
|
caras y comiendo lo tierno. Tal huuo que, por |
|
hazer prueua de mi habilidad, me truxo en vn |
25 |
pañuelo gran cantidad de
ensalada, la qual |
|
comi como si fuera persona.
Era tiempo de in- |
|
uierno, quando campean en Seuilla los molle- |
|
tes y mantequillas, de quien era tan bien |
|
|
|
P.27
COLOQUIO
DE LOS PERROS l79
seruido, que mas de dos Antonios se em- |
|
peñaron o vendieron, para
que yo almorçasse. |
|
Finalmente, yo passaua vna
vida de estu- |
|
diante sin hambre y sin
sarna, que es lo mas |
|
que se puede encarecer para
dezir que era bue- |
5 |
na; porque si la sarna y la
hambre no fuessen |
|
tan vnas con los estudiantes, en las vidas no |
|
auria otra de mas gusto y passatiempo, porque |
|
corren parejas en ella la virtud y el gusto, y se |
|
passa la mocedad aprendiendo
y holgandose. |
10 |
Desta gloria y desta quietud
me vino a quitar |
|
vna señora, que, a mi
parecer, llaman por ahi |
|
razon de estado, que, quando
con ella se cum- |
|
ple, se ha de descumplir con otras razones mu- |
|
chas. Es el caso, que [a] aquellos señores maes- |
15 |
tros les parecio que, la media hora que ay de |
|
licion a licion, la ocupauan los estudiantes, |
|
no en repassar las liciones, sino en holgarse |
|
conmigo, y assi ordenaron a mis amos que no |
|
me lleuassen mas al estudio;
obedecieron, bol- |
20 |
uieronme a casa y a la
antigua guarda de la |
|
puerta, y sin acordarse señor el viejo de la mer- |
|
ced que me auia hecho, de que de dia y de |
|
noche anduuiesse suelto,
bolui a entregar el |
|
cuello a la cadena, y el
cuerpo a vna esterilla |
25 |
que detras de la puerta me pusieron. |
|
¡Ay, amigo Cipion, si
supiesses quan dura |
|
cosa es de sufrir el passar de vn estado felize |
|
a vn desdichado! Mira:
quando las miserias y |
|
desdichas tienen larga la
corriente, y son con- |
30 |
tinuas, o se acaban presto
con la muerte, o la |
|
continuacion dellas haze vn
habito y costumbre |
|
|
|
P.28
l80
NOVELAS EXEMPLARES
en padezellas, que suele, en su mayor rigor, |
|
seruir de aliuio; mas quando de la suerte des- |
|
dichada y calamitosa, sin
pensarlo y de impro- |
|
uiso se sale a gozar de otra
suerte prospera, |
|
venturosa y alegre, y de
alli a poco se buelue |
5 |
a padecer la suerte primera
y a los primeros |
|
trabajos y desdichas, es vn
dolor tan riguroso, |
|
que, si no acaba la vida, es
por atormentarla |
|
mas viuiendo. |
|
Digo, en fin, que bolui a mi
racion perruna, |
10 |
y a los huesos que vna negra
de casa me |
|
arrojaua; y aun estos me dezmauan dos gatos |
|
romanos, que, como sueltos y ligeros, erales |
|
facil quitarme lo que no
caia debaxo del distrito |
|
que alcançaua mi cadena.
Cipion hermano, assi |
15 |
el cielo te conceda el bien que desseas, que, |
|
sin que te enfades, me dexes aora filosofar vn |
|
poco, porque si dexasse de dezir las cosas que |
|
en este instante me han
venido a la memoria, |
|
de aquellas que entonces me ocurrieron, me |
20 |
parece que no seria mi
historia cabal, ni de |
|
fruto alguno. |
|
Cip. Aduierte, Bergança, no sea tentacion
|
|
del demonio essa gana de
filosofar que dizes |
|
te ha venido; porque no
tiene la murmuracion |
25 |
mejor velo para paliar y
encubrir su maldad di- |
|
soluta, que darse a entender
el murmurador |
|
que todo quanto dize son sentencias de filoso- |
|
fos, y que el dezir mal es reprehension, y el |
|
|
|
P.29
COLOQUIO
DE LOS PERROS l8l
descubrir los defetos agenos buen zelo. Y no |
|
ay vida de ningun murmurante, que si la con- |
|
sideras y escudriñas, no la halles llena de vi- |
|
cios y de insolencias, y debaxo de saber esto, |
|
filosofea aora quanto
quisieres. |
5 |
Berg. Seguro puedes estar, Cipion, de que |
|
mas murmure, porque assi lo
tengo prosupues- |
|
to. Es pues el caso, que
como me estaua todo el |
|
dia ocioso, y la ociosidad sea madre de los pen- |
|
samientos, di en repassar por la memoria algu- |
10 |
nos latines que me quedaron en ella, de muchos |
|
que ohi quando fuy con mis
amos al estudio, |
|
con que a mi parecer me
hallé algo mas mejo- |
|
rado de entendimiento, y determiné, como si |
|
hablar supiera, aprouecharme dellos en las oca- |
15 |
siones que se me ofreciessen; pero en manera |
|
diferente de la que se suelen aprouechar algu- |
|
nos ignorantes. Ay algunos romancistas que |
|
en las conuersaciones disparan de quando en |
|
quando con algun latin breue
y compendioso, |
20 |
dando a entender a los que
no lo entienden |
|
que son grandes latinos, y apenas saben de- |
|
clinar vn nombre, ni conjugar vn verbo. |
|
Cip. Por menor daño tengo esse, que el que |
|
hazen los que verdaderamente saben latin, de |
25 |
los quales ay algunos tan imprudentes, que |
|
hablando con vn çapatero, o
con vn sastre, |
|
arrojan latines como agua. |
|
Berg. Desso podremos inferir
que tanto |
|
peca el que dize latines
delante de quien los |
30 |
ignora, como el que los dize
ignorandolos. |
|
|
|
P.30
182
NOVELAS EXEMPLARES
Cip. Pues otra cosa puedes aduertir, y es que |
|
ay algunos que no les escusa el ser latinos de |
|
ser asnos. |
|
Berg. Pues, ¿quien lo duda? La razon esta
|
|
clara, pues quando en tiempo de los roma- |
5 |
nos hablauan todos latin, como lengua ma- |
|
terna suya, algun majadero auria entre ellos, |
|
a quien no escusaria el hablar latin dexar de |
|
ser necio. |
|
Cip. Para saber callar en romance y hablar |
10 |
en latin, discrecion es menester, hermano Ber- |
|
gança. |
|
Berg. Assi es, porque tambien se puede |
|
dezir vna necedad en latin, como en romance, y |
|
yo he visto letrados tontos,
y gramaticos pesa- |
15 |
dos, y romancistas vareteados con sus listas de |
|
latin, que con mucha
facilidad pueden enfadar |
|
al mundo, no vna, sino
muchas vezes. |
|
Cip. Dexemos esto, y comiença a dezir tus |
|
filosofias. |
20 |
Berg. Ya las he dicho: estas son que acabo |
|
de dezir. |
|
Cip. ¿Quales? |
|
Berg. Estas de los latines y romances, que |
|
yo comence y tu acabaste. |
25 |
Cip. ¿Al murmurar llamas filosofar? ¡Assi
|
|
va ello! ¡Canoniça,
canoniça, Bergança, a la |
|
maldita plaga de la murmuracion, y dale el |
|
nombre que quisieres, que ella dara a nosotros |
|
el de cinicos, que quiere dezir perros murmu- |
30 |
|
|
P.31
COLOQUIO
DE LOS PERROS 183
radores!; y por tu vida que calles ya, y sigas tu |
|
historia. |
|
Berg. ¿Como la tengo de seguir, si callo?
|
|
Cip. Quiero dezir que la sigas de golpe, sin |
|
que la hagas que parezca
pulpo, segun la vas |
5 |
añadiendo colas. |
|
Berg. Habla con propiedad, que no se lla-
|
|
man colas las del pulpo. |
|
Cip. Esse es el error que tuuo el que dixo |
|
que no era torpedad ni vicio
nombrar las cosas |
10 |
por sus propios nombres, como si no fuesse me- |
|
jor, ya que sea forçoso nombrarlas, dezirlas por |
|
circunloquios y rodeos, que templen la asquero- |
|
sidad que causa el oyrlas por sus mismos nom- |
|
bres. Las honestas palabras dan indicio de la |
15 |
honestidad del que las
pronuncia o las escriue. |
|
Berg. Quiero creerte, y digo que no
conten- |
|
ta mi fortuna de auerme quitado de mis estu- |
|
dios, y de la vida que en ellos passaua, tan re- |
|
gozijada y compuesta, y auerme puesto atray- |
20 |
llado tras de vna puerta, y de auer trocado la |
|
liberalidad de los estudiantes en la mezquini- |
|
dad de la negra, ordenó de sobresaltarme en |
|
lo que ya por quietud y
descanso tenia. Mira, |
|
Cipion, ten por cierto y
aueriguado, como yo |
25 |
lo tengo, que al desdichado
las desdichas le |
|
buscan y le hallan, aunque se esconda en los |
|
vltimos rincones de la
tierra; digolo, porque la |
|
negra de casa estaua
enamorada de vn negro, |
|
assimismo esclauo de casa,
el qual negro dor- |
30 |
mia en el çaguan, que es entre la puerta de la |
|
calle y la de en medio, detras de la qual yo es- |
|
|
|
P.32
l84
NOVELAS EXEMPLARES
taua, y no se podian juntar sino de noche, y |
|
para esto auian hurtado o
contrahecho las lla- |
|
ues, y assi las mas de las noches baxaua la ne- |
|
gra, y tapandome la boca con
algun pedaço de |
|
carne o queso, abria al
negro, con quien se |
5 |
daua buen tiempo,
facilitandolo mi silencio, y |
|
a costa de muchas cosas que
la negra hurtaua. |
|
Algunos dias me estragaron
la conciencia las |
|
dadiuas de la negra,
pareciendome que sin |
|
ellas se me apretarian las hijadas, y daria de |
10 |
mastin en galgo. Pero, en
efeto, lleuado de mi |
|
buen natural, quise
responder a lo que a mi |
|
amo deuia, pues tiraua sus gages y comia su |
|
pan, como lo deuen hazer, no
solo los perros |
|
honrados, a quien se les da renombre de agra- |
15 |
decidos, sino todos aquellos que siruen. |
|
Cip. Esto si, Bergança, quiero que passe por |
|
filosofia, porque son razones que consisten en |
|
buena verdad y en buen entendimiento, y ade- |
|
lante, y no hagas soga, por
no dezir cola, de tu |
20 |
historia. |
|
Berg. Primero te quiero rogar me digas,
si |
|
es que lo sabes, que quiere dezir filosofia, que |
|
aunque yo la nombro, no se
lo que es; solo me |
|
doy a entender que es cosa buena. |
25 |
Cip. Con breuedad te la diré. Este nombre |
|
se compone de dos nombres griegos, que son, |
|
filos y sofia: filos quiere
dezir amor, y sofia |
|
la ciencia: assi que
filosofia significa amor de la |
|
ciencia, y filosofo, amador de la ciencia. |
30 |
Berg. Mucho sabes, Cipion; ¿quien diablos |
|
te enseñó a ti nombres griegos? |
|
|
|
P.33
COLOQUIO
DE LOS PERROS l85
Cip. Verdaderamente, Bergança, que eres |
|
simple, pues desto hazes caso, porque estas |
|
son cosas que las saben los niños de la escue- |
|
la, y tambien ay quien presuma saber la len- |
|
gua griega, sin saberla,
como la latina, igno- |
5 |
randola. |
|
Berg. Esso es lo que yo digo, y quisiera
que |
|
a estos tales los pusieran en vna prensa, y a |
|
fuerça de bueltas les sacaran el jugo de lo |
|
que saben, porque no anduuiessen engañando |
10 |
el mundo, con el oropel de sus greguescos ro- |
|
tos y sus latines falsos, como hazen los portu- |
|
guesses con los negros de Guinea. |
|
Cip. Aora si, Bergança, que te puedes |
|
morder la lengua, y tarazarmela yo, porque |
15 |
todo quanto dezimos es
murmurar. |
|
Berg. Si que no estoy obligado a hazer lo
|
|
que he oydo dezir que hizo
vno llamado Co- |
|
rondas Tyrio, el qual puso
ley que ninguno |
|
entrasse en el ayuntamiento
de su ciudad con |
20 |
armas, so pena de la vida.
Descuydose desto, |
|
y otro dia entró en el
Cabildo ceñida la espada; |
|
aduirtieronselo, y acordandose de la pena por |
|
el puesta, al momento
desembaynó su espada, |
|
y se passó con ella el
pecho, y fue el primero |
25 |
que puso y quebrantó la ley, y pagó la pena. Lo |
|
que yo dixe no fue poner
ley, sino prometer |
|
que me morderia la lengua
quando murmuras- |
|
se; pero aora no van las
cosas por el tenor y |
|
rigor de las antiguas; oy se haze vna ley, y ma- |
30 |
|
|
P.34
l86
NOVELAS EXEMPLARES
ñana se rompe, y quiza conuiene que assi sea. |
|
Aora promete vno de enmendarse de sus vi- |
|
cios, y de alli a vn momento cae en otros ma- |
|
yores. Vna cosa es alabar la
disciplina, y otra |
|
el darse con ella, y, en
efeto, del dicho al hecho |
5 |
ay gran trecho. ¡Muerdase el diablo, que yo no |
|
quiero morderme, ni hazer finezas detras de |
|
vna estera, donde de nadie
soy visto que pueda |
|
alabar mi honrosa
determinacion! |
|
Cip. Segun esso, Bergança, si tu fueras
per- |
10 |
sona, fueras hypocrita, y todas las obras que |
|
hizieras, fueran aparentes, fingidas, y falsas, cu- |
|
biertas con la capa de la
virtud, solo porque te |
|
alabaran, como todos los
hypocritas hazen. |
|
Berg. No se lo que entonces hiziera; esto
se |
15 |
que quiero hazer aora, que
es no morderme, |
|
quedandome tantas cosas por
dezir, que no se |
|
como ni quando podre
acabarlas, y mas estan- |
|
do temeroso que al salir del
sol nos hemos de |
|
quedar a escuras,
faltandonos la habla. |
20 |
Cip. Mejor lo hara el cielo; sigue tu
historia, |
|
y no te desuies del camino
carretero con im- |
|
pertinentes digresiones, y assi, por larga que |
|
sea, la acabarás presto. |
|
Berg. Digo, pues, que auiendo visto la
inso- |
25 |
lencia, ladronicio y deshonestidad de los ne- |
|
gros, determiné como buen
criado estoruarlo, |
|
por los mejores medios que pudiesse, y pude |
|
tan bien, que sali con mi
intento. Baxaua la |
|
negra, como has oydo, a
refocilarse con el ne- |
30 |
gro, fiada en que me enmudecian los pedaços |
|
|
|
P.35
COLOQUIO DE LOS PERROS l87
de carne, pan, o queso, que
me arrojaua... |
|
¡Mucho pueden las dadiuas,
Cipion! |
|
Cip. Mucho; no te diuiertas, passa
adelante. |
|
Berg. Acuerdome, que quando estudiaua, |
|
ohi dezir al precetor vn
refran latino, que ellos |
5 |
llaman adagio, que dezia: Habet
bobem in |
|
lingua. |
|
Cip. ¡O que en hora mala ayays encaxado |
|
vuestro latin!; ¿tan presto
se te ha oluidado lo |
|
que poco ha diximos contra los que entremeten |
10 |
latines en las conuersaciones de romance? |
|
Berg. Este latin viene aqui de molde, que |
|
has de saber, que los athenienses vsauan, en- |
|
tre otras, de vna moneda
sellada con la figura |
|
de vn buey; y quando algun juez dexaua de |
15 |
dezir, o hazer, lo que era
razon y justicia, por |
|
estar cohechado, dezian:
"Este tiene el buey en |
|
la lengua." |
|
Cip. La aplicacion falta. |
|
Berg. ¿No esta bien
clara, si las dadiuas de |
20 |
la negra me tuuieron muchos dias mudo, que |
|
ni queria, ni osaua
ladrarla, quando baxaua a |
|
verse con su negro
enamorado?; por lo que |
|
bueluo a dezir que pueden
mucho las dadiuas. |
|
Cip. Ya te he respondido que pueden mu- |
25 |
cho, y si no fuera por no
hazer aora vna larga |
|
digression, con mil exemplos prouara lo mu- |
|
cho que las dadiuas pueden, mas quizá lo dire, |
|
si el cielo me concede
tiempo, lugar, y habla |
|
para contarte mi vida. |
30 |
Berg. Dios te de lo que desseas, y escucha. |
|
Finalmente, mi buena
intencion rompio por las |
|
|
|
P.36
188
NOVELAS EXEMPLARES
malas dadiuas de la negra, a la qual, baxan- |
|
do vna noche muy escura a su
acostumbrado |
|
passatiempo, arremeti sin
ladrar, porque no se |
|
alborotassen los de casa, y en vn instante le |
|
hize pedaços toda la camisa, y le arranqué vn |
5 |
pedaço de muslo, burla que fue bastante a te- |
|
nerla de veras mas de ocho dias en la cama, |
|
fingiendo para con sus amos
no se que enfer- |
|
medad. Sanó, boluio otra
noche, y yo bolui a |
|
la pelea con mi perra, y,
sin morderla, la arañé |
10 |
todo el cuerpo, como si la
huuiera cardado |
|
como manta. Nuestras
batallas eran a la sorda, |
|
de las quales salia siempre
vencedor, y la negra |
|
malparada, y peor contenta.
Pero sus enojos |
|
se parecian bien en mi pelo
y en mi salud, |
15 |
alçoseme con la racion y los huessos, y los |
|
mios poco a poco yuan
señalando los nudos |
|
del espinazo. |
|
Con todo esto, aunque me
quitaron el comer, |
|
no me pudieron quitar el
ladrar. Pero la negra, |
20 |
por acabarme de vna vez, me truxo vna espon- |
|
ja frita con manteca; conoci
la maldad, vi que |
|
era peor que comer çarazas,
porque a quien la |
|
come se le hincha el
estomago, y no sale del sin |
|
lleuarse tras si la vida. Y pareciendome ser im- |
25 |
possible guardarme de las assechanças de tan |
|
indignados enemigos, acorde de poner tierra |
|
en medio, quitandomeles delante de los ojos. |
|
Halleme vn dia suelto, y sin dezir a Dios a nin- |
|
guno de casa, me puse en la calle, y a menos |
30 |
|
|
P.37
COLOQUIO DE LOS PERROS l89
de cien pasos me deparó la
suerte al algua- |
|
zil que dixe al principio de
mi historia, que era |
|
grande amigo de mi amo
Nicolas el romo, el |
|
qual, apenas me huuo visto,
quando me cono- |
|
cio, y me llamó por mi
nombre; tambien le co- |
5 |
noci yo, y al llamarme me
llegué a el con mis |
|
acostumbradas ceremonias y
caricias; assio- |
|
me del cuello, y dixo a dos
corchetes suyos: |
|
"Este es famoso perro
de ayuda, que fue de |
|
vn grande amigo mio;
lleuemosle a casa." Hol- |
10 |
garonse los corchetes, y dixeron que si era de |
|
ayuda, a todos seria de prouecho. Quisieron |
|
assirme para lleuarme, y mi amo dixo que |
|
no era menester assirme, que yo me yria, |
|
porque le conocia. Haseme oluidado dezirte que |
15 |
las carlancas con puntas de azero que saqué |
|
quando me desgarré y ausenté del ganado, me |
|
las quito vn gitano en vna venta, y ya en Seui- |
|
lla andaua sin ellas; pero
el alguazil me puso |
|
vn collar tachonado todo de
laton morisco. Con- |
20 |
sidera, Cipion, aora esta
rueda variable de |
|
la fortuna mia: ayer me vi
estudiante, y oy me |
|
vees corchete. |
|
Cip. Assi va el mundo, y no ay para que
te |
|
pongas aora a esagerar los
bayuenes de for- |
25 |
tuna, como si huuiera mucha
diferencia de ser |
|
moço de vn gifero, a serlo
de vn corchete. No |
|
|
|
P.38
l90
NOVELAS EXEMPLARES
puedo sufrir, ni lleuar en paciencia, oyr las que- |
|
xas que dan de la fortuna algunos hombres, |
|
que la mayor que tuuieron fue tener premissas |
|
y esperanças de llegar a ser escuderos; ¡con |
|
que maldiciones la maldizen, con quantos im- |
5 |
properios la deshonran, y no por mas de que |
|
porque piense el que los oye, que de alta, pros- |
|
pera, y buena ventura han
venido a la desdi- |
|
chada y baxa en que los miran! |
|
Berg. Tienes razon, y has de saber que este |
10 |
alguazil tenia amistad con
vn escriuano, con |
|
quien se acompañaua; estauan los dos aman- |
|
cebados con dos mugerzillas,
no de poco mas |
|
a menos, sino de menos en todo; verdad es |
|
que tenian algo de buenas caras; pero mucho |
15 |
de desenfado y de taymeria putesca. Estas les |
|
seruian de red y de ançuelo para pescar en |
|
seco, en esta forma:
vestianse de suerte que por |
|
la pinta descubrian la
figura, y a tiro de arca- |
|
buz mostrauan ser damas de la vida libre; an- |
20 |
dauan siempre a caça de
estrangeros, y quan- |
|
do llegaua la vendexa a
Cadiz y a Seuilla, |
|
llegaua la huella de su
ganancia, no quedando |
|
breton con quien no
embistiessen; y en ca- |
|
yendo el grasiento con
alguna destas limpias, |
25 |
auisauan al alguazil y al
escriuano, adonde y |
|
a que posada yuan; y en estando juntos, les |
|
dauan assalto, y los
prendian por amanceba- |
|
dos; pero nunca los lleuauan
a la carcel, a causa |
|
que los estrangeros siempre
redimian la ve- |
30 |
xacion con dineros. |
|
|
|
P.39
COLOQUIO
DE LOS PERROS l91
Sucedio, pues, que la Colindres, que assi |
|
se llamaua la amiga del
alguazil, pescó vn bre- |
|
ton, vnto y visunto;
concerto con el cena y |
|
noche en su posada; dio el
cañuto a su amigo, |
|
y apenas se auian desnudado,
quando el algua- |
5 |
zil, el escriuano, dos cochetes, y yo, dimos con |
|
ellos. Alborotaronse los amantes, esageró el |
|
alguazil el delito, [y]
mandolos vestir a toda |
|
priessa, para lleuarlos a la
carcel. Afligiose el |
|
breton, terció, mouido de
caridad, el escriuano, |
10 |
y, a puros ruegos, reduxo la
pena a solos cien |
|
reales. Pidio el
breton vnos follados de gamuza |
|
que auia puesto en vna silla a los pies de la |
|
cama, donde tenia dineros
para pagar su liber- |
|
tad, y no parecieron los follados, ni podian pa- |
15 |
recer, porque assi como yo entré en el aposento, |
|
llegó a mis narizes vn olor de tozino, que me |
|
consolo todo; descubrile con
el olfato, y halle- |
|
le en vna faldriquera de los follados; digo que |
|
hallé en ella vn pedaço de jamon famoso, |
20 |
y por gozarle y poderle sacar sin rumor, saqué |
|
los follados a la calle, y alli me entregué en el |
|
jamon a toda mi voluntad, y
quando bolui |
|
al aposento, hallé que el
breton daua vozes, |
|
diziendo en lenguage
adultero y bastardo, aun- |
25 |
que se entendia, que le
boluiessen sus calças, |
|
que en ellas tenia
"cinquenta escuti doro |
|
|
|
P.40
l92
NOVELAS EXEMPLARES
in oro"; imaginó el
escriuano, o que la Colin- |
|
dres, o los corchetes, se los auian robado; el |
|
alguazil penso lo mismo,
llamolos a parte, no |
|
confesso ninguno, y dieronse
al diablo todos. |
|
Viendo yo lo que passaua,
bolui a la calle, |
5 |
donde auia dexado los
follados, para boluer- |
|
los, pues a mi no me
aprouechaua nada el di- |
|
nero; no los hallé, porque
ya algun venturoso |
|
que passó se los auia lleuado. Como el alguazil |
|
vio que el breton no tenia
dinero para el co- |
10 |
hecho, se desesperaua, y penso sacar de la |
|
huespeda de casa lo que el
breton no tenia; |
|
llamola, y vino medio
desnuda, y como oyo |
|
las vozes y quexas del breton, y a la Colindres |
|
desnuda y llorando, al
alguazil en colera, y al |
15 |
escriuano enojado, y a los corchetes despaui- |
|
lando lo que hallauan en el
aposento, no le |
|
plugo mucho. Mandó el
alguazil que se cu- |
|
briesse y se viniesse con el
a la carcel, por- |
|
que consentia en su casa hombres y mugeres |
20 |
de mal viuir. |
|
¡Aqui fue ello; aqui si que fue quando se au- |
|
mentaron las vozes y crecio la confusion! Por- |
|
que dixo la huespeda: "Señor alguazil y señor |
|
escriuano, no conmigo
tretas, que entreuo toda |
25 |
costura; no conmigo dixes,
ni poleos; callen |
|
la boca, y vayanse con Dios;
si no, por mi san- |
|
tiguada, que arroje el
bodegon por la ventana, |
|
y que saque a plaça toda la chirinola des- |
|
ta historia, que bien conozco a la señora Colin- |
30 |
dres, y se que ha muchos meses que es su co- |
|
|
|
P.41
COLOQUIO DE LOS PERROS l93
bertor el señor alguazil, y
no hagan que me |
|
aclare mas, sino bueluase el
dinero a este se- |
|
ñor, y quedemos todos por buenos; porque yo |
|
soy muger honrada, y tengo
vn marido con su |
|
carta de executoria, y con a
perpenan rei de |
5 |
memoria, con sus colgaderos
de plomo, |
|
¡Dios sea loado!, y hago
este oficio muy limpia- |
|
mente y sin daño de barras. El aranzel tengo |
|
clauado donde todo el mundo
le vea, y no |
|
conmigo cuentos, que por Dios que se despol- |
10 |
uorearme. ¡Bonita soy yo
para que por mi or- |
|
den entren mugeres con los huespedes! Ellos |
|
tienen las llaues de sus aposentos, y yo no soy |
|
quinze, que tengo de ver tras siete paredes." |
|
Pasmados quedaron mis amos de auer oydo |
15 |
la arenga de la huespeda, y de ver como les |
|
leia la historia de sus
vidas; pero como vieron |
|
que no tenian de quien sacar
dinero, si della |
|
no, porfiauan en lleuarla a
la carcel. Quexa- |
|
uase ella al cielo de la
sinrazon y justicia que |
20 |
la hazian, estando su marido
ausente, y |
|
siendo tan principal
hidalgo. El breton bramaua |
|
por sus cinquenta escuti. Los corchetes por- |
|
fiauan que ellos no auian visto los follados, ni |
|
Dios permitiesse lo tal. El
escriuano, por lo |
25 |
callado, insistia al
alguazil que mirasse los ves- |
|
tidos de la Colindres, que le daua sospecha |
|
que ella deuia de tener los cinquenta es- |
|
|
|
P.42
l94
NOVELAS EXEMPLARES
cuti, por tener de costumbre visitar los escon- |
|
drijos y faldriqueras de aquellos que con ella |
|
se emboluian. Ella dezia que el breton estaua |
|
borracho, y que deuia de mentir en lo del di- |
|
nero. En efecto, todo era
confusion, gritos y |
5 |
juramentos, sin lleuar modo
de apaziguarse, |
|
ni se apaziguaran, si al
instante no entrara |
|
en el aposento el teniente de Assistente, que, |
|
viniendo a visitar aquella
posada, las vozes |
|
le lleuaron adonde era la
grita. Preguntó la |
10 |
causa de aquellas vozes, la
huespeda se la dio |
|
muy por menudo. Dixo
quien era la ninfa |
|
Colindres, que ya estaua vestida; publicó la |
|
publica amistad suya y del alguazil; echó en |
|
la calle sus tretas y modo de robar; disculpose |
15 |
a si misma de que con su
consentimiento ja- |
|
mas auia entrado en su casa
muger de mala |
|
sospecha; canonizose por
santa, y a su marido |
|
por vn bendito, y dio vozes
a vna moça, que |
|
fuesse corriendo y truxesse
de vn cofre la carta |
20 |
executoria de su marido,
para que la viesse el |
|
señor teniente, diziendole
que por ella echa- |
|
ria de ver que muger de tan honrado marido |
|
no podia hazer cosa mala; y
que si tenia aquel |
|
oficio de casa de camas, era
a no poder mas, |
25 |
que Dios sabia lo que le
pesaua, y si qui- |
|
siera ella tener alguna
renta y pan quotidiano |
|
para passar la vida, que
tener aquel exercicio. |
|
El teniente, enfadado de su
mucho hablar y |
|
|
|
P.43
COLOQUIO DE LOS PERROS l95
presumir de executoria, le
dixo: "Hermana ca- |
|
mera, yo quiero creer que
vuestro marido tiene |
|
carta de hidalguia, con que
vos me confesseys |
|
que es hidalgo
mesonero." "Y con mucha hon- |
|
ra", respondio la
huespeda, "y, ¿que linage ay |
5 |
en el mundo, por bueno que
sea, que no tenga |
|
algun dime y direte?"
"Lo que yo os digo, |
|
hermana, es que os cubrays, que aueys de ve- |
|
nir a la carcel", la
qual nueua dio con ella en |
|
el suelo; arañose el rostro,
alçó el grito, pero |
10 |
con todo esso el teniente,
demasiadamente se- |
|
uero, los lleuó a todos a la
carcel, conuiene a |
|
saber: al breton, a la Colindres y a la huespeda. |
|
Despues supe que el breton perdio sus cinquen- |
|
ta escuti, y mas diez en que le conde- |
15 |
naron en las costas. La
huespeda pagó otro |
|
tanto, y la Colindres salio
libre por la puerta |
|
afuera. Y, el mismo dia que
la soltaron, |
|
pescó a vn marinero, que
pagó por el breton, |
|
con el mismo embuste del
soplo; por que veas, |
20 |
Cipion, quantos y quan grandes inconuenien- |
|
tes nacieron de mi golosina. |
|
Cip. Mejor dixeras de la vellaqueria de tu |
|
amo. |
|
Berg. Pues escucha, que aun mas adelante |
25 |
tirauan la barra, puesto que me pesa de dezir |
|
mal de alguaziles y de escriuanos. |
|
Cip. Si, que dezir mal de vno, no es dezirlo |
|
|
|
P.44
196
NOVELAS EXEMPLARES
de todos; si que muchos y muy muchos escri- |
|
uanos ay buenos, fieles y legales, y amigos |
|
de hazer plazer, sin daño de tercero; si que no |
|
todos entretienen los pleytos, ni auisan a las |
|
partes; ni todos lleuan mas de sus derechos; |
5 |
ni todos van buscando e
inquiriendo las vidas |
|
agenas, para ponerlas en tela de juyzio; ni to- |
|
dos se aunan con el juez para hazeme la barba, |
|
y hazerte he el copete; ni todos los alguaziles |
|
se conciertan con los vagamundos y fulleros; |
10 |
ni tienen todos las amigas de tu amo para |
|
sus embustes. Muchos y muy muchos ay hidal- |
|
gos por naturaleza, y de hidalgas condiciones; |
|
muchos no son arrojados, insolentes, ni mal |
|
criados, ni rateros, como los que andan por los |
15 |
mesones midiendo las espadas a los estrange- |
|
ros, y hallandolas vn pelo mas de la marca, |
|
destruyen a sus dueños. Si
que no todos como |
|
prenden sueltan, y son juezes, y abogados, |
|
quando quieren. |
20 |
Berg. Mas alto picaua mi amo; otro camino
|
|
era el suyo: presumia de
valiente y de hazer |
|
prisiones famosas;
sustentaua la valentia, sin |
|
peligro de su persona, pero
a costa de su bolsa. |
|
Vn dia acometio en la puerta
de Xerez el solo |
25 |
a seys famosos rufianes, sin
que yo le pudiesse |
|
ayudar en nada, porque
lleuaua con vn freno |
|
de cordel impedida la
boca--que assi me traia |
|
de dia, y de noche me le quitaua--; quedé |
|
marauillado de ver su
atreuimiento, su brio y |
30 |
su denuedo. Assi se entraua
y salia por las seys |
|
|
|
P.45
COLOQUIO
DE LOS PERROS l97
espadas de los rufos, como si fueran varas de |
|
mimbre; era cosa marauillosa
ver la ligereza |
|
con que acometia, las
estocadas que tiraua, los |
|
reparos, la cuenta, el ojo
alerta, porque no le |
|
tomassen las espaldas.
Finalmente, el quedó, |
5 |
en mi opinion y en la de todos quantos la |
|
pendencia miraron y supieron, por vn nueuo |
|
Rodamonte. Auiendo lleuado a
sus enemigos |
|
desde la puerta de Xerez hasta los marmo- |
|
les del colegio de Mase Rodrigo, que ay mas |
10 |
de cien pasos, dexolos encerrados, y boluio |
|
a coger los trofeos de la batalla, que fueron |
|
tres vaynas, y luego se las
fue a mostrar al |
|
Assistente, que, si mal no
me acuerdo, lo era |
|
entonces el Licenciado
Sarmiento de Vallada- |
15 |
res, famoso por la
destruycion de la Sauze- |
|
da. Mirauan a mi amo por las
calles do |
|
passaua, señalandole con el
dedo, como si di- |
|
xeran: "Aquel es el valiente que se atreuio a |
|
reñir solo con la flor de los brauos de la Anda- |
20 |
luzia." En dar bueltas a la ciudad, para dexar- |
|
se ver, se passó lo que quedaua del dia: y la |
|
noche nos halló en Triana,
en vna calle junto al |
|
Molino de la poluora; y
auiendo mi amo auizo- |
|
rado, como en la jacara se
dize, si alguien le |
25 |
veia, se entró en vna casa,
y yo tras el, y |
|
hallamos en vn patio a todos los jayanes de |
|
la pendencia, sin capas, ni espadas, y todos |
|
desabrochados; y vno, que deuia de ser el |
|
huesped, tenia vn gran jarro
de vino en la vna |
30 |
mano, y en la otra vna copa
grande de taber- |
|
|
|
P.46
l98
NOVELAS EXEMPLARES
na, la qual, colmandola de
vino generoso y |
|
espumante, brindaua a toda
la compañia. |
|
Apenas huuieron visto a mi
amo, quando |
|
todos se fueron a el con los braços abiertos, y |
|
todos le brindaron y el hizo la razon a todos, y |
5 |
aun la hiziera a otros tantos, si le fuera algo |
|
en ello, por ser de condicion afable, y amigo |
|
de no enfadar a nadie por pocas cosas. Que- |
|
rerte yo contar aora lo que
alli se trató, la cena |
|
que cenaron, las peleas que se contaron, los |
10 |
hurtos que se refirieron, las damas que de su |
|
trato se calificaron, y las que se reprouaron, las |
|
alabanças que los vnos a los otros se dieron, |
|
los brauos ausentes que se nombraron, la des- |
|
treza que alli se puso en su
punto, leuantan- |
15 |
dose en mitad de la cena a poner en prati- |
|
ca las tretas que se les ofrecian, esgrimiendo |
|
con las manos, los vocablos tan esquisitos |
|
de que vsauan, y, finalmente, el talle de la |
|
persona del huesped, a quien
todos respetauan |
20 |
como a señor y padre, seria
meterme en vn |
|
laberinto donde no me fuesse
possible salir |
|
quando quisiesse. |
|
Finalmente, vine a entender
con toda certeza |
|
que el dueño de la casa, a
quien llamauan Mo- |
25 |
nipodio, era encubridor de
ladrones y pala de |
|
rufianes, y que la gran
pendencia de mi amo |
|
auia sido primero concertada
con ellos, con |
|
las circunstancias del retirarse y de dexar las |
|
|
|
P.47
COLOQUIO DE LOS PERROS l99
vaynas, las quales pagó mi
amo alli luego de |
|
contado, con todo quanto
Monipodio dixo que |
|
auia costado la cena, que se
concluyó casi al |
|
amanecer, con mucho gusto de
todos. Y fue su |
|
postre dar soplo a mi amo de
vn rufian foras- |
5 |
tero, que nueuo y flamante auia llegado a la |
|
ciudad; deuia de ser mas valiente que ellos, y |
|
de embidia le soplaron.
Prendiole mi amo la |
|
siguiente noche desnudo en
la cama, que, si |
|
vestido estuuiera, yo vi en
su talle que no se |
10 |
dexara prender tan a
mansalua. |
|
Con esta prision, que
sobreuino sobre la pen- |
|
dencia, crecio la fama de mi
cobarde, que lo |
|
era mi amo mas que vna
liebre, y a fuerça de |
|
meriendas y tragos sustentaua la fama de ser |
15 |
valiente; y todo quanto con
su oficio y con sus |
|
inteligencias grangeaua, se le yua y desaguaua |
|
por la canal de la valentia. Pero ten paciencia, |
|
y escucha aora vn cuento que le sucedio, |
|
sin añadir ni quitar de la verdad vna tilde. |
20 |
Dos ladrones hurtaron en Antequera vn ca- |
|
uallo muy bueno; truxeronle
a Seuilla, y para |
|
venderle sin peligro vsaron de vn ardid, que a |
|
mi parecer tiene del agudo y
del discreto. Fue- |
|
ronse a posar a posadas
diferentes, y el vno se |
25 |
fue a la justicia, y pidio
por vna peticion, que |
|
Pedro de Losada le deuia
quatrocientos reales |
|
prestados, como parecia por
vna cedula firmada |
|
de su nombre, de la qual
hazia presentacion. |
|
Mandó el teniente que el tal
Losada recono- |
30 |
ciesse la cedula; y que si
la reconociesse, le sa- |
|
|
|
P.48
200
NOVELAS EXEMPLARES
cassen prendas de la cantidad o le pusiessen |
|
en la carcel. Tocó
hazer esta diligencia a mi |
|
amo, y al escriuano su
amigo. Lleuoles el la- |
|
dron a la posada del otro, y
al punto reconocio |
|
su firma, y confesso la
deuda, y señaló por |
5 |
prenda de la execucion el
cauallo, el qual, visto |
|
por mi amo, le crecio el ojo
y le marcó por |
|
suyo, si acaso se vendiesse.
Dio el ladron por |
|
passados los terminos de la ley, y el cauallo se |
|
puso en venta, y se remató en quinientos rea- |
10 |
les en vn tercero, que mi
amo echó de manga, |
|
para que se le comprasse.
Valia el cauallo tanto |
|
y medio mas de lo que dieron por el. Pero |
|
como el bien del vendedor
estaua en la breue- |
|
dad de la venta, a la primer
postura remató su |
15 |
mercaduria. Cobró el vn
ladron la deuda que |
|
no le deuian, y el otro la
carta de pago que no |
|
auia menester, y mi amo se
quedó con el ca- |
|
uallo, que para el fue peor
que el Seyano |
|
lo fue para sus dueños. |
20 |
Mondaron luego la haza los ladrones, y |
|
de alli a dos dias, despues de auer trastejado |
|
mi amo las guarniciones y
otras faltas del caua- |
|
llo, parecio sobre el en la
plaça de San Fran- |
|
cisco, mas hueco y pomposo
que aldeano ves- |
25 |
tido de fiesta. Dieronle
mil parabienes de la |
|
buena compra, afirmandole
que valia ciento y |
|
cinquenta ducados, como vn
hueuo vn ma- |
|
rauedi; y el, bolteando y
reboluiendo el |
|
|
|
P.49
COLOQUIO DE LOS PERROS 20l
cauallo, representaua su
tragedia en el teatro |
|
de la referida plaça. Y estando en sus caracoles |
|
y rodeos, llegaron dos hombres de buen talle y |
|
de mejor ropage, y el vno dixo: "¡Viue Dios, |
|
que este es Pie de hierro mi cauallo, que ha |
5 |
pocos dias que me le hurtaron en Antequera!" |
|
Todos los que venian con el, que eran quatro |
|
criados, dixeron que assi era la verdad, que |
|
aquel era Pie de hierro, el
cauallo que le auian |
|
hurtado. Pasmose mi amo,
querellose el dueño, |
10 |
huuo prueuas, y fueron las que hizo el dueño |
|
tan buenas, que salio la sentencia en su fauor, |
|
y mi amo fue desposseydo del
cauallo. Supose |
|
la burla y la industria de los ladrones, que |
|
por manos e interuencion de la misma justicia |
15 |
vendieron lo que auian hurtado, y casi todos |
|
se holgauan de que la codicia de mi amo le |
|
huuiesse rompido el saco. |
|
Y no paró en esto su
desgracia, que aquella |
|
noche, saliendo a rondar el
mismo Assisten- |
20 |
te, por auerle dado noticia
que hazia los barrios |
|
de San Iulian andauan
ladrones, al passar de |
|
vna encruzijada, vieron
passar vn hombre co- |
|
rriendo, y dixo a este punto
el Assistente, |
|
assiendome por el collar y
çuçandome: "¡Al |
25 |
ladron, Gauilan; ea Gauilan
hijo, al ladron, al |
|
ladron!" Yo, a quien ya
tenian cansado las mal- |
|
dades de mi amo, por cumplir
lo que el señor |
|
Assistente me mandaua, sin
discrepar en nada, |
|
arremeti con mi propio amo,
y sin que pudiesse |
30 |
|
|
P.50
202 NOVELAS EXEMPLARES
valerse, di con el en el
suelo, y si no me le |
|
quitaran, yo hiziera a mas
de a quatro venga- |
|
dos; quitaronme, con mucha pesadumbre de |
|
entrambos. Quisieran los corchetes castigarme, |
|
y aun matarme a palos, y lo hizieran si el Assis- |
5 |
tente no les dixera: "No le toque nadie, que el |
|
perro hizo lo que yo le
mandé." Entendiose la |
|
malicia, y yo, sin
despedirme de nadie, por vn |
|
agujero de la muralla, sali
al campo, y antes |
|
que amaneciesse me puse en Mayrena, que es |
10 |
vn lugar que esta quatro
leguas de Seuilla. |
|
Quiso mi buena suerte que
hallé alli vna |
|
compañia de soldados, que segun ohi dezir se |
|
yuan a embarcar a Cartagena.
Estauan en ella |
|
quatro rufianes, de los amigos de mi amo; y el |
15 |
atambor era vno que auia
sido corchete y gran |
|
chocarrero, como lo suelen
ser los mas atam- |
|
bores. Conocieronme todos, y todos me habla- |
|
ron, y assi me preguntauan
por mi amo, como |
|
si les huuiera de responder. Pero el que mas |
20 |
aficion me mostro, fue el
atambor, y assi deter- |
|
mine de acomodarme con el,
si el quisiesse, y |
|
seguir aquella jornada,
aunque me lleuasse a |
|
Italia o a Flandes, porque
me parece a mi, y |
|
aun a ti te deue parecer lo
mismo, que puesto |
25 |
que dize el refran quien necio es en su villa, |
|
necio es en Castilla, el andar tierras, y comu- |
|
nicar con diuersas gentes, haze a los hombres |
|
discretos. |
|
Cip. Es esso tan verdad, que me acuerdo |
30 |
auer oydo dezir a vn amo que tuue de bonis- |
|
simo ingenio, que al famoso
griego llamado |
|
|
|
P.51
COLOQUIO
DE LOS PERROS 203
Vlises le dieron renombre de prudente, por solo |
|
auer andado muchas tierras, y comunicado con |
|
diuersas gentes y varias naciones; y assi alabo |
|
la intencion que tuuiste de yrte donde te lle- |
|
uassen. |
5 |
Berg. Es, pues, el caso que el atambor, por |
|
tener con que mostrar mas sus chocarrerias |
|
començo a enseñarme a baylar al son del atam- |
|
bor, y a hazer otras monerias, tan agenas de |
|
poder aprenderlas otro
perro, que no fuera yo, |
10 |
como las oyras quando te las
diga. Por aca- |
|
barse el distrito de la
comission, se marchaua |
|
poco a poco. No auia
comissario que nos limi- |
|
tasse; el capitan era moço,
pero muy buen ca- |
|
uallero, y gran christiano;
el alferez no auia |
15 |
muchos meses que auia dexado la Corte y el |
|
tinelo; el sargento era
matrero y sagaz, y gran- |
|
de harriero de compañias, desde donde se le- |
|
uantan, hasta el
embarcadero. Yua la compa- |
|
ñia llena de rufianes churrulleros, los quales |
20 |
hazian algunas insolencias por los lugares do |
|
passauamos, que redundauan en maldezir a |
|
quien no lo merecia.
Infelicidad es del buen |
|
Principe ser culpado de sus subditos, por la |
|
culpa de sus subditos, a causa que los vnos |
25 |
son verdugos de los otros,
sin culpa del señor, |
|
pues aunque quiera y lo
procure, no puede |
|
remediar estos daños, porque
todas o las mas |
|
cosas de la guerra, traen
consigo aspereza, |
|
riguridad y desconueniencia.
|
30 |
|
|
P.52
204
NOVELAS EXEMPLARES
En fin, en menos de quinze dias, con mi |
|
buen ingenio, y con la
diligencia que puso el |
|
que auia escogido por
patron, supe saltar por |
|
el rey de Francia, y a no
saltar por la mala |
|
tabernera. Enseñome a hazer
corbetas como |
5 |
cauallo napolitano, y a
andar a la redonda |
|
como mula de atahona, con
otras cosas, que |
|
si yo no tuuiera cuenta en
no adelantarme a |
|
mostrarlas, pusiera en duda
si era algun de- |
|
monio en figura de perro el
que las hazia. |
10 |
Pusome nombre del perro
sabio; y no auia- |
|
mos llegado al alojamiento,
quando tocando |
|
su atambor, andaua por todo
el lugar prego- |
|
nando que todas las personas que quisiessen |
|
venir a ver las marauillosas gracias y habilida- |
15 |
des del perro sabio, en tal
casa, o en tal hospi- |
|
tal las mostrauan, a ocho, o
a quatro maraue- |
|
dis, segun era el pueblo,
grande, o chico. Con |
|
estos encarecimientos, no
quedaua persona en |
|
todo el lugar que no me
fuesse a ver, y ninguno |
20 |
auia que no saliesse
admirado y contento de |
|
auerme visto. Triunfaua mi
amo con la mucha |
|
ganancia, y sustentaua seys camaradas como |
|
vnos reyes. La codicia y la
embidia desperto |
|
en los rufianes voluntad de hurtarme, y anda- |
25 |
uan buscando ocasion para
ello, que esto del |
|
ganar de comer holgando
tiene muchos aficio- |
|
nados y golosos. Por esto ay
tantos titereros en |
|
España, tantos que muestran
retablos, tantos |
|
que venden alfileres y coplas, que todo su cau- |
30 |
dal, aunque le vendiessen
todo, no llega a po- |
|
|
|
P.53
COLOQUIO
DE LOS PERROS 205
derse sustentar vn dia; y con esto los vnos y |
|
los otros no salen de los bodegones y taber- |
|
nas en todo el año, por do me doy a entender |
|
que de otra parte que de la de sus oficios sale |
|
la corriente de sus borracheras. Toda esta gen- |
5 |
te es vagamunda, inutil, y sin prouecho, es- |
|
ponjas del vino y gorgojos
del pan. |
|
Cip. ¡No mas, Bergança, no boluamos a lo |
|
passado! Sigue, que se va la
noche, y no que- |
|
rria que al salir del sol
quedassemos a la som- |
10 |
bra del silencio. |
|
Berg. Tenle y escucha. Como sea cosa facil |
|
añadir a lo ya inuentado,
viendo mi amo quan |
|
bien sabia imitar el corsel
napolitano, hizome |
|
vnas cubiertas de guadamazi, y vna silla pe- |
15 |
queña que me acomodó en las espaldas, y so- |
|
bre ella puso vna figura
liuiana de vn hombre, |
|
con vna lancilla de correr sortija, y enseñome |
|
a correr derechamente a vna sortija, que entre |
|
dos palos ponia; y el dia que auia de correrla, |
20 |
pregonaua que aquel dia
corria sortija el perro |
|
sabio, y hazia otras nueuas
y nunca vistas ga- |
|
lanterias, las quales de mi
santiscario, como |
|
dizen, las hazia, por no
sacar mentiroso a |
|
mi amo. |
25 |
Llegamos, pues, por nuestras
jornadas con- |
|
tadas a Montilla, villa del
famoso y gran chris- |
|
tiano marques de Priego, señor de la casa |
|
de Aguilar y de Montilla. Alojaron a mi amo, |
|
porque el lo procuró, en vn
hospital; echó lue- |
30 |
go el ordinario vando, y
como ya la fama se |
|
|
|
P.54
206
NOVELAS EXEMPLARES
auia adelantado a lleuar las nueuas de las habi- |
|
lidades y gracias del perro sabio, en menos |
|
de vna hora se llenó el patio de gente. Ale- |
|
grose mi amo, viendo que la cosecha yua de |
|
guilla, y mostrose aquel dia
chocarrero en |
5 |
demasia. |
|
Lo primero en que començaua
la fiesta, era |
|
en los saltos que yo daua por vn aro de cedaço, |
|
que parecia de cuba. Conjurauame por las or- |
|
dinarias preguntas; y quando el baxaua vna |
10 |
varilla de membrillo, que en
la mano tenia, era |
|
señal del salto; y quando la
tenia alta, de que |
|
me estuuiesse quedo. El
primer conjuro deste |
|
dia--memorable entre todos los de mi vida-- |
|
fue dezirme: "Ea,
Gauilan amigo, salta por aquel |
15 |
viejo verde que tu conoces, que se escauecha las |
|
barbas; y si no quieres,
salta por la pompa y |
|
aparato de doña Pimpinela de Plafagonia, que |
|
fue compañera de la moça gallega que seruia |
|
en Valdeastillas. ¿No te quadra el conjuro, |
20 |
hijo Gauilan? Pues salta por el bachiller Passi- |
|
llas, que se firma
licenciado sin tener grado |
|
alguno. ¡O, pereçoso estás!;
¿por que no sal- |
|
tas?; pero ya entiendo y
alcanço tus marrulle- |
|
rias; aora salta por el
licor de Esquiuias, famoso |
25 |
al par del de Ciudadreal,
San Martin y Riua- |
|
dauia." |
|
Baxó la varilla, y salté yo, y noté sus malicias |
|
y malas entrañas. Boluiose
luego al pueblo, y |
|
en voz alta dixo: "No
piense vuessa merced, |
30 |
senado valeroso, que es cosa
de burla lo que |
|
|
|
P.55
COLOQUIO DE LOS PERROS 207
este perro sabe. Veynte y
quatro piezas le |
|
tengo enseñadas, que por la
menor dellas bo- |
|
laria vn gauilan, quiero
dezir, que por ver la |
|
menor, se pueden caminar
treynta leguas. Sabe |
|
baylar la çarabanda y chacona mejor que su |
5 |
inuentora misma; beuese vna
açumbre de vino |
|
sin dexar gota; entona vn
solfamire, tambien |
|
como vn sacristan; todas estas cosas, y otras |
|
muchas que me quedan por dezir, las yran |
|
viendo vuessas mercedes en los dias que estu- |
10 |
uiere aqui la compañia; y
por aora de otro |
|
salto nuestro sabio, y luego
entraremos en lo |
|
gruesso." |
|
Con esto suspendio el
auditorio, que auia lla- |
|
mado senado, y les encendio
el desseo de no |
15 |
dexar de ver todo lo que yo
sabia. Boluiose a |
|
mi mi amo, y dixo:
"Bolued, hijo Gauilan, y, |
|
con gentil agilidad y
destreza, deshazed los sal- |
|
tos que aueys hecho; pero ha
de ser a deuo- |
|
cion de la famosa hechizera
que dizen que |
20 |
huuo en este lugar." |
|
Apenas huuo dicho esto,
quando alçó la voz |
|
la hospitalera, que era vna
vieja, al parecer, de |
|
mas de sesenta años,
diziendo: "¡Bellaco, |
|
charlatan, embaydor, y hijo
de puta, aqui no ay |
25 |
hechizera alguna! Si lo
dezis por la Camacha, |
|
ya ella pagó su pecado, y
esta donde Dios se |
|
sabe. Si lo dezis por mi,
chocarrero, ni yo |
|
soy, ni he sido hechizera en mi vida, y si he |
|
tenido fama de auerlo sido,
vuessa merced a |
30 |
|
|
P.56
208
NOVELAS EXEMPLARES
los testigos falsos, y a la ley del encaxe, y al |
|
juez arrojadizo y mal informado. Ya sabe todo |
|
el mundo la vida que hago en
penitencia, no de |
|
los hechizos que no hize, sino de otros muchos |
|
pecados, otros que como
pecadora he cometido. |
5 |
Assi que, socarron
tamborilero, salid del hospi- |
|
tal, si no por vida de mi
santiguada que os haga |
|
salir mas que de paso"; y con esto començo |
|
a dar tantos gritos, y a dezir tantas y tan atro- |
|
pelladas injurias a mi amo,
que puso en con- |
10 |
fusion y sobresalto;
finalmente, no dexó que |
|
passasse adelante la fiesta
en ningun modo. |
|
No le pesó a mi amo del
alboroto, porque |
|
se quedó con los dineros y
aplazó para otro dia |
|
y en otro hospital lo que en aquel auia faltado. |
15 |
Fuesse la gente maldiziendo
a la vieja, aña- |
|
diendo al nombre de hechizera el de bruxa, |
|
y el de barbuda sobre vieja. Con todo esto nos |
|
quedamos en el hospital aquella noche, y, en- |
|
contrandome la vieja en el corral solo, me dixo: |
20 |
"¿Eres tu, hijo Montiel? ¿Eres tu por ventura, |
|
hijo?" Alcé la cabeça y mirela muy de espacio, |
|
lo qual visto por ella, con
lagrimas en los ojos, |
|
se vino a mi y me echo los
braços al cuello, y |
|
si la dexara me besara en la
boca; pero tuue |
25 |
asco, y no lo consenti. |
|
Cip. Bien hiziste, porque no es regalo,
sino |
|
tormento, el besar ni dexar
besarse de vna |
|
vieja. |
|
|
|
P.57
COLOQUIO
DE LOS PERROS 209
Berg. Esto
que aora te quiero contar, te |
|
lo auia de auer dicho al
principio de mi cuen- |
|
to, y assi escusaramos la admiracion que nos |
|
causó el vernos con habla. Porque
has de sa- |
|
ber, que la vieja me dixo: "Hijo Montiel, vente |
5 |
tras mi, y sabras mi aposento, y procura que |
|
esta noche nos veamos a solas en el, que yo |
|
dexaré abierta la puerta, y sabe que tengo |
|
muchas cosas que dezirte de tu vida y para tu |
|
prouecho." Baxé yo la cabeça en señal de obe- |
10 |
decerla, por lo qual ella se
acabó de enterar |
|
en que yo era el perro
Montiel que buscaua, |
|
segun despues me lo dixo. |
|
Quedé atonito y confuso
esperando la |
|
noche, por ver en lo que
paraua aquel miste- |
15 |
rio o prodigio de auerme
hablado la vieja, |
|
y como auia oydo llamarla de
hechizera, espe- |
|
raua de su vista y habla
grandes cosas. |
|
Llegose, en fin, el punto de
verme con ella |
|
en su aposento, que era
escuro, estrecho, y |
20 |
baxo, y solamente claro con
la debil luz de |
|
vn candil de barro que en el estaua; atizole |
|
la vieja, y sentose sobre
vna arquilla, y llego- |
|
me junto a si, y sin hablar
palabra me boluio |
|
a abraçar, y yo bolui a
tener cuenta con que no |
25 |
me bessasse. Lo primero que
me dixo fue: |
|
"Bien esperaua yo en el cielo, que antes que es- |
|
tos mis ojos se cerrassen
con el vltimo sueño, |
|
|
|
P.58
2l0
NOVELAS EXEMPLARES
te auia de ver, hijo mio; y ya que te he vis- |
|
to, venga la muerte, y
lleueme desta cansada |
|
vida. Has de saber, hijo, que en esta villa viuio |
|
la mas famosa hechizera que huuo en el mundo, |
|
a quien llamaron la Camacha de Montilla; fue |
5 |
tan vnica en su oficio, que las Eritos, las Cir- |
|
ces, las Medeas, de quien he oydo dezir que |
|
estan las historias llenas,
no la ygualaron. Ella |
|
congelaua las nubes quando
queria, cubriendo |
|
con ellas la faz del sol, y
quando se le antojaua, |
10 |
boluia sereno el mas turbado
cielo; traia los |
|
hombres en vn instante de lexas tierras; reme- |
|
diaua marauillosamente las donzellas que auian |
|
tenido algun descuydo en
guardar su entereza. |
|
Cubria a las viudas de modo,
que con honesti- |
15 |
dad fuessen deshonestas,
descasaua las casa- |
|
das, y casaua las que ella
queria. Por diziembre |
|
tenia rosas frescas en su jardin, y por enero |
|
segaua trigo. Esto de hazer nacer belros en |
|
vna artesa, era lo menos que
ella hazia, ni el |
20 |
hazer ver en vn espejo, o en la vña de vna cria- |
|
tura los viuos o los muertos que le pedian que |
|
mostrasse. |
|
"Tuuo fama, que conuertia los hombres en |
|
animales, y que se auia seruido de vn sacristan |
25 |
seys años en forma de asno, real y verdade- |
|
ramente, lo que yo nunca he
podido alcançar |
|
como se haga, porque lo que se dize de aque- |
|
llas antiguas magas, que conuertian los hom- |
|
bres en bestias, dizen los que mas saben que |
30 |
no era otra cosa, sino que
ellas, con su mucha |
|
|
|
P.59
COLOQUIO
DE LOS PERROS 2ll
hermosura, y con sus halagos, atraian los |
|
hombres de manera a que las quisiessen bien, |
|
y los sujetauan de suerte, siruiendose dellos |
|
en todo quanto querian, que
parecian bestias. |
|
Pero en ti, hijo mio, la
experiencia me muestra |
5 |
lo contrario, que se que
eres persona racional, |
|
y te veo en semejança de perro, si ya no es que |
|
esto se haze con aquella
ciencia que llaman |
|
tropelia, que haze parecer
vna cosa por otra. |
|
Sea lo que fuere, lo que me
pesa es, que yo, ni |
10 |
tu madre, que fuymos discipulas de la buena |
|
Camacha, nunca llegamos a
saber tanto como |
|
ella, y no por falta de ingenio, ni de habilidad, |
|
ni de animo, que antes nos sobraua que fal- |
|
taua, sino por sobra de su malicia, que |
15 |
nunca quiso enseñarnos las cosas mayores, por- |
|
que las reseruaua para ella. |
|
"Tu madre, hijo, se llamó la Montiela, que |
|
despues de la Camacha, fue
famosa; yo me |
|
llamo la Cañizares, si ya no
tan sabia como |
20 |
las dos, a lo menos de tan buenos desseos |
|
como qualquiera dellas.
Verdad es, que al ani- |
|
mo que tu madre tenia de hazer y entrar en |
|
vn cerco, y encerrarse en el
con vna legion de |
|
demonios, no le hazia
ventaja la misma |
25 |
Camacha. Yo fuy siempre algo
medrosilla; con |
|
conjurar media region me
contentaua. Pero, |
|
con paz sea dicho de
entrambas, en esto de |
|
|
|
P.60
2l2
NOVELAS EXEMPLARES
conficionar las vnturas con que las bruxas nos |
|
vntamos, a ninguna de las dos diera venta- |
|
ja, ni la dare a quantas oy siguen y guardan |
|
nuestras reglas. Que has de saber, hijo, que |
|
como yo he visto y veo que la vida que corre |
5 |
sobre las ligeras alas del tiempo se acaba, he |
|
querido dexar todos los vicios de la hechize- |
|
ria, en que estaua engolfada muchos años auia, |
|
y solo me he quedado con la
curiosidad de |
|
ser bruxa, que es vn vicio
dificultosissimo de |
10 |
dexar; tu madre hizo lo
mismo; de muchos |
|
vicios se apartó, muchas buenas obras hizo en |
|
esta vida, pero al fin murio
bruxa, y no mu- |
|
rio de enfermedad alguna,
sino de dolor, de |
|
que supo que la Camacha su
maestra, de em- |
15 |
bidia que la tuuo, porque se
le yua subiendo a |
|
las barbas en saber tanto
como ella, o por otra |
|
pendençuela de zelos, que nunca pude aueri- |
|
guar, estando tu madre
preñada, y llegandose |
|
la hora del parto, fue su
comadre la Camacha, la |
20 |
qual recibio en sus manos lo
que tu madre pa- |
|
rio, y mostrole que auia
parido dos perritos. |
|
Y assi como los vio, dixo:
"Aqui ay maldad, |
|
"aqui ay bellaqueria;
pero, hermana Montiela, |
|
"tu amiga soy; yo encubrire este parto, y atien- |
25 |
"de tu a estar sana, y haz cuenta que esta tu |
|
"desgracia queda
sepultada en el mismo silen- |
|
"cio; no te de pena
alguna este sucesso, que |
|
"ya sabes tu que puedo
yo saber que si no es |
|
"con Rodriguez el
ganapan tu amigo, dias ha |
30 |
"que no tratas con
otro; assi, que este perruno |
|
"parto de otra parte
viene, y algun misterio |
|
|
|
P.61
COLOQUIO
DE LOS PERROS 2l3
"contiene." Admiradas quedaron tu madre y |
|
yo, que me hallé presente a
todo, del estraño |
|
sucesso. La Camacha se fue,
y se lleuó los ca- |
|
chorros; yo me quedé con tu
madre, para assis- |
|
tir a su regalo, la qual no
podia creer lo que le |
5 |
auia sucedido. Llegose el
fin de la Camacha, y |
|
estando en la vltima hora de
su vida, llamó a |
|
tu madre y le dixo, como
ella auia conuertido |
|
a sus hijos en perros, por cierto enojo que con |
|
ella tuuo, pero que no
tuuiesse pena, que ellos |
10 |
boluerian a su ser quando
menos lo pensas- |
|
sen; mas que no podia ser
primero que ellos |
|
por sus mismos ojos viessen
lo siguiente: |
|
Bolueran en su forma
verdadera, |
|
quando vieren con presta
diligencia |
15 |
derribar los soberuios leuantados, |
|
y alçar a los humildes abatidos, |
|
con poderosa mano para
hazello. |
|
Esto dixo la Camacha a tu
madre al tiempo de |
|
su muerte, como ya te he
dicho. Tomolo tu ma- |
20 |
dre por escrito y de memoria, y yo lo fixé en |
|
la mia, para si sucediesse
tiempo de poderlo |
|
dezir a alguno de vosotros; y para poder cono- |
|
ceros, a todos los perros que veo de tu color |
|
los llamo con el nombre de
tu madre, no por |
25 |
pensar que los perros han de saber el nombre, |
|
sino por ver si respondian a
ser llamados tan |
|
diferentemente como se
llaman los otros pe- |
|
rros. Y esta tarde, como te vi hazer tantas co- |
|
sas, y que te llaman el perro sabio, y tambien |
30 |
como alçaste la cabeça a
mirarme, quando te |
|
|
|
P.62
2l4
NOVELAS EXEMPLARES
llamé en el corral, he creydo que tu eres hijo |
|
de la Montiela, a quien con
grandissimo gusto |
|
doy noticia de tus sucessos,
y del modo con |
|
que has de cobrar tu forma
primera, el qual |
|
modo quisiera yo que fuera
tan facil, como el |
5 |
que se dize de Apuleyo en el
Asno de oro, que |
|
consistia en solo comer vna
rosa. |
|
"Pero este tuyo va
fundado en acciones age- |
|
nas, y no en tu diligencia. Lo que has de hazer, |
|
hijo, es encomendarte a Dios alla en tu cora- |
10 |
çon, y espera que estas, que no quiero llamar- |
|
las profecias, sino adiuinanças, han de suceder |
|
presto y prosperamente; que
pues la buena de |
|
la Camacha las dixo,
sucederan sin duda al- |
|
guna, y tu y tu hermano, si
es viuo, os vereys |
15 |
como desseays. De lo que a
mi me pesa, es |
|
que estoy tan cerca de mi
acabamiento, que no |
|
tendre lugar de verlo. Muchas vezes he querido |
|
preguntar a mi cabron que
fin tendra vuestro |
|
sucesso, pero no me he
atreuido, porque nun- |
20 |
ca a lo que le preguntamos
responde a dere- |
|
chas, sino con razones torzidas y de mu- |
|
chos sentidos. Assi, que a este nuestro amo y |
|
señor no ay que preguntarle
nada, porque con |
|
vna verdad mezcla mil
mentiras. Y a lo que yo |
25 |
he colegido de sus
respuestas, el no sabe nada |
|
de lo por venir ciertamente, sino por conjetu- |
|
ras. Con todo esto, nos trae tan engañadas |
|
a las que somos bruxas, que, con hazernos mil |
|
burlas, no le podemos dexar.
Vamos a verle |
30 |
|
|
P.63
COLOQUIO
DE LOS PERROS 2l5
muy lexos de aqui, a vn gran campo, donde nos |
|
juntamos infinidad de gente, bruxos y bruxas, |
|
y alli nos da de comer desabridamente, y pas- |
|
san otras cosas, que en verdad, y en Dios y en |
|
mi anima, que no me atreuo a
contarlas, segun |
5 |
son suzias y asquerosas, y no quiero ofender |
|
tus castas orejas. |
|
"Ay opinion que no vamos a estos combites |
|
sino con la fantasia, en la qual nos representa |
|
el demonio las imagenes de todas aquellas |
10 |
cosas que despues contamos que nos han su- |
|
cedido. Otros dizen que no, sino que verda- |
|
deramente vamos en cuerpo y en anima, y |
|
entrambas opiniones tengo
para mi que son |
|
verdaderas, puesto que
nosotras no sabemos |
15 |
quando vamos de vna o de
otra manera, por- |
|
que todo lo que nos passa en
la fantasia es tan |
|
intensamente, que no ay
diferenciarlo de quan- |
|
do vamos real y
verdaderamente. Algunas ex- |
|
periencias desto han hecho los señores inqui- |
20 |
sidores con algunas de nosotras que han te- |
|
nido pressas, y pienso que
han hallado ser |
|
verdad lo que digo. Quisiera
yo, hijo, apar- |
|
tarme deste pecado, y para ello he hecho mis |
|
diligencias: heme acogido a ser hospitalera, |
25 |
curo a los pobres, y algunos se mueren, que |
|
me dan a mi la vida con lo
que me mandan, |
|
o con lo que se les queda
entre los remiendos, |
|
por el cuydado que yo tengo
de espulgarlos los |
|
vestidos. Rezo poco y en
publico; murmuro mu- |
30 |
|
|
P.64
2l6
NOVELAS EXEMPLARES
cho y en secreto. Vame
mejor con ser hypo- |
|
crita, que con ser pecadora declarada; las apa- |
|
riencias de mis buenas obras presentes, van |
|
borrando en la memoria de los que me cono- |
|
cen las malas obras passadas. En efeto, la san- |
5 |
tidad fingida no haze daño a
ningun tercero, |
|
sino al que la vsa. |
|
"Mira, hijo Montiel, este consejo te doy: que |
|
seas bueno en todo quanto pudieres; y si has de |
|
ser malo, procura no
parecerlo en todo quanto |
10 |
pudieres; bruxa soy, no te
lo niego, bruxa y |
|
hechizera fue tu madre, que
tampoco te lo pue- |
|
do negar; pero las buenas apariencias de las |
|
dos podian acreditarnos en todo el mundo. Tres |
|
dias antes que muriesse, auiamos estado las |
15 |
dos en vn valle de los montes Perineos, en |
|
vna gran gira; y con todo
esso, quando murio, |
|
fue con tal sossiego y
reposo que, si no fueron |
|
algunos visages que hizo vn quarto de hora |
|
antes que rindiesse el alma,
no parecia sino que |
20 |
estaua en aquella como en vn talamo de flores; |
|
lleuaua atrauesados en el coraçon sus dos |
|
hijos, y nunca quiso, aun en el articulo de la |
|
muerte, perdonar a la
Camacha, tal era ella de |
|
entera y firme en sus cosas. Yo le cerre los ojos |
25 |
y fuy con ella hasta la
sepultura; alli la dexé, |
|
para no verla mas, aunque no
tengo perdida la |
|
esperança de verla antes que me muera; porque |
|
se ha dicho por el lugar que
la han visto algu- |
|
nas personas andar por los cimenterios y en- |
30 |
|
|
P.65
COLOQUIO
DE LOS PERROS 2l7
cruzijadas, en diferentes figuras, y quiza al- |
|
guna vez la toparé yo, y le
preguntaré si manda |
|
que haga alguna cosa en
descargo de su con- |
|
ciencia." |
|
Cada cosa destas que la
vieja me dezia en |
5 |
alabança de la que dezia ser
mi madre, era vna |
|
lançada que me atrauesaua el coraçon, y |
|
quisiera arremeter a ella y hazerla pedaços en- |
|
tre los dientes; y si lo dexé de hazer, fue porque |
|
no le tomasse la muerte en tan mal estado. Fi- |
10 |
nalmente, me dixo que
aquella noche pensaua |
|
vntarse, para yr a vno de sus vsados combites, |
|
y que, quando alla
estuuiesse, pensaua pregun- |
|
tar a su dueño algo de lo
que estaua por su- |
|
cederme. Quisierale yo
preguntar que vnturas |
15 |
eran aquellas que dezia, y parece que me leyo |
|
el desseo, pues respondio a
mi intencion como |
|
si se lo huuiera preguntado,
pues dixo: |
|
"Este vnguento con que las bruxas nos vnta- |
|
mos, es compuesto de jugos de yeruas en todo |
20 |
estremo frios, y no es, como dize el vulgo, he- |
|
cho con la sangre de los niños que ahogamos. |
|
Aqui pudieras tambien preguntarme que gusto |
|
o prouecho saca el demonio
de hazernos matar |
|
las criaturas tiernas, pues sabe que, estando |
25 |
bautizadas, como inocentes y
sin pecado, se |
|
van al cielo, y el recibe
pena particular con |
|
cada alma christiana que se
le escapa, a lo |
|
que no te sabre responder
otra cosa, sino lo |
|
|
|
P.66
2l8
NOVELAS EXEMPLARES
que dize el refran, que tal ay, que se quiebra |
|
dos ojos, porque su enemigo se quiebre vno; |
|
y por la pesadumbre que da a sus padres ma- |
|
tandoles los hijos, que es la mayor que se pue- |
|
de imaginar. Y lo que mas le importa, es hazer |
5 |
que nosotras cometamos a
cada paso tan |
|
cruel y peruerso pecado; y
todo esto lo per- |
|
mite Dios por nuestros pecados, que, sin su |
|
permission, yo he visto por experiencia que no |
|
puede ofender el diablo a vna hormiga; y es |
10 |
tan verdad esto, que rogandole yo vna vez que |
|
destruyesse vna viña de vn
mi enemigo, me |
|
respondio que ni aun tocar a
vna hoja della |
|
no podia, porque Dios no
queria; por lo qual |
|
podras venir a entender, quando seas hombre, |
15 |
que todas las desgracias que vienen a las gen- |
|
tes, a los reynos, a las ciudades y a los pueblos, |
|
las muertes repentinas, los naufragios, las cay- |
|
das, en fin, todos los males que llaman de daño, |
|
vienen de la mano del
Altissimo y de su vo- |
20 |
luntad permitente; y los daños y males que |
|
llaman de culpa, vienen y se causan por nos- |
|
otros mismos. Dios es impecable, de do se |
|
infiere que nosotros somos autores del pecado, |
|
formandole en la intencion, en la palabra y en |
25 |
la obra, todo permitiendolo
Dios por nuestros |
|
pecados, como ya he dicho. |
|
"Diras tu aora, hijo, si es que acaso me |
|
entiendes, que quien me hizo a mi theologa, y |
|
|
|
P.67
COLOQUIO
DE LOS PERROS 2l9
aun quiza diras entre ti: "¡Cuerpo de tal |
|
"con la puta vieja! ¿Porque
no dexa de ser |
|
"bruxa, pues sabe tanto, y se buelue a Dios, |
|
"pues sabe que esta mas
prompto a perdonar |
|
pecados, que a
permitirlos?" A esto te respon- |
5 |
do, como si me lo
preguntaras, que la costum- |
|
bre del vicio se buelue en naturaleza, y este |
|
de ser bruxas se conuierte en sangre y carne, |
|
y en medio de su ardor, que es mucho, trae |
|
vn frio que pone en el alma, tal que la resfria |
10 |
y entorpeze, aun en la fe, de donde nace vn |
|
oluido de si misma, y ni se acuerda de los |
|
temores con que Dios la amenaza, ni de la glo- |
|
ria con que la combida, y, en efeto, como es |
|
pecado de carne y de deleytes, es fuerça |
15 |
que amortigue todos los sentidos, y los embele- |
|
se y absorte, sin dexarlos vsar sus oficios como |
|
deuen; y assi, quedando el
alma inutil, floxa |
|
y desmazalada, no puede
leuantar la conside- |
|
racion siquiera a tener algun buen pensamien- |
20 |
to; y assi, dexandose estar sumida en la pro- |
|
funda sima de su miseria, no
quiere alçar la |
|
mano a la de Dios, que se la
esta dando por |
|
sola su misericordia, para
que se leuante. Yo |
|
tengo vna destas almas que
te he pintado; todo |
25 |
lo veo y todo lo entiendo; y
como el deleyte |
|
me tiene echados grillos a
la voluntad, siempre |
|
he sido y sere mala. |
|
"Pero dexemos esto, y
boluamos a lo de las |
|
vnturas, y digo que son tan frias, que nos pri- |
30 |
|
|
P.68
220
NOVELAS EXEMPLARES
uan de todos los sentidos en vntandonos con |
|
ellas, y quedamos tendidas y desnudas en el |
|
suelo, y entonces dizen que en la fantasia pas- |
|
samos todo aquello que nos parece passar ver- |
|
daderamente. Otras vezes, acabadas de vntar, a |
5 |
nuestro parecer, mudamos
forma, y conuertidas |
|
en gallos, lechuzas o
cueruos, vamos al lugar |
|
donde nuestro dueño nos
espera, y alli cobra- |
|
mos nuestra primera forma, y gozamos de los |
|
deleytes que te dexo de dezir, por ser tales, que |
10 |
la memoria se escandaliza en
acordarse dellos, |
|
y assi la lengua huye de
contarlos, y con todo |
|
esto soy bruxa, y cubro con
la capa de la hypo- |
|
cresia todas mis muchas faltas. Verdad es, que |
|
si algunos me estiman y
honran por buena, no |
15 |
faltan muchos que me dizen, no dos dedos del |
|
oydo, el nombre de las fiestas, que es el que |
|
les imprimio la furia de vn juez colerico, que en |
|
los tiempos passados tuuo que ver conmigo y |
|
con tu madre, depositando su ira en las manos |
20 |
de vn verdugo, que, por no estar sobornado, |
|
vsó de toda su plena potestad y rigor con nues- |
|
tras espaldas. |
|
"Pero esto ya passó, y todas las cosas se |
|
passan: las memorias se acaban, las vidas no |
25 |
bueluen, las lenguas se cansan, los sucessos |
|
nueuos hazen oluidar los passados. Hospitalera |
|
soy, buenas muestras doy de mi proceder, bue- |
|
nos ratos me dan mis vnturas; no soy tan vieja |
|
que no pueda viuir vn año,
puesto que tengo |
30 |
setenta y cinco; y ya que no
puedo ayunar por |
|
|
|
P.69
COLOQUIO
DE LOS PERROS 22l
la edad, ni rezar por los vaguidos, ni andar |
|
romerias por la flaqueza de mis piernas, ni dar |
|
limosna, porque soy pobre, ni pensar en bien, |
|
porque soy amiga de murmurar, y para auerlo |
|
de hazer, es forçoso
pensarlo primero: assi, |
5 |
que siempre mis pensamientos han de ser ma- |
|
los; con todo esto se que
Dios es bueno y mi- |
|
sericordioso, y que el sabe
lo que ha de ser |
|
de mi; y basta, y quedese
aqui esta platica, que |
|
verdaderamente me
entristeze. Ven, hijo, y |
10 |
verasme vntar, que todos los
duelos con pan |
|
son buenos; el buen dia meterle en casa, pues |
|
mientras se rie, no se
llora: quiero dezir, que |
|
aunque los gustos que nos da el demonio son |
|
aparentes y falsos, todavia nos parecen gus- |
15 |
tos, y el deleyte mucho mayor es imaginado |
|
que gozado: aunque en los verdaderos gustos |
|
deue de ser al
contrario." |
|
Leuantose en diziendo esta
larga arenga, y |
|
tomando el candil, se entró
en otro aposentillo |
20 |
mas estrecho; seguila,
combatido de mil varios |
|
pensamientos, y admirado de lo que auia oydo |
|
y de lo que esperaua ver; colgo la Cañizares |
|
el candil de la pared, y con mucha priessa se |
|
desnudó hasta la camisa; y sacando de vn rin- |
25 |
con vna olla vidriada, metio
en ella la mano, |
|
y murmurando entre dientes, se vntó desde |
|
los pies a la cabeça, que tenia sin toca; antes |
|
que se acabasse de vntar, me dixo que, ora se |
|
|
|
P.70
222 NOVELAS EXEMPLARES
quedasse su cuerpo en aquel
aposento sin sen- |
|
tido, ora desapareciesse
del, que no me espan- |
|
tasse, ni dexasse de
aguardar alli hasta la ma- |
|
ñana, porque sabria las nueuas de lo que me |
|
quedaua por passar hasta ser
hombre. Dixele, |
5 |
baxando la cabeça, que si
haria, y con esto |
|
acabó su vntura, y se tendio
en el suelo como |
|
muerta. Llegué mi boca a la
suya, y vi que no |
|
respiraua poco ni mucho. |
|
Vna verdad te quiero
confessar, Cipion ami- |
10 |
go, que me dio gran temor
verme encerrado |
|
en aquel estrecho aposento
con aquella figura |
|
delante, la qual te la
pintaré como mejor su- |
|
piere. Ella era larga de mas
de siete pies; toda |
|
era notomia de huesos,
cubiertos con vna |
15 |
piel negra, bellosa, y
curtida; con la barriga, |
|
que era de badana, se cubria las partes des- |
|
honestas, y aun le colgaua hasta la mitad de |
|
los muslos. Las tetas semejauan dos vejigas |
|
de vaca secas y arrugadas, denegridos los la- |
20 |
bios, traspillados los dientes, la nariz corba |
|
y entablada, desencasados los ojos, la cabe- |
|
ça desgreñada, las mexillas chupadas, angos- |
|
ta la garganta, y los pechos sumidos. Final- |
|
mente, toda era flaca y
endemoniada. Puseme |
25 |
de espacio a mirarla, y
apriessa començo a |
|
apoderarse de mi el miedo,
considerando la |
|
mala vision de su cuerpo y la peor ocupacion |
|
de su alma. Quise morderla,
por ver si boluia |
|
en si, y no hallé parte en toda ella, que el |
30 |
|
|
P.71
COLOQUIO DE LOS PERROS 223
asco no me lo estoruasse;
pero con todo esto |
|
la assi de vn carcaño, y la saqué arras- |
|
trando al patio; mas ni por
esto dio muestras |
|
de tener sentido. |
|
Alli, con mirar el cielo y
verme en parte an- |
5 |
cha, se me quitó el temor, a
lo menos se templó |
|
de manera, que tuue animo de
esperar a ver |
|
en lo que paraua la yda y
buelta de aquella |
|
mala hembra, y lo que me
contaua de mis su- |
|
cessos. En esto me
preguntaua yo a mi mismo: |
10 |
¿quien hizo a esta mala
vieja tan discreta y tan |
|
mala? ¿de donde sabe ella quales son males |
|
de daño, y quales de culpa? ¿como entiende y |
|
habla tanto de Dios, y obra
tanto del diablo? |
|
¿como peca tan de malicia,
no escusandose |
15 |
con ignorancia? |
|
En estas consideraciones se passó la noche, |
|
y se vino el dia, que nos halló a los dos en mitad |
|
del patio: ella no buelta en
si, y a mi junto a ella |
|
en cuclillas, atento,
mirando su espantosa y fea |
20 |
catadura. Acudio la gente
del hospital, y vien- |
|
do aquel retablo, vnos
dezian: "Ya la bendita |
|
Cañizares es muerta; mirad
quan disfigurada |
|
y flaca la tenia la
penitencia"; otros mas consi- |
|
derados la tomaron el pulso,
y vieron que le |
25 |
tenia, y que no era muerta,
por do se dieron a |
|
entender que estaua en extasis y arrobada de |
|
puro buena. Otros huuo que dixeron: "Esta |
|
puta vieja, sin duda deue de ser bruxa, y deue |
|
de estar vntada, que nunca los Santos hazen |
30 |
|
|
P.72
224
NOVELAS EXEMPLARES
tan desonestos arrobos: y hasta aora en- |
|
tre los que la conocemos, mas fama tiene de |
|
bruxa, que de santa." |
|
Curiosos huuo que se llegaron a hincarle |
|
alfileres por las carnes, desde la punta hasta |
5 |
la cabeça; ni por esso recordaua la dormilo- |
|
na, ni boluio en si, hasta
las siete del dia; y |
|
como se sintio acribada de los alfileres, y mor- |
|
dida de los carcañares, y magullada del arras- |
|
tramiento fuera de su aposento, y a vista de |
10 |
tantos ojos que la estauan mirando, creyo, y |
|
creyo la verdad, que yo auia sido el autor de |
|
su deshonra, y assi
arremetio a mi, y echan- |
|
dome ambas manos a la
garganta, procuraua |
|
ahogarme, diziendo: "¡O
bellaco desagradeci- |
15 |
do, ignorante y malicioso! ¿Y es
este el pago |
|
que merecen las buenas obras que a tu madre |
|
hize, y de las que te pensaua hazer a ti?" Yo, |
|
que me vi en peligro de perder la vida entre las |
|
vñas de aquella fiera arpia, sacudime, y assien- |
20 |
dole de las luengas faldas de su vientre, la |
|
çamarreé y arrastré por todo el patio; ella daua |
|
vozes que la librassen de los dientes de aquel |
|
maligno espiritu. Con estas razones de la |
|
mala vieja, creyeron los mas que yo deuia |
25 |
de ser algun demonio de los que tienen ojeriza |
|
continua con los buenos christianos, y vnos |
|
|
|
P.73
COLOQUIO DE LOS PERROS 225
acudieron a echarme agua
bendita, otros no |
|
osauan llegar a quitarme;
otros dauan vozes, |
|
que me conjurassen, la vieja gruñia, yo |
|
apretaua los dientes, crecia
la confussion, |
|
y mi amo, que ya auia
llegado al ruydo, se |
5 |
desesperaua, oyendo dezir
que yo era demonio. |
|
Otros, que no sabian de exorcismos, acudieron |
|
a tres o quatro garrotes,
con los quales comen- |
|
çaron a santiguarme los lomos; escociome la |
|
burla, solte la vieja, y en tres saltos me puse |
10 |
en la calle, y en pocos mas sali de la villa, per- |
|
seguido de vna infinidad de muchachos, que |
|
yuan a grandes vozes
diziendo: "Apartense, |
|
que rabia el perro
sabio"; otros dezian: "No |
|
rabia, sino que es demonio
en figura de perro." |
15 |
Con este molimiento, a
campana herida, sali |
|
del pueblo, siguiendome
muchos, que indubi- |
|
tablemente creyeron que era
demonio, assi por |
|
las cosas que me auian visto
hazer, como por |
|
las palabras que la vieja
dixo, quando desperto |
20 |
de su maldito sueño. |
|
Dime tanta priessa a huyr, y a quitarme de- |
|
lante de sus ojos, que creyeron que me auia |
|
desparecido como demonio; en
seis horas |
|
anduue doze leguas, y llegué a vn rancho de |
25 |
gitanos, que estaua en vn
campo junto a Gra- |
|
nada; alli me reparé vn
poco, porque algunos |
|
de los gitanos me conocieron por el perro sa- |
|
bio, y con no pequeño gozo
me acogieron y |
|
|
|
P.74
226 NOVELAS EXEMPLARES
escondieron en vna cueua,
porque no me ha- |
|
llassen, si fuesse buscado,
con intencion, a lo |
|
que despues entendi, de ganar conmigo, como |
|
lo hazia el atambor mi amo. Veynte
dias es- |
|
tuue con ellos, en los quales supe y noté su vida |
5 |
y costumbres, que, por ser notables, es forçoso |
|
que te las cuente. |
|
Cip. Antes, Bergança, que passes adelan- |
|
te, es bien que reparemos en lo que te dixo |
|
la bruxa, y aueriguemos si puede ser verdad |
10 |
la grande mentira a quien
das credito. Mira, |
|
Bergança: grandissimo
disparate seria creer |
|
que la Camacha mudasse los hombres en bes- |
|
tias, y que el sacristan, en forma de jumen- |
|
to, la seruiesse los años que dizen que |
15 |
la siruio. Todas estas cosas y las semejan- |
|
tes, son embelecos, mentiras o apariencias |
|
del demonio; y si a nosotros nos parece |
|
aora que tenemos algun entendimiento y |
|
razon, pues hablamos, siendo verdaderamen- |
20 |
te perros o estando en su figura, ya hemos |
|
dicho que este es caso portentoso y jamas |
|
visto, y que aunque le tocamos con las ma- |
|
nos, no le auemos de dar credito hasta tanto |
|
que el sucesso del nos
muestre lo que con- |
25 |
uiene que creamos;
¿quiereslo ver mas claro?, |
|
considera en quan vanas
cosas y en quan |
|
tontos puntos dixo la
Camacha que consistia |
|
nuestra restauracion. Y aquellas que a ti te |
|
|
|
P.75
COLOQUIO
DE LOS PERROS 227
deuen parecer profecias, no son sino pa- |
|
labras de consejas o cuentos de viejas, como |
|
aquellos del cauallo sin cabeça y de la va- |
|
rilla de virtudes con que se entretienen al fuego |
|
las dilatadas noches del inuierno, porque, a ser |
5 |
otra cosa, ya estauan
cumplidas, si no es que |
|
sus palabras se han de tomar en vn sentido que |
|
he oydo dezir se llama
al[e]gorico, el qual |
|
sentido no quiere dezir lo
que la letra suena, |
|
sino otra cosa que, aunque
diferente, le haga |
10 |
semejança, y assi dezir: |
|
Bolueran a su forma
verdadera, |
|
quando vieren con presta
diligencia |
|
derribar los soberuios leuantados |
|
y alçar a los humildes abatidos, |
15 |
por mano poderosa para
hazello, |
|
tomandolo en el sentido que
he dicho, pare- |
|
ceme que quiere dezir que cobraremos nuestra |
|
forma quando vieremos que los que ayer es- |
|
tauan en la cumbre de la rueda de fortuna, oy |
20 |
estan hollados y abatidos a los pies de la des- |
|
gracia, y tenidos en poco de aquellos que |
|
mas los estimauan. Y assimismo, quando viere- |
|
mos que otros, que no ha dos horas que no te- |
|
nian deste mundo otra parte que seruir en el de |
25 |
numero que acrecentasse el de las gentes, y |
|
aora estan tan encumbrados
sobre la buena |
|
dicha, que los perdemos de
vista; y si primero |
|
|
|
P.76
228 NOVELAS EXEMPLARES
no parecian por pequeños y
encogidos, aora |
|
no los podemos alcançar por
grandes y leuan- |
|
tados. |
|
Y si en esto consistiera
boluer nosotros a |
|
la forma que dizes, ya lo
hemos visto, y lo ve- |
5 |
mos a cada paso, por do me
doy a enten- |
|
der que, no en el sentido
alegorico, sino en el |
|
literal se han de tomar los versos de la Cama- |
|
cha, ni tampoco en este
consiste nuestro reme- |
|
dio, pues muchas vezes hemos visto la que |
10 |
dizen y nos estamos tan perros como vees; |
|
assi que la Camacha fue
burladora falsa, y la |
|
Cañizares embustera, y la
Montiela tonta, ma- |
|
liciosa y bellaca, con
perdon sea dicho si acaso |
|
es nuestra madre de
entrambos o tuya, que yo |
15 |
no la quiero tener por
madre. Digo, pues, que |
|
el verdadero sentido es vn
juego de bolos, don- |
|
de con presta diligencia derriban los que estan |
|
en pie y bueluen a alçar los caydos, y esto por |
|
la mano de quien lo puede
hazer. Mira, pues, |
20 |
si en el discurso de nuestra
vida auremos visto |
|
jugar a los bolos, y si
hemos visto por esto auer |
|
buelto a ser hombres, si es
que lo somos. |
|
Berg. Digo que tienes razon, Cipion
herma- |
|
no, y que eres mas discreto
de lo que pensaua, |
25 |
y de lo que has dicho vengo
a pensar y creer |
|
que todo lo que hasta aqui
hemos passado y lo |
|
que estamos passando es sueño, y que somos |
|
perros; pero no por esto dexemos de gozar des- |
|
te bien de la habla que tenemos y de la exce- |
30 |
lencia tan grande de tener
discurso humano |
|
|
|
P.77
COLOQUIO DE LOS PERROS 229
todo el tiempo que
pudieremos; y assi no te |
|
canse el oyrme contar lo que me passó con los |
|
gitanos que me escondieron en la cueua. |
|
Cip. De buena gana te escucho, por obligarte |
|
a que me escuches quando te cuente, si el cielo |
5 |
fuere seruido, los sucessos de mi vida. |
|
Berg. La que tuue con los gitanos, fue consi- |
|
derar en aquel tiempo sus muchas malicias, sus |
|
embaymientos y embustes, los hurtos en que |
|
se exercitan, assi gitanas como gitanos, desde |
10 |
el punto casi que salen de las mantillas y saben |
|
andar. ¿Vees la multitud que ay dellos esparzida |
|
por España?, pues todos se conocen y tienen |
|
noticia los vnos de los otros, y trasiegan y tras- |
|
ponen los hurtos destos en aquellos y los de |
15 |
aquellos en estos; dan la obediencia, mejor que |
|
a su rey, a vno que llaman
conde, al qual, |
|
y a todos los que del suceden, tienen el sobre |
|
nombre de Maldonado; y no
porque vengan |
|
del apellido deste noble
linage, sino porque vn |
20 |
page de vn cauallero deste nombre se enamoró |
|
de vna gitana, la qual no le
quiso conceder su |
|
amor si no se hazia gitano y
la tomaua por |
|
muger. Hizolo assi el page,
y agradó tanto a |
|
los demas gitanos, que le alçaron por señor y le |
25 |
dieron la obediencia; y como en señal de vas- |
|
sallage le acuden con parte de los hurtos que |
|
hazen, como sean de importancia. |
|
Ocupanse, por dar color a su ociosidad, en |
|
labrar cosas de hierro, haziendo instrumentos |
30 |
con que facilitan sus hurtos, y assi los veras |
|
|
|
P.78
230
NOVELAS EXEMPLARES
siempre traer a vender por las calles tenazas, |
|
barrenas, martillos, y ellas treuedes y vadi- |
|
les. Todas ellas son parteras, y en esto lleuan |
|
ventaja a las nuestras, porque sin costa ni ade- |
|
rentes sacan sus partos a luz, y lauan las cria- |
5 |
turas con agua fria en naciendo, y, desde que |
|
nacen hasta que mueren, se curten y muestran |
|
a sufrir las inclemencias y rigores del cielo; y |
|
assi veras que todos son alentados bolteado- |
|
res, corredores y bayladores. Casanse siempre |
10 |
entre ellos, porque no salgan sus malas cos- |
|
tumbres a ser conocidas de otros; ellas guar- |
|
dan el decoro a sus maridos, y pocas ay que |
|
les ofendan con otros que no sean de su ge- |
|
neracion. Quando piden
limosna, mas la sacan |
15 |
con inuenciones y chocarrerias, que con deuo- |
|
ciones, y a titulo que no ay quien se fie |
|
dellas, no siruen y dan en
ser holgazanas. |
|
Y pocas, o ninguna vez, he
visto, si mal no |
|
me acuerdo, ninguna gitana a
pie de altar co- |
20 |
mulgando, puesto que muchas vezes he entrado |
|
en las yglesias. Son sus pensamientos imaginar |
|
como han de engañar y donde han de hurtar. |
|
Confieren sus hurtos y el modo que tuuieron en |
|
hazellos. Y assi vn dia
conto vn gitano delante |
25 |
de mi a otros vn engaño y hurto que vn dia |
|
auia hecho a vn labrador; y fue que el gitano |
|
tenia vn asno rabon, y en el pedaço de la cola |
|
que tenia sin cerdas le
ingirio otra peluda, que |
|
parecia ser suya natural.
Sacole al mercado, |
30 |
|
|
P.79
COLOQUIO
DE LOS PERROS 23l
comprosele vn labrador por diez ducados, y en |
|
auiendosele vendido y
cobrado el dinero, le |
|
dixo que si queria comprarle
otro asno hermano |
|
del mismo y tan bueno como
el que lleuaua, |
|
que se le venderia por mas buen precio. Res- |
5 |
pondiole el labrador que fuesse por el y le tru- |
|
xesse, que el se le compraria y que, en tanto |
|
que boluiesse, lleuaria el
comprado a su posa- |
|
da. Fuese el labrador,
siguiole el gitano y, sea |
|
como sea, el gitano tuuo
maña de hurtar al |
10 |
labrador el asno que le auia
vendido, y al mis- |
|
mo instante le quitó la cola
postiza y quedó |
|
con la suya pelada. Mudole
la albarda y jaqui- |
|
ma, y atreuiose a yr a
buscar al labrador para |
|
que se le comprasse, y hallole antes que huuies- |
15 |
se echado menos el asno
primero, y a pocos |
|
lances compró el segundo.
Fuesele a pagar a |
|
la posada, donde halló menos
la bestia a la |
|
bestia y, aunque lo era
mucho, sospechó que |
|
el gitano se le auia hurtado
y no queria pagar- |
20 |
le. Acudio el gitano por
testigos, y truxo a los |
|
que auian cobrado la
alcauala del primer ju- |
|
mento, y juraron que el
gitano auia vendido al |
|
labrador vn asno con vna
cola muy larga, y muy |
|
diferente del asno segundo
que vendia. A todo |
25 |
esto se halló presente vn
alguazil, que hizo |
|
las partes del gitano con
tantas veras, que el |
|
labrador huuo de pagar el
asno dos vezes. |
|
Otros muchos hurtos
contaron, y todos, o los |
|
mas, de bestias, en quien son ellos graduados y |
30 |
en lo que mas se exercitan. Finalmente, ella es |
|
|
|
P.80
232
NOVELAS EXEMPLARES
mala gente, y aunque muchos y muy prudentes |
|
juezes han salido contra
ellos, no por esso se |
|
enmiendan. A cabo de veynte dias me quisieron |
|
lleuar a Murcia; passé por
Granada, donde ya |
|
estaua el capitan, cuyo
atambor era mi amo. |
5 |
Como los gitanos lo
supieron, me encerraron en |
|
vn aposento del meson, donde
viuian; oyles |
|
dezir la causa, no me
parecio bien el viage que |
|
lleuauan, y assi determiné
soltarme, como lo |
|
hize; y saliendome de
Granada, di en vna huerta |
10 |
de vn morisco, que me acogio
de buena volun- |
|
tad, y yo quedé con mejor,
pareciendome que |
|
no me querria para mas de
para guardarle la |
|
huerta, oficio a mi cuenta
de menos trabajo que |
|
el de guardar ganado. Y como
no auia alli alter- |
15 |
car sobre tanto mas, quanto
al salario, fue cosa |
|
facil hallar el morisco
criado a quien mandar y |
|
yo amo a quien seruir.
Estuue con el mas de |
|
vn mes, no por el gusto de
la vida que tenia, |
|
sino por el que me daua
saber la de mi amo, y |
20 |
por ella la de todos quantos moriscos viuen en |
|
España. ¡O, quantas y quales cosas te pudiera |
|
dezir, Cipion amigo, desta
morisca canalla, si |
|
no temiera no poderlas dar fin en dos semanas!, |
|
y si las huuiera de particularizar, no acabara en |
25 |
dos meses; mas, en efeto, aure de dezir algo, y |
|
assi, oye en general lo que yo vi y noté en par- |
|
ticular desta buena gente. |
|
Por marauilla se hallara
entre tantos vno que |
|
crea derechamente en la
sagrada ley christia- |
30 |
na. Todo su intento es
acuñar y guardar |
|
|
|
P.81
COLOQUIO DE LOS PERROS 233
dinero acuñado; y para
conseguirle trabajan y |
|
no comen; en entrando el
real en su poder, |
|
como no sea senzillo, le
condenan a carcel |
|
perpetua y a escuridad
eterna. De modo que, |
|
ganando siempre y gastando
nunca, llegan y |
5 |
amontonan la mayor cantidad
de dinero que |
|
ay en España. Ellos son su hucha, su polilla, |
|
sus picazas y sus
comadrexas; todo lo llegan, |
|
todo lo esconden y todo lo
tragan. Conside- |
|
rese que ellos son muchos y que cada dia |
10 |
ganan y esconden poco o
mucho, y que vna |
|
calentura lenta acaba la
vida como la de vn ta- |
|
bardillo, y como van
creciendo, se van aumen- |
|
tando los escondedores, que crecen y han de |
|
crecer en infinito, como la
experiencia lo mues- |
15 |
tra. Entre ellos no ay castidad, ni entran en re- |
|
ligion ellos ni ellas; todos se casan, todos multi- |
|
plican, porque el viuir
sobriamente aumenta |
|
las causas de la generacion. No los consume la |
|
guerra ni exercicio que demasiadamente los |
20 |
trabaje. Robannos a pie quedo, y con los frutos |
|
de nuestras heredades, que nos reuenden, |
|
se hazen ricos. No tienen
criados, porque |
|
todos lo son de si mismos;
no gastan con sus |
|
hijos en los estudios, porque su ciencia no es |
25 |
otra que la del robarnos. De los
doze hijos |
|
de Iacob, que he oydo dezir que entraron en |
|
Egypto, quando los sacó Moysen de aquel cau- |
|
tiuerio, salieron
seyscientos mil varones, sin |
|
|
|
P.82
234
NOVELAS EXEMPLARES
niños y mugeres. De
aqui se podra inferir lo |
|
que multiplicarán las destos, que sin com- |
|
paracion son en mayor numero. |
|
Cip. Buscado se ha remedio para todos los
|
|
daños que has apuntado y bosquexado en som- |
5 |
bra, que bien se que son mas y mayores los |
|
que callas que los que cuentas, y hasta aora |
|
no se ha dado con el que
conuiene; pero zela- |
|
dores prudentissimos tiene
nuestra republica |
|
que, considerando que España cria y tiene en |
10 |
su seno tantas viuoras como
moriscos, ayuda- |
|
dos de Dios, hallarán a
tanto daño cierta, presta |
|
y segura salida. Di
adelante. |
|
Berg. Como mi amo era mezquino, como |
|
lo son todos los de su casta, sustentauame con |
15 |
pan de mijo y con algunas sobras de çaynas, |
|
comun sustento suyo. Pero
esta miseria me |
|
ayudó a lleuar el cielo por
vn modo tan estraño |
|
como el que aora oyras. Cada
mañana, jun- |
|
tamente con el alua,
amanecia sentado al pie |
20 |
de vn granado, de muchos que en la huerta |
|
auia, vn mancebo, al parecer
estudiante, ves- |
|
tido de bayeta, no tan negra
ni tan peluda que |
|
no pareciesse parda y
tundida. Ocupauase en |
|
escriuir en vn cartapacio, y de quando en quan- |
25 |
do se daua palmadas en la
frente y se mordia |
|
las vñas, estando mirando al
cielo; y otras |
|
vezes se ponia tan
imaginatiuo, que no mouia |
|
pie ni mano, ni aun las
pestañas, tal era su em- |
|
|
|
P.83
COLOQUIO
DE LOS PERROS 235
belesamiento. Vna
vez me llegué junto a el, sin |
|
que me echasse de ver; oyle murmurar entre |
|
dientes, y al cabo de vn buen espacio dio vna |
|
gran voz, diziendo: "¡Viue el Señor, que es la |
|
mejor octaua que he hecho en todos los dias de |
5 |
mi vida!" Y escriuiendo
apriessa en su carta- |
|
pacio, daua muestras de gran
contento, todo lo |
|
qual me dio a entender que
el desdichado era |
|
poeta. Hizele mis
acostumbradas caricias, por |
|
assegurarle de mi
mansedumbre. Echeme a sus |
10 |
pies, y el, con esta
seguridad, prosiguio en sus |
|
pensamientos y tornó a
rascarse la cabeça, y a |
|
sus arrobos, y a boluer a
escriuir lo que auia |
|
pensado. |
|
Estando en esto, entró en la
huerta otro man- |
15 |
cebo galan y bien adereçado, con vnos pa- |
|
peles en la mano, en los quales de quando en |
|
quando leia. Llegó donde
estaua el primero, y |
|
dixole: "¿Aueys acabado
la primera jornada?" |
|
"Aora le di fin",
respondio el poeta, "la |
20 |
mas gallardamente que
imaginar se puede." |
|
"¿De que manera?",
preguntó el segundo. "Des- |
|
ta", respondio el
primero: "Sale su Santidad del |
|
Papa vestido de pontifical,
con doze Cardena- |
|
les, todos vestidos de morado, porque, quando |
25 |
sucedio el caso que cuenta
la historia de mi |
|
comedia, era tiempo de mutatio
caparum, en |
|
el qual los Cardenales no se visten de rojo, |
|
sino de morado; y assi en todas maneras con- |
|
uiene, para guardar la
propiedad, que estos |
30 |
|
|
P.84
236
NOVELAS EXEMPLARES
mis Cardenales salgan de morado; y este es vn |
|
punto que haze mucho al caso
para la comedia; |
|
y a buen seguro dieran en
el, y assi hazen a |
|
cada paso mil impertinencias
y disparates. |
|
Yo no he podido errar en
esto, porque he leydo |
5 |
todo el Ceremonial romano,
por solo acertar en |
|
estos vestidos." "¿Pues de donde quereys vos", |
|
replicó el otro, "que
tenga mi autor vestidos |
|
morados para doze
Cardenales?" "Pues si me |
|
quita vno tan solo",
respondio el poeta, "assi |
10 |
le dare yo mi comedia, como
volar. Cuerpo |
|
de tal, ¿esta apariencia tan
grandiosa se ha |
|
de perder? Imaginad vos desde aqui lo que |
|
parecera en vn teatro vn
Sumo Pontifice con |
|
doze graues Cardenales y con otros ministros |
15 |
de acompañamiento, que forçosamente han de |
|
traer consigo. ¡Viue el
cielo!, que sea vno de |
|
los mayores y mas altos espectaculos que se |
|
aya visto en comedia, aunque
sea la del rami- |
|
llete de Daraja." |
20 |
Aqui acabé de entender que
el vno era poeta |
|
y el otro comediante. El
comediante aconsejó |
|
al poeta que cercenasse algo
de los Cardenales, |
|
si no queria impossibilitar
al autor el hazer la |
|
comedia. A lo que dixo el
poeta que le agra- |
25 |
deciessen que no auia puesto
todo el conclaue |
|
que se halló junto al acto
memorable que pre- |
|
tendia traer a la memoria de
las gentes en su |
|
felicissima comedia. Riose
el recitante, y dexole |
|
|
|
P.85
COLOQUIO DE LOS PERROS 237
en su ocupacion por yrse a
la suya, que era |
|
estudiar vn papel de vna
comedia nueua. El |
|
poeta, despues de auer
escrito algunas coplas |
|
de su magnifica comedia, con
mucho sossiego |
|
y espacio, sacó de la faldriquera algunos men- |
5 |
drugos de pan y obra de veynte passas, que a |
|
mi parecer entiendo que se las conte, y aun es- |
|
toy en duda si eran tantas, porque juntamente |
|
con ellas hazian bulto ciertas migajas de pan |
|
que las acompañauan; sopló, y apartó las miga- |
10 |
jas, y vna a vna se comio las passas y los pali- |
|
llos, porque no le vi
arrojar ninguno, ayudan- |
|
dolas con los mendrugos que, morados con la |
|
borra de la faldriquera, parecian mohosos, y |
|
eran tan duros de condicion que, aunque el |
15 |
procuró enternecerlos, passeandolos por la boca |
|
vna y muchas vezes, no fue possible mouerlos |
|
de su terquedad; todo lo
qual redundó en mi |
|
prouecho, porque me los
arrojó, diziendo: "To, |
|
to, toma, que buen prouecho
te hagan." "Mi- |
20 |
rad", dixe entre mi,
"que nectar o ambrosia me |
|
da este poeta, de los que ellos dizen que se |
|
mantienen los dioses y su Apolo alla en el cie- |
|
lo." En fin, por la mayor parte, grande es la |
|
miseria de los poetas, pero
mayor era mi ne- |
25 |
cessidad, pues me obligó a
comer lo que el |
|
desechaua. En tanto que duró
la composicion |
|
de su comedia, no dexó de
venir a la huerta ni |
|
a mi me faltaron mendrugos,
porque los repar- |
|
tia conmigo con mucha
liberalidad, y luego nos |
30 |
yuamos a la noria donde, yo de bruzes y el |
|
|
|
P.86
238 NOVELAS EXEMPLARES
con vn cangilon,
satisfaciamos la sed como |
|
vnos monarcas. |
|
Pero faltó el poeta y sobró
en mi la hambre |
|
tanto, que determiné dexar
al morisco y entrar- |
|
me en la ciudad a buscar
ventura, que la halla |
5 |
el que se muda. Al entrar de
la ciudad, vi |
|
que salia del famoso
monasterio de San Gero- |
|
nimo mi poeta, que, como me
vio, se vino a |
|
mi con los braços abiertos y
yo me fui a el con |
|
nueuas muestras de regozijo,
por auerle ha- |
10 |
llado. Luego al instante
començo a desembau- |
|
llar pedaços de pan, mas tiernos de los que solia |
|
lleuar a la huerta, y a entregarlos a mis dientes, |
|
sin repassarlos por los suyos: merced que con |
|
nueuo gusto satisfizo mi
hambre. Los tiernos |
15 |
mendrugos, y el auer visto
salir a mi poeta del |
|
monasterio dicho, me
pusieron en sospecha de |
|
que tenia las musas vergonçantes, como otros |
|
muchos las tienen. Encaminose a la ciudad, y |
|
yo le segui, con
determinacion de tenerle por |
20 |
amo, si el quisiesse,
imaginando que de las |
|
sobras de su castillo se
podia mantener mi real, |
|
porque no ay mayor ni mejor bolsa que la de |
|
la caridad, cuyas liberales manos jamas estan |
|
pobres; y assi no estoy bien
con aquel refran |
25 |
que dize mas da el duro
que el desnudo, como |
|
si el duro y auaro diesse
algo, como lo da el |
|
liberal desnudo que, en
efeto, da el buen desseo |
|
|
|
P.87
COLOQUIO DE LOS PERROS 239
quando mas no tiene. De lance
en lance para- |
|
mos en la casa de vn autor de comedias que, |
|
a lo que me acuerdo, se
llamaua Angulo el |
|
malo, de otro Angulo, no
autor, sino repre- |
|
sentante, el mas gracioso que entonces tuuie- |
5 |
ron y aora tienen las comedias. Iuntose toda |
|
la compañia a oyr la comedia
de mi amo, que |
|
ya por tal le tenia; y, a la mitad de la jornada |
|
primera, vno a vno y dos a dos se fueron salien- |
|
do todos, excepto el autor y yo, que seruiamos |
10 |
de oyentes. La comedia era tal que, con ser yo |
|
vn asno en esto de la poesia, me parecio que |
|
la auia compuesto el mismo
Satanas para total |
|
ruyna y perdicion del mismo
poeta, que ya yua |
|
tragando saliua, viendo la
soledad en que el |
15 |
auditorio le auia dexado, y
no era mucho si el |
|
alma presaga le dezia alla
dentro la desgracia |
|
que le estaua amenazando, que fue boluer todos |
|
los recitantes, que passauan de doze, y, sin ha- |
|
blar palabra, assieron de mi
poeta y, si no |
20 |
fuera porque la autoridad
del autor, llena de |
|
ruegos y vozes, se puso de
por medio, sin duda |
|
le mantearan. |
|
Quedé yo del caso pasmado;
el autor, des- |
|
abrido; los farsantes,
alegres, y el poeta, mohi- |
25 |
no; el qual, con mucha
paciencia, aunque algo |
|
torcido el rostro, tomó su
comedia y, encerran- |
|
dosela en el seno, medio
murmurando dixo: |
|
"No es bien echar las
margaritas a los puercos", |
|
y con esto se fue con mucho
sossiego; yo, de |
30 |
|
|
P.88
240
NOVELAS EXEMPLARES
corrido, ni pude ni quise seguirle, y acertelo, |
|
a causa que el autor me hizo tantas caricias, |
|
que me obligaron a que con el me quedasse, y |
|
en menos de vn mes sali grande entremesista |
|
y gran farsante de figuras mudas. Pusieronme |
5 |
vn freno de orillos, y enseñaronme a que arre- |
|
metiesse en el teatro a quien ellos querian, |
|
de modo que, como los entremeses solian aca- |
|
bar por la mayor parte en palos, en la com- |
|
pañia de mi amo acabauan en çuçarme, y yo |
10 |
derribaua y atropellaua a todos, con que daua |
|
que reyr a los ignorantes y mucha ganancia a |
|
mi dueño. |
|
¡O, Cipion, quien te pudiera contar lo que vi |
|
en esta y en otras dos compañias de comedian- |
15 |
tes en que anduue!, mas por no ser possible re- |
|
duzirlo a narracion sucinta y breue, lo aure de |
|
dexar para otro dia, si es que ha de auer otro |
|
dia en que nos comuniquemos. ¿Vees quan |
|
larga ha sido mi platica? ¿Vees
mis muchos y |
20 |
diuersos sucessos? ¿Consideras mis caminos y |
|
mis amos tantos?, pues todo lo que has oydo es |
|
nada, comparado a lo que te
pudiera contar de |
|
lo que noté, auerigué y vi
desta gente, su proce- |
|
der, su vida, sus costumbres, sus exercicios, su |
25 |
trabajo, su ociosidad, su
ignorancia y su |
|
agudeza, con otras infinitas cosas: vnas para |
|
dezirse al oydo, y otras para aclamallas en pú- |
|
blico, y todas para hazer
memoria dellas y para |
|
desengaño de muchos que idolatran en figuras |
30 |
|
|
P.89
COLOQUIO
DE LOS PERROS 24l
fingidas y en bellezas de artificio y de transfor- |
|
mación. |
|
Cip. Bien se me trasluze, Bergança, el largo |
|
campo que se te descubria para dilatar tu pla- |
|
tica, y soy de parecer que la dexes para cuento |
5 |
particular y para sossiego
no sobresaltado. |
|
Berg. Sea assi, y escucha. Con vna
compañia |
|
llegué a esta ciudad de Valladolid, donde en vn |
|
entremes me dieron vna herida, que me llegó |
|
casi al fin de la vida; no
pude vengarme por |
10 |
estar enfrenado entonces, y despues, a sangre |
|
fria, no quise, que la
vengança pensada arguye |
|
crueldad y mal animo. Cansome aquel exerci- |
|
cio, no por ser trabajo,
sino porque veia |
|
en el cosas que juntamente pedian enmienda y |
15 |
castigo, y como a mi estaua
mas el sentillo que |
|
el remediallo, acorde de no
verlo, y assi me |
|
acogi a sagrado, como hazen
aquellos que de- |
|
xan los vicios quando no
pueden exercitallos, |
|
aunque mas vale tarde que
nunca. Digo, pues, |
20 |
que viendote vna noche
lleuar la linterna con el |
|
buen christiano Mahudes, te
consideré con- |
|
tento, y justa y santamente ocupado, y, lleno de |
|
buena embidia, quise seguir
tus pasos, y con |
|
esta loable intencion me puse delante de Mahu- |
25 |
des, que luego me eligio para tu compañero y |
|
me truxo a este hospital; lo
que en el me ha |
|
sucedido, no es tan poco que
no aya menester |
|
espacio para contallo,
especialmente lo que ohi |
|
|
|
P.90
242 NOVELAS EXEMPLARES
a quatro enfermos que la
suerte y la necessi- |
|
dad truxo a este hospital, y
a estar todos qua- |
|
tro juntos en quatro camas apareadas. Perdo- |
|
name, porque el cuento es
breue y no sufre |
|
dilacion, y viene aqui de molde. |
5 |
Cip. Si perdono; concluye, que, a lo que
creo, |
|
no deue de estar lexos el dia. |
|
Berg. Digo que en las quatro camas que es- |
|
tan al cabo desta
enfermeria, en la vna estaua |
|
vn alquimista, en la otra vn
poeta, en la otra vn |
10 |
matematico, y en la otra vno de los que llaman |
|
arbitristas. |
|
Cip. Ya me acuerdo auer visto a essa bue-
|
|
na gente. |
|
Berg. Digo, pues, que vna siesta de las
del |
15 |
verano passado, estando
cerradas las ventanas, |
|
y yo cogiendo el ayre debaxo
de la cama del |
|
vno de ellos, el poeta se
començo a quexar las- |
|
timosamente de su fortuna; y
preguntandole el |
|
matematico de que se
quexaua, respondio que |
20 |
de su corta suerte.
"¿Como, y no sera razon que |
|
me quexe", prosiguio,
"que auiendo yo guar- |
|
dado lo que Horacio manda en
su Poetica, que |
|
no salga a luz la obra que despues de com- |
|
puesta no ayan passado diez años por ella, |
25 |
y que tenga yo vna de veynte años de ocupa- |
|
cion y doze de passante, grande en el sujeto, |
|
admirable y nueua en la inuencion, graue en |
|
el verso, entretenida en los episodios, maraui- |
|
llosa en la diuision, porque el principio respon- |
30 |
de al medio y al fin, de manera que constituyen |
|
|
|
P.91
COLOQUIO DE LOS PERROS 243
el poema alto, sonoro,
heroyco, deleytable y |
|
sustancioso, y que con todo
esto no hallo vn |
|
principe a quien dirigirle?
Principe, digo, |
|
que sea inteligente, liberal
y magnanimo. ¡Mi- |
|
sera edad y deprauado siglo
nuestro!" |
5 |
"¿De que trata el
libro?", preguntó el alqui- |
|
mista. Respondio el poeta:
"Trata de lo que dexó |
|
de escriuir el arçobispo Turpin del rey Artus de |
|
Inglaterra, con otro
suplemento de la historia |
|
de la demanda del santo
Brial, y todo en |
10 |
verso heroyco, parte en
octauas y parte en |
|
verso suelto; pero todo
esdruxulamente, digo |
|
en esdruxulos de nombres sustantiuos, sin ad- |
|
mitir verbo alguno." |
|
"A mi", respondio
el alquimista, "poco se me |
15 |
entiende de poesia, y assi
no sabre poner en |
|
su punto la desgracia de que
vuessa merced |
|
se quexa, puesto que, aunque
fuera mayor, no |
|
se ygualaua a la mia, que es
que, por faltarme |
|
instrumento, o vn principe
que me apoye y me |
20 |
de a la mano los requisitos
que la ciencia de |
|
la alquimia pide, no estoy
aora manando en oro |
|
y con mas riquezas que los Midas, que los Cra- |
|
sos y Cresos."
"¿Ha hecho vuessa merced", |
|
dixo a esta sazon el
matematico, "señor alqui- |
25 |
mista, la experiencia de
sacar plata de otros |
|
metales?"
"Yo", respondio el alquimista, "no |
|
la he sacado hasta agora;
pero realmente |
|
|
|
P.92
244
NOVELAS EXEMPLARES
se que se saca, y a mi no me faltan dos meses |
|
para acabar la piedra
filosofal, con que se pue- |
|
de hazer plata y oro de las mismas piedras." |
|
"¡Bien han exagerado
vuessas mercedes sus |
|
desgracias!", dixo a
esta sazon el matematico; |
5 |
"pero al fin el vno
tiene libro que dirigir, y el |
|
otro esta en potencia
propincua de sacar la |
|
piedra filosofal; mas ¿que
dire yo de la mia, |
|
que es tan sola que no tiene
donde arrimarse? |
|
Veynte y dos años ha que
ando tras hallar el |
10 |
punto fixo, y aqui lo dexo y
alli lo tomo, y |
|
pareciendome que ya lo he
hallado, y que no |
|
se me puede escapar en
ninguna manera, quan- |
|
do no me cato, me hallo tan
lexos del, que me |
|
admiro; lo mismo me acaece
con la quadratura |
15 |
del circulo, que he llegado
tan al remate de |
|
hallarla, que no se, ni
puedo pensar, como |
|
no la tengo ya en la
faldriquera; y assi es |
|
mi pena semejable a las de
Tantalo, que esta |
|
cerca del fruto y muere de
hambre, y propin- |
20 |
quo al agua y perece de sed.
Por momentos |
|
pienso dar en la coyuntura de la verdad, y por |
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minutos me hallo tan lexos della, que bueluo |
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a subir el monte que acabé de baxar con el |
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canto de mi trabajo acuestas, como otro nueuo |
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Sisifo." |
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Auia hasta este punto
guardado silencio el |
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arbitrista, y aqui le
rompio, diziendo: "Quatro |
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quexosos tales, que lo
pueden ser del gran |
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turco, ha juntado en este
hospital la pobreza, |
30 |
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COLOQUIO
DE LOS PERROS 245
y reniego yo de oficios y exercicios, que ni en- |
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tretienen, ni dan de comer a sus dueños. Yo, |
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señores, soy arbitrista, y he dado a su Mages- |
|
tad, en diferentes tiempos, muchos y diferentes |
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arbitrios, todos en prouecho suyo y sin daño |
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del reyno, y aora tengo
hecho vn memorial, |
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donde le suplico me señale
persona con quien |
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comunique vn nueuo arbitrio que tengo, tal, |
|
que ha de ser la total restauracion de sus em- |
|
peños. Pero, por lo que me
ha sucedido con |
10 |
otros memoriales, entiendo
que este tam- |
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bien ha de parar en el
carnero. Mas porque |
|
vuessas mercedes no me
tengan por men- |
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tecapto, aunque mi arbitrio
quede desde este |
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punto publico, le quiero
dezir, que es este: hase |
15 |
de pedir en Cortes que todos los vassallos de |
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su Magestad, desde edad de catorze a sesenta |
|
años, sean obligados a ayunar vna vez en el |
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mes a pan y agua, y esto ha de ser el dia que |
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se escogiere y señalare, y que todo el gasto |
20 |
que en otros condumios de fruta, carne y pes- |
|
cado, vino, hueuos y legumbres, que han de |
|
gastar aquel dia, se reduzga
a dinero y se de a |
|
su Magestad, sin defraudalle
vn ardite, so cargo |
|
de juramento; y con esto, en veynte años que- |
25 |
da libre de socaliñas y desempeñado. Porque |
|
si se haze la cuenta, como
yo la tengo hecha, |
|
bien ay en España mas de tres millones de per- |
|
sonas de la dicha edad, fuera de los enfermos |
|
mas viejos, o mas muchachos,
y ninguno destos |
30 |
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246 NOVELAS EXEMPLARES
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dexará de gastar, y esto
contado al menorete, cada dia real y medio, y yo quiero que sea no |
|
mas de vn real, que no puede ser menos, aun- |
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que coma alholuas; pues ¿pareceles a vs. ms. |
|
que seria barro tener cada mes tres millones de |
5 |
reales como ahechados? Y
esto antes seria pro- |
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uecho que daño a los ayunantes, porque con el |
|
ayuno agradarian al cielo y
seruirian a su rey, |
|
y tal podria ayunar, que le fuesse conuenien- |
|
te para su salud. Este es arbitrio limpio de |
10 |
poluo y de paja, y podriase coger por parro- |
|
quias, sin costa de comissarios, que destruyen |
|
la republica." Riyeronse todos del arbitrio y del |
|
arbitrante, y el tambien se riyo de sus dispara- |
|
tes, y yo quedé admirado de auerlos oydo, y de |
15 |
ver que, por la mayor parte, los de semejantes |
|
humores venian a morir en los hospitales. |
|
Cip. Tienes razon, Bergança; mira si te queda |
|
mas que dezir. |
|
Berg. Dos cosas no mas, con que daré fin
a |
20 |
mi platica, que ya me parece
que viene el dia. |
|
Yendo vna noche mi mayor a
pedir limosna en |
|
casa del corregidor desta
ciudad, que es vn gran |
|
cauallero y muy gran
christiano, hallamosle |
|
solo, y pareciome a mi tomar
ocasion de aque- |
25 |
lla soledad para dezirle
ciertos aduertimien- |
|
tos, que auia oydo dezir a vn viejo enfermo des- |
|
te hospital, acerca de como
se podia remediar |
|
la perdicion tan notoria de las moças vagamun- |
|
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DE LOS PERROS 247
das, que, por no seruir, dan en malas, y tan |
|
malas, que pueblan dos veranos todos los |
|
hospitales de los perdidos que las siguen; plaga |
|
intolerable, y que pedia presto y eficaz reme- |
|
dio. Digo que, queriendo
dezirselo, alcé la |
5 |
voz, pensando que tenia habla, y en lugar de |
|
pronunciar razones
concertadas, ladré con tanta |
|
priessa y con tan leuantado
tono, que, enfada- |
|
do el corregidor, dio vozes a sus criados que |
|
me echassen de la sala a palos; y vn lacayo, |
10 |
que acudio a la voz de su señor, que fuera me- |
|
jor que por entonces estuuiera sordo, assio |
|
de vna cantimplora de cobre que le vino a la |
|
mano, y diomela tal en mis costillas, que hasta |
|
aora guardo las reliquias de
aquellos golpes. |
15 |
Cip. ¿Y quexaste desso, Bergança? |
|
Berg. ¿Pues no me tengo de quexar, si
hasta |
|
aora me duele, como he
dicho, y si me pa- |
|
rece que no merecia tal
castigo mi buena in- |
|
tencion? |
20 |
Cip. Mira, Bergança, nadie se ha de meter
|
|
donde no le llaman, ni ha de
querer vsar del |
|
oficio que por ningun caso
le toca. Y has de |
|
considerar que nunca el
consejo del pobre, por |
|
bueno que sea, fue admitido; ni el pobre humil- |
25 |
de ha de tener presumpcion de aconsejar a los |
|
grandes y a los que piensan que se lo saben |
|
todo. La sabiduria en el
pobre esta assombra- |
|
da, que la necessidad y
miseria son las som- |
|
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NOVELAS EXEMPLARES
bras y nubes que la escurecen; y si acaso se |
|
descubre, la juzgan por tontedad y la tratan |
|
con menosprecio. |
|
Berg. Tienes razon, y escarmentando en mi
|
|
cabeça, de aqui adelante
seguire tus consejos. |
5 |
Entré assimismo otra noche
en casa de vna se- |
|
ñora principal, la qual tenia en los braços vna |
|
perrilla destas que llaman de falda, tan peque- |
|
ña que la pudiera esconder en el seno, la |
|
qual, quando me vio, saltó de los braços de su |
10 |
señora y arremetio a mi ladrando, y con tan |
|
gran denuedo, que no paró
hasta morderme de |
|
vna pierna. Boluila a mirar
con respecto y |
|
con enojo, y dixe entre mi: "¡Si yo os cogiera, |
|
animalexo ruyn, en la calle,
o no hiziera |
15 |
caso de vos, o os hiziera pedaços entre los dien- |
|
tes!" Consideré en ella que hasta los cobardes |
|
y de poco animo son atreuidos e insolentes |
|
quando son fauorecidos, y se adelantan a ofen- |
|
der a los que valen mas que ellos. |
20 |
Cip. Vna muestra y señal dessa verdad que |
|
dizes, nos dan algunos hombrezillos que a la |
|
sombra de sus amos se atreuen a ser insolentes. |
|
Y si acaso la muerte, o otro
accidente de fortu- |
|
na, derriba el arbol donde
se arriman, luego se |
25 |
descubre y manifiesta su
poco valor, porque, |
|
en efeto, no son de mas quilates sus prendas |
|
que los que les dan sus dueños y valedores; la |
|
virtud y el buen
entendimiento siempre es vna |
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y siempre es vno, desnudo o
vestido, solo o |
|
acompañado. Bien es verdad que puede pade- |
|
cer acerca de la estimacion de las gentes, mas |
|
no en la realidad verdadera
de lo que merece |
|
y vale. Y con esto pongamos
fin a esta platica, |
5 |
que la luz que entra por estos resquicios mues- |
|
tra que es muy entrado el
dia, y esta noche que |
|
viene, si no nos ha dexado
este grande benefi- |
|
cio de la habla, sera la
mia, para contarte mi |
|
vida. |
10 |
Berg. Sea ansi, y mira que acudas a este |
|
mismo puesto. |
|
El acabar el coloquio el
licenciado, y el des- |
|
pertar el alferez, fue todo
a vn tiempo, y el licen- |
|
ciado dixo: |
15 |
"Aunque este coloquio
sea fingido y nunca |
|
aya passado, pareceme que
esta tan bien |
|
compuesto, que puede el
señor alferez passar |
|
adelante con el
segundo." |
|
"Con esse
parecer", respondio el alferez, "me |
20 |
animare y disporne a
escriuirle, sin ponerme |
|
mas en disputas con v. m. si hablaron los pe- |
|
rros o no." |
|
A lo que dixo el licenciado:
|
|
"Señor alferez, no
boluamos mas a essa dis- |
25 |
puta; yo alcanço el
artificio del coloquio y la |
|
inuencion, y basta; vamonos
al Espolon a |
|
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250
NOVELAS EXEMPLARES
recrear los ojos del cuerpo, pues ya he recreado |
|
los del entendimiento."
|
|
"Vamos", dixo el
alferez; y con esto se |
|
fueron. |
|
FIN |
5 |
E N M A D R I D, |
|
Por Iuan de la Cuesta. |
|
Año M. D C. XIII. |
|
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– Crítica Social - Estructura
- Brujería –Relación con otros textos - Dicotomías – Recursos narrativos - Bibliografía – Coordinadoras
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