“Primavera de luto”

Juan José Millás

 

Análisis de

Valentina Corretta, Roberta Fabbris, Stefania Maffioli, Veronica Maggioni, Agnese Miramonti, Eleonora Tagni

 

 

El contexto social y cultural

 

La narrativa de la década de 1930 y la novela de exilio

 

La novela de los años 30 (como la poesía) había tendido hacia la rehumanización y el compromiso social, tras abandonar la deshumanización de los años 20. En esta línea se encuentra la literatura de Ramón J. Sender, Max Aub, Francisco Ayala, Rosa Chacel, quienes al acabar la guerra marchan al exilio por su apoyo a la República. Su obra se realiza al margen de la literatura que se hace en España y, en general, tratan con insistencia el tema de la Guerra

 

La novela de los primeros años de la Posguerra

 

En la inmediata Posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la novela no puede enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el franquismo, ni parece válida la estética deshumanizada de los años 20. En ese panorama de desconcierto, abundan tres tipos de narraciones, todas de estilo tradicional: ideológica, realista y humorística. Hasta los años 50 no comienzan los indicios de renovación. En la década de 1940 sólo hay casos excepcionales y aislados, como C. José Cela (con La familia de Pascual Duarte en 1942) Carmen Laforet (con Nada, en 1944) y Miguel Delibes.

Las novelas de Cela y Laforet comparten el tono sombrío y existencial, que contrasta con el triunfalismo o la actitud evasiva, general en la novela de éxito de la inmediata Posguerra. A estas nuevas voces se les unen poco después otras como la de Miguel Delibes y Ana María Matute. En general, estos novelistas coinciden en reflejar el desolado mundo de la Posguerra desde una perspectiva pesimista y existencial; por eso abundan en sus narraciones los personajes desorientados, tristes y frustrados. La familia de Pascual Duarte de Cela provoca una polémica sobre el tremendismo. Se le acusaba de deformar la realidad al subrayar lo más desagradable. En 1942, suponía un revulsivo, pues la truculencia y la visión desolada del mundo contrastaba con una narrativa triunfalista. La novela narra un cúmulo de crímenes y de atrocidades que parecen verosímiles por el tipo de protagonista y por el ambiente. Como un nuevo pícaro, Pascual Duarte narra su biografía para que entendamos cómo ha llegado a ser un condenado a muerte. La limitación intelectual de Pascual, el destino que parece dominar la obra y el ambiente bárbaro e injusto convierten a esta criatura en un asesino víctima. La obra refleja un radical pesimismo, cercano al existencialismo. La publicación de una novela tan desgarrada en un momento de censura política y moral muy estricta, sólo se explica por ser Cela un excombatiente franquista y porque los sucesos se sitúan en la España de posguerra. Toda su obra refleja pesimismo ante el mundo y el ser humano (Pío Baroja). Su tono es distante y burlón, con humor negro, desgarrado y cruel. Refleja una visión deformada del mundo.

 

Década de los 50

 

Con la Guerra Fría, en los años 50, España empieza a salir del aislamiento y se incorpora a algunos organismos internacionales, en la órbita de EE.UU. El incipiente desarrollo del turismo y la industria conlleva cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, como las migraciones de los campesinos hacia las ciudades y la difícil inserción de estas personas en los suburbios urbanos. Al mismo tiempo, los jóvenes que han vivido la guerra, como niños o adolescentes, consideran la guerra desde otra perspectiva y aparecen actitudes críticas respecto al poder y a la división social entre vencedores y vencidos. Estas posturas se manifiestan sobre todo en círculos obreros y universitarios. La novela española de esta década recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y abandona la visión existencial de la década anterior. En 1951 Cela publica La Colmena de tono crítico y testimonial, con un protagonista colectivo.

A lo largo de la década, el realismo social se intensifica y en el año 1954 alcanza su momento cumbre, pues se publican varias obras de este tipo de Ana María Matute, Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Juan Goytisolo, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Juan García Hortelano. El tema de la novela es la sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.

 

Biografía del autor

 

Un lector enciclopédico

 

Juan José Millás afirma que su afición a la literatura nació cuando, una tarde de su infancia, leyó el artículo "Muerte" de la enciclopedia Espasa. Estudió la carrera de Filosofía y Letras en Madrid, que no terminó, alternando los estudios con diversos trabajos. Influido por Dostoyevski y Kafka en sus inicios, casado con una sicoanalista, sus novelas combinan un gélido planteamiento del paisaje urbano como territorio fantástico con una angustiosa visión del ser humano, sometido a fuerzas y casualidades que constantemente le desbordan.

Hace menos de diez años que comenzó su labor periodística en El País y en otros medios de comunicación. Parece poco tiempo para la popularidad de la que goza. Comenzó como escritor de culto, gracias al “Premio Sésamo” de 1974, pero hoy en día no se sabe si decir antes que Millás es periodista o escritor. Por ambas actividades es una de las plumas más admiradas de nuestro tiempo.

 

Producción literaria

 

Después de una primera novela inédita, escribe Cerbero son las sombras, una carta al padre, que parte de planteamientos muy humildes, sin ningún aparato formal. Afortunadamente Millás todavía no había leído La carta al padre de Kafka porque no habría podido escribir su obra, debido al peso que este modelo habría ejercido sobre él. Esta novela gana el “Premio Sésamo”. La segunda novela, Visión del ahogado, la termina dos años después y sale en Alfaguara entre los siete primeros libros de su época, emparedado entre un libro de Cortázar y otro de Juan Benet. Una salida que sorprendió incluso a Millás. Es un momento en que los lectores están comprando libros que tienen que ver con el pasado, y no se venden nuevos libros, o muy pocos. A pesar de todo esto la crítica elogia unánimemente Visión del ahogado. Continúa trabajando y lo compatibiliza con la escritura de su tercera novela, El jardín vacío, con tan mala suerte que cuando la acaba, supuestamente se la va a publicar en Alfaguara, pero ésta comienza un período de crisis económica. Jaime Salinas le da libertad a Millás para que haga con la novela lo que quiera. Sale en Legasa, una editorial que tiene una vida muy corta. La novela pasa con muy buena crítica. Inmediatamente después escribe Papel mojado, una novela de encargo, una novela dirigida al público juvenil, que tiene mucho éxito de crítica y, por primera vez, de público (todos los años vende, todavía hoy en día, unos 15.000 ejemplares. Va por las 300.000 copias. Incluso forma parte de la prescripción escolar). El desorden de tu nombre rompe con la etiqueta de autor de culto que hasta este momento se le imputaba a Millás.. Con la crítica la relación se mantiene excelente, como casi siempre ha pasado con Millás.

Gana en 1990 el “Premio Nadal” con La soledad era esto. Éste es un momento de inflexión, que supone el primer cambio significativo en la carrera literaria de Millás. Aunque se suele ignorar el papel que tiene Papel mojado, el escritor valora en gran medida su relevancia. Las razones se resumen en que Millás escribió esta novela adolescente con la libertad que da saber que no iba a pasar por la crítica, porque va a un público con menos prejuicios. Él mismo confiesa que nunca habría sido capaz de escribir El desorden de tu nombre sin haber escrito previamente Papel mojado, porque se quitó muchos corsés. El “Premio Nadal” por La soledad era esto no sólo supone en sí un punto de inflexión, sino que permite que Millás se incorpore a la labor periodística, imprescindible en su carrera. Hasta entonces no había tenido ninguna experiencia profesional con el periodismo. Empieza a escribir columnas en El País. En este mismo año sale por capítulos en el periódico El Sol su novela Volver a casa durante el verano. Ella imagina, una obra de teatro que había funcionado bien, junto con unos cuentos publicados por separado en prensa, suponen la vuelta de Millás a Alfaguara, animado por Juan Cruz.

Colabora también con una cadena de periódicos, el grupo de Prensa Ibérica y Prensa Canaria. Publica semanalmente varios artículos y toma la decisión de dedicarse exclusivamente a la escritura. Desde este momento compatibiliza el periodismo con la literatura. Tonto, muerto, bastardo e invisible sale en el 1995. Y Algo que te concierne supone su primera colección de artículos periodísticos. Su labor periodística en estos años ya es más popular que su faceta como escritor. Además de otra serie de recopilaciones de cuentos, publica El orden alfabético y No mires debajo de la cama. Su última publicación es una nueva recopilación de su labor periodística, Cuerpo y prótesis.

 

Análisis retórico

 

pág. 157

 

Ligera como un suspiro:                                                                          símil

Al mismo espejo…cómo se diluía la juventud:                                              metáfora

…la casa,…y las ansias de vivir:                                                                       enumeración

 

pág. 158

 

Como...era pequeña:                                                                                             símil

Embarazo, un embarazo:                                                                                     repetición

Treinta, treinta:                                                                                                      repetición

Daría a la luz un cadáver:                                                                                    oxímoron

Como si hubiera descansado:                                                                             símil

Nueva rutina:                                                                                                         oxímoron

Como una forma de felicidad:                                                                            símil

Abanico hendido:                                                                                                  metáfora

Mantenía con ellas:                                                                                               personificación

 

pág. 159

 

El cuerpo, el cuerpo:                                                                                            repetición

La inteligencia, el alma:                                                                                       enumeración

Violencia sentimental:                                                                                          oxímoron

Naciera dentro de ella una decisión:                                                                 metáfora

Como un foco plano:                                                                                            símil

Sus trajes,… su cepillo de dientes:                                                                    enumeración

 

pág. 160

 

Como buscando una salida:                                                                                símil

Diluyendo la juventud:                                                                                        metáfora

Como buscando una salida:                                                                                símil

Tan diferente, tan diferente..:                                                                              repetición

Nuestra verdadera casa: el invierno:                                                                 metáfora

Sola, sola, sola:                                                                                                      repetición

 

pág. 161

 

Como si hubiera olvidado algo:                                                                         símil

Como todo… habían poseído:                                                                           símil

Como se conoce …habitación:                                                                            símil

Paisajes,…,ciudades:                                                                                           enumeración

Un paisaje nevado,…, una tormenta:                                                                enumeración

El coche era una burbuja protectora:                                                                 metáfora

Dueña, dueña:                                                                                                       repetición

Ajena, ajena:                                                                                                           repetición

 

pág. 162

 

Diversos modos de… diversos modos de:                                                      repetición

Estaba naciendo, estaba naciendo:                                                                     repetición

Como si… algo:                                                                                                    símil

Una actriz, una actriz:                                                                                           repetición

Como Greta Garbo:                                                                                               símil

 

pág. 163

 

El sol, los perfiles, el tráfico:                                                                               enumeración

Desde el otro lado, desde el otro lado:                                                             repetición

La vida es rara:                                                                                                      sentencia

Ojos de pájaros:                                                                                                     metáfora

Prótesis móvil:                                                                                                       metáfora

 

pág. 164

 

Claves importantes:                                                                                              metáfora

Tal vez la vida…repleta de sentido:                                                                 sentencia

 

pág. 165

 

Viuda…viuda… viuda…:                                                                                  repetición

Una mujer que ha sobrevivido…, una mujer:                                                 repetición

Seguro de vida….diversas:                                                                                 enumeración

…una viuda…una viuda:                                                                                   repetición

Había comenzado…como cadáver:                                                                   analogía

Ojos fatigados:                                                                                                       prosopopeya

Dos perlas:                                                                                                             metáfora

 

pág. 166

 

Dolor excitante:                                                                                                     oxímoron

Inteligente masaje:                                                                                                prosopopeya

 

pág. 167

 

Era otra, era otra:                                                                                                   polisíndeton

Los labios, los labios:                                                                                           polisíndeton

Tranquilidad inquietante:                                                                                   oxímoron

 

pág. 168

 

Golpe suave:                                                                                                          oxímoron

Dame un cigarro…dame un cigarro:                                                                 polisíndeton

Pero, ahora soy viuda…. Ahora soy viuda….viuda:                                     polisíndeton

Oscuras como una viuda:                                                                                    símil

 

pág. 170

 

Una sorpresa de oro:                                                                                            metáfora

Yo soy como estas gafas:                                                                                     símil

Zona dorada:                                                                                                         metáfora

El paso,…el paso:                                                                                                 polisíndeton

Cristales oscuros:                                                                                                  sinécdoque

Pasiones inmediatas:                                                                                            oxímoron

No quiso… no quiso:                                                                                           polisíndeton

 

pág. 172

 

Loca carrera:                                                                                                           prosopopeya

Magníficos cristales:                                                                                             hipérbole

 

pág. 173

 

Horas felices:                                                                                                         prosopopeya

Como si éste fuera el intermediario:                                                                  símil

 

pág. 174

 

Forma insensible:                                                                                                  prosopopeya

 

pág. 175

 

La invisible maquinaria del recuerdo:                                                              metáfora

 

pág. 176

 

La uve del escote:                                                                                                 metáfora

Zona joven:                                                                                                            prosopopeya

 

pág. 178

 

La edad de la piedra:                                                                                           metáfora

 

pág. 179

 

Como a la espera de una decisión que no...:                                                    símil

 

pág. 180

 

Sintiéndose invalida de súbito por todo…. una existencia:                          hipérbole

 

pág. 181

 

Conformaban una unidad deseable:                                                                  metáfora

Con solemnidad pintoresca:                                                                               metáfora

Se movía sobre la superficie de su cuerpo

Como el agua sobre una superficie plástica:                                                    símil

 

pág. 182

 

La ciudad estaba más desierta que una espalda desnuda:                            hipérbole

 

págg. 182/183

 

Antes de la explosión de sus cuerpos:                                                              metáfora

 

pág. 183

Una expresión de furia parecida a la que había empleado cuando era gaviota: símil

 

Secuencias textuales

 

pp. 157-163

 

Muere el marido de la protagonista 5

Descripción de Elena, la protagonista 8

Elena piensa en su vida sin su marido 9

La primera noche Elena no duerme 10

Se levanta, se ducha y se mira desnuda al espero 11

Empieza una nueva vida 12

Elena llama su madre para recoger las cosas de su marido 13

Elena sale a la calle 14

Elena piensa en su estado de viuda 15

Se acerca al coche del marido y recuerda 2

Quiere vender el coche 16

Sale a la calle 17

Compra unas gafas de sol 18

Recuerda lo que ella y su marido pensaban de la gente que lleva gafas de sol 1

 

pp. 164-176

 

Elena entra en una cafetería y habla con una anciana 19

Elena sale a la calle 20

Elena entra en una peluquería y habla con el peluquero 21

Elena recuerda el entierro de su marido 6

Elena quiere enfrentar a Jorge 22

Elena recuerda su relación apasionada con Jorge y las consecuencias 3

Elena llama a Jorge y come con él 23

Elena pregunta a Jorge si él quiere cansarse con ella 24

Elena regresa a casa en taxi 25

Elena piensa en las tareas que tiene que hacer la mañana siguiente 26

Elena decide irse a la costa 27

Elena se despide de sus padres 28

Elena permanece un mes en la costa 29

Elena lee la historia de una mujer que muere golpeándose contra los troncos 30

Elena recuerda a Luis y su infancia 4

Elena contempla las gaviotas 31

Elena imagina ser una gaviota 32

 

pp. 175- 185

 

Elena vuelve a entrar en su cuerpo 33

Elena comprende que todo es diferente desde la muerte de su marido 34

Elena recuerda el entierro y cómo estaba vestida 7

Elena vuelve a la ciudad y se siente lista para estar sola 35

Elena lee la correspondencia 36

Elena recuerda el coche 37

Elena se acuerda haber olvidado la obligación de cubrir la tumba de su marido 38

Elena toma un taxi y se dirige a la calle de los mármoles 39

Elena entra en una tienda 40

Elena sale a la calle 41

Elena ve el coche de su marido acercarse 42

Elena quiere conocer al hombre que conducía el coche 43

Elena entra en la tienda y conoce al hombre 44

Elena descubre que el hombre se llama Luis 45

Elena entra en el coche 46

Los dos van a verse 47

Elena cree que el hombre sea su marido 48

Elena se queda dormida 49

Llegan a un lugar muy bonito 50

Elena se acuerda de que está implicada en la muerte de su marido 51

Abandona el coche 52

Ella pregunta a Luis por qué él se llama así 53

Luis se acerca a Elena 54

Elena empuja a Luis al abismo 55

Elena regresa a la ciudad, conduce el coche hasta delante el establecimiento y va a su casa 56

 

Resumen

 

Cuando el marido de Elena murió, ella tenía cuarenta y tres años. La primera noche depués del entierro, no durmió. Se puso a reflexionar sobre sí misma y su marido, y cuando tomó el cepillo de dientes de su marido se puso a llorar. Luego telefoneó a su madre y le pidió que recogiera las cosas de Luis y se las llevara. Salió de casa y encontró al anciano que cuidaba los coches, le pidió que vendiera el de su marido y luego se fue de compras. Antes de ir a una nueva peluquería, decidió comprarse unas gafas de sol, porque sus ojos estaban irritados por el llanto. Al colocarse las gafas, todo le pareció muy diferente. Después entró en una cafetería, donde vio a una vieja que estaba comiendo chocolate con churros. Se sentó cerca de ella y empezó a hablar con la anciana. Cuando salió de la cafetería, se dirigió a la peluquería donde le cortaron la melena. Depués decidió ver a su amante Jorge para hablar con él de su relación. Elena no quería seguir viéndolo y por lo tanto se despidieron. Al regresar a su casa, decidió irse a la costa por una temporada. Por la mañana dormía hasta tarde y después se iba a la piscina o leía algunos cuentos. A veces se sentaba y reflexionaba sobre la muerte de su marido y la fortaleza que ella había demostrado en aquellos momentos. Una tarde imaginó ser una mujer de un pueblo de la costa y después una gaviota que estaba matando a picotadas a otra más vieja. Luego, cuando regresó a casa, encontró muchas cartas de marmolistas y se acordó de que tenía la obligación de cubrir la tumba de su marido. Al día siguiente tomó un taxi y se fue a un establecimiento de mármoles donde vio el coche de su marido y logró hablar con el hombre que lo conducía . Éste la invitó a tomar un té y la mujer descubrió que el hombre se llamaba Luis. Los dos quedaron en verse otra vez y un día de julio él la invitó a salir el fin de semana. El domingo, fueron a un lugar que Elena nunca había visto antes y aquel paisaje le gustó mucho. Luis la besó, la acarició e hicieron el amor. Luego Elena se acordó de que estaba implicada en el fallecimiento de su marido y salió del coche. También Luis salió, pero la rueda del automóvil se pinchó y él empezó a golpearlo. Elena lo llamó y lo empujó al precipicio. Regresó a la ciudad y tomó un taxi para ir a su casa.

 

Orden

 

En el cuento hay anacronías: pasado, presente y futuro se enredan y por consiguiente hay prolepsis y analepsis.

 

Analepsis:

 

pág. 159 “...incapaz de desarrollar los días anteriores...a su propio reflejo”: interna, homodiegética completiva

pág. 160 “Ya sabes que a Luis...de tu padre, pero...”: interna, homodiegética completiva

pág. 160 “ las mujeres de las que...de su vida”: interna, homodiegética completiva

pág.161 “Era un buen coche..., una tormenta”: interna, homodiegética completiva

pág. 163 “Elena siempre había... el nombre general de los otros”: interna, homodiegética completiva

pág. 166 “Recordó que para el entierro...muy seductora”: interna, heterodiegética

pág. 166 “Jorge era un amante...había perdido todo interés”: interna, homodiegética completiva

págg. 175-176  “...le vino a la cabeza la imagen del entierro de Luis...Le pareció raro”: interna heterodiegética

 

Prolepsis

 

pág. 159 “Mira, voy a pasar el día fuera...”: externa

pág. 160 “Luego vendrá el verano...sola, sola, sola...”: externa

pág. 161 “...se ocupe de venderlo...de lo que consiga obtener”: interna completiva

pág. 165 “las llevaré ...con ellas la televisión”: interna completiva

 

Duración

 

En general hay anisocronía y el caso es el de la elipsis hipotética, porque el autor no explica que Elena ha matado a su marido.

 

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